Spector miro hacia la ventana, el salón donde tenía que esperar estaba solitario. Hace cuarenta minutos que uno de los esbirros de Lilit lo mandaron llamar pero, la reina aun no hacia acto de presencia. Había escogido un lugar, de entre las veinte sillas, para quedar cerca de la venta y mirar uno de los tantos jardines del castillo. Eugene está sentada a los pies de un frondoso árbol, mejor dicho el único árbol de todo el castillo, puesto que había más arbustos y pasto cortado al ras del suelo que árboles, el demonio vio como el hada tomaba algo entre sus manos y lo miraba con mucha curiosidad.
La puerta se abrió con un fuerte ruido. La reina atravesó el lumbral envuelta en un vestido de seda gris, con su cabello rubio recogido en la nuca y su corona puesta. Sector hizo una reverencia para después envolver uno de sus musculosos brazos en la esbelta cintura de Lilit y juntar sus labios en un apasionado beso.
― ¿Me extrañaste? ―pregunto la reina, soltándose del demonio.
― No puedo vivir sin ti ―Spector fingió la mejor de sus sonrisas―. ¿Y bien...? ―educadamente el demonio arrastra una silla para que la reina tome asiento.
― Bueno, en vista de que Dominic y Darius están reclutando, te tengo una misión.
― Usted dirá mi reina ―Lilit sonrió con elegancia.
― Tienes que buscar a un vampiro, su nombre es Leitan ―Spector asiente de forma callada para que Lilit continúe hablando―. Ese vampiro sabe sobre la profecía de André Strigon.
― ¿Cuándo debería partir?
― Inmediatamente. Eugene es un buen rehén, pero hay que motivar a nuestros chicos. Iván es listo y un buen estratega, influenciara a Victoria para que hagan las cosas a su manera.
― Y quieres a André para motivarla a venir ―concluye el demonio.
En ese instante alguien toca a la puerta, un guardia anuncia al hechicero y al vampiro y los hacen pasar. Darius y Dominic dan su informe sobre cómo va el proceso de reclutar híbridos y si saben información sobre el paradero de Victoria e Iván. Afortunadamente, Dominic nunca menciono algo inusual cuando fue a Corea del Sur a buscar a Rumpelstilskin.
Lilit decidió cambiar de ideas, pues pensó que sería más efectiva su búsqueda si mandaba a sus tres esclavos a buscar a Leitan. El vampiro y el hechicero aceptaron inmediatamente.
Al caer la noche, Spector fue a despedirse de su reina. Aun no entendía como aceptaba ser su amante, pero todo era por seguridad de Eugene; así que de nuevo entro a aquella gran habitación de color negro, brillante y reluciente. En la enorme cama lo esperaba la reina quien yacía desnuda bajo las mantas, Spector se quitó la ropa y se unió a ella.
― No me fallaras, ¿cierto? ―dijo Lilit antes de que Spector se marchara.
― ¿Alguna vez lo he hecho mi reina? ―la perfecta sonrisa de Spector ilumino su rostro y Lilit no dijo más―. Te mantendremos informada de todo lo que ocurra.
El demonio dio una reverencia y salió, su rostro inmediatamente se oscureció al igual que el pasillo por el que caminaba. Fue hasta la gran sala de estar donde sus dos colegas lo esperaban, cada uno llevaría un pequeño equipaje, pues la misión es sencilla, o eso es lo que piensan.
― Es hora de irnos ―dijo Spector cuando entro al salón y tomo su mochila.
― ¿Dónde está el portal? ―pregunto Dominic, levantándose con ayuda de su bastón, que claramente no necesita.
― Iremos a la montaña 'Velvet', el portal que está ahí nos conducirá al Reino de la Sangre.
― Recibiremos un pago extra por esto, ¿verdad? ―esta vez hablo el híbrido vampiro.
― Tengo entendido que tú sabes un poco de la profecía ―Darius asintió―. Te daré todo lo que pidas, si nos conduces a ese vampiro.
Darius sonrió ampliamente mostrando sus afilados dientes, se levantó entusiasmado y camino hacia las puertas del castillo, liderando el camino, pues él sabía mucho más que una simple ubicación.
No les costó ni un minuto para encontrarse a los pies de la montaña 'Velet' pues cada uno utilizo sus poderes para desaparecer en un visto y no visto. Dominic se estremeció al frió que hacía en ese reino, pues siempre ha estado acostumbrado al calor del desierto del Sahara pero valía la pena soportarlo, siempre y cuando mataran a André.
Caminaron algunos metros, subiendo por la montaña. El lugar es realmente lúgubre, parece un cementerio pero a nadie parece incomodarle. La nieve cae moderadamente, pero el lugar de caer copos blancos parecía ceniza de algún volcán. Que cubría toda la vegetación haciendo el pasto, los arbustos, los árboles y pinos en negro. Todo el inframundo es de color negro.
A los pocos minutos encontraron el portal, parecían incómodos al tener que tomarse de las manos, pero era eso o cada uno aparecería en lugares diferentes del Reino de los Vampir. Darius sonrió tomando la mano de Spector y de Dominic, los tres dieron un paso al frente; se adentraron a un remolino por varios segundos hasta ser expulsados en medio de un bosque completamente blanco por la nieve.
― ¿Dónde estamos? ―pregunto Spector poniéndose de pie.
― Al sur de Rumania ―Darius extiende sus brazos a modo de presentación―. Estamos en lo que antiguamente, en mi mundo, se conocía como el Reino de Valaquia.
― ¿Nos has traído al Reino de Vlad Tepes? ―pregunto Dominic enojado―. Donde fácilmente nos pueden capturar.
― En primera, tenemos que ir al castillo de Tepes y en las mazmorras está el Vampir Leitan.
― ¿Cómo lo sabes? ―Darius se encogió de hombros ante la pregunta del demonio pero aun así contesto.
― Ahí lo deje.
El híbrido siguió caminando buscando un punto de orientación mientras les contaba a los otros dos como encontró a Leitan. Todos en el reino saben que ese vampiro tiene visiones, pocos seres en Fény tienen ese poder. En un otoño, Darius y sus seguidores dieron con el castillo de Vlad Dracul o Tepes. Un gran castillo de atracción turística por los humanos. Darius pensó que alojarse ahí seria excelente para poder cazar a sus presas, pero se encontró con un Vampir quien protegía ese castillo, era Leitan. Así que todo el grupo de zaino sometió al anciano vampiro y lo encerraron en las mazmorras. Poco después, Darius se enteró que era un vidente que estaba siendo buscado por la Orden del Dragón, pues el rey Dreagan necesitaba verlo con urgencia. El líder zaino le pregunto a Leitan porque lo querían, el anciano decidió contarle todo a Darius antes de que lo torturaran para sacarle la verdad.
Cuando Darius dio con un camino de terracería, sugirió ir quinientos metros hacia el sur, y así lo hicieron. A pesar de que estaban en la Tierra, seguía siendo el territorio Vampir y Spector estaba con un inquietante nerviosismo, aunque no tuvo que sufrir por más tiempo.
Pronto encontraron al castillo, se encontraron con que estaba solitario. Tal parece que hoy no había visitas turísticas. La suerte les estaba sonriendo a aquellos tres, quienes no se hicieron esperar y entraron a la recepción. Darius les hizo una señal para que lo siguiera, había vivido tantos años en este castillo que lo conocía tan bien que en minutos llegaron a las mazmorras hasta lo más profundo.
― ¡Leitan! ―grito el vampiro con voz cantarina―. ¡He venido por ti! ―llegaron a la última mazmorra, inmediatamente apareció un ser más. Spector y Dominic estaban listos para atacar, pero se dieron cuenta que la cuarta persona es un zaino―. ¿Cómo estas Alex? ―saludo Darius acercándose a él, el zaino que no mostró su rostro al hechicero y al demonio, susurro un par de palabras y luego le dio algo a su líder, para desaparecer al instante.
Darius no dijo ni una sola palabra acerca del zaino, fue hacia la reja la cual abrió con una llave y los tres se adentraron a la mazmorra.
― Te estaba esperando ―hablo alguien desde lo más profundo, es Leitan.
― Sabes a que hemos venido, ¿cierto? ―pregunto Dominic.
― Dominic Saadi, ¿aun llevas el luto? ―el vampiro sabía cómo jugar―. Y tú Spector West, ¿dónde está Elian?
― ¡¡CÁLLATE!! ―grito el demonio haciendo temblar todo el lugar.
― Tranquilo ―dijo Darius acercándose al vampiro―. Si sabes a lo que venimos comienza a hablar.
― La nieve de invierno se derretirá con la llegada del sol de primavera, cuando el ultimo copo de nieve se convierta en agua los océanos crecerán y las sirenas emergerán llorando la perdida de todos los caídos, trayendo con ellas el humo negro. ―Leitan se puso de pie y se acercó específicamente a Dominic―. Cuando el primer sol de primavera se oculte y la primera estrella fugaz surque el cielo ella cerrara sus ojos, pero su corazón estará a salvo y al final; cuando un copo de nieve perdido, caiga en su rostro..., tu morirás.
― ¿De... qué hablas? ―pregunto el hechicero aturdido.
― Es la profecía del príncipe André Strigon.
― ¡Háblanos claro! ―exigió Spector
― La profecía de los malditos involucra a dos seres ―Leitan señala a Dominic―. Es también tu profecía Dominic Saadi.
― ¿Qué?
― Descifra la profecía antes del primer sol de primavera ―Leitan les dio la espalda y volvió a esconderse en la oscuridad―. La guerra ha comenzado... y las sombras lo saben.