Advertencia: Violencia, brutalidad.
El cielo estaba oscuro y sin estrellas. Liu'er resoplaba blancas bocanadas de aire; ya no podía distinguir si estaba vivo o muerto. Se encontraba colgado, ligero como una pluma, como un trozo de algodón en el viento.
Jida no podía hacer funcionar la ballesta montada. Apartó a los subordinados de su lado para verificar y continuó preguntando al respecto en idioma de Biansha. Como no estaban familiarizados con un armamento tan pesado, los subordinados llamaron a algunos bandidos para que echaran un vistazo. Jida desenroscó su cantimplora para beber agua mientras esperaba con el torso desnudo en la fría noche.
Ante el temor de verse implicado y enfrentarse al mismo resultado que Liu'er, el antiguo subordinado se quedó tumbado en el suelo, sin atreverse a mover ni un centímetro. Miró el barro pisoteado del suelo y vio los sutiles temblores que lo recorrían. Pensando que era causado por su propia respiración acelerada, utilizó ambas manos para cubrirse la boca y la nariz, pero esos temblores no se detuvieron; sino que se hicieron aún más pronunciados.
Jida fue el primero en percibir que algo andaba mal. Dejó de beber y escuchó con atención por un momento. De repente, tiró su cantimplora al suelo y gritó: "¡La Caballería blindada está aquí—!"
Pero era demasiado tarde, la Caballería Blindada de Libei que había estado avanzando durante la mitad de la noche en la oscuridad, era como un tigre feroz que se abalanzaba con tanta fuerza que el vagón junto a Jida se volcó con un fuerte estrépito. Los caballos sobresaltados, relincharon cuando fueron arrastrados al suelo por el vagón que pesaba hasta cien jin. La ballesta montada hizo salpicar el barro, y los vagones junto al antiguo subordinado también se desplazaron con él. Varios de los vagones de suministros chocaron entre sí sin previo aviso, y en ese momento, estalló el caos cuando hombres y caballos cayeron al suelo.
Jida se retiró rápidamente y mantuvo la calma mientras gritaba. "¡Monten sus caballos!"
Los corceles de batalla de la Caballería Blindada de Libei vestían una armadura completa, y el sonido de sus cascos al acercarse sonaba como un trueno apagado al oído. La Caballería Blindada fuertemente armada no temía a las cimitarras. Eran como un muro oscuro que cortaba directamente y rompía la formación del escuadrón de transporte de Biansha. Los corceles de batalla, ataviados con armaduras de hierro cubiertos con largas y gruesas púas en el pecho, eran imparables cuando cabalgaban en línea recta. Incapaces de correr lo suficientemente rápido, la Caballería de Biansha fue arrojada al suelo y sucesivamente pisoteada hasta convertirse en una pulpa ensangrentada antes de que pudieran volver a levantarse.
El comandante de la brigada con casco hizo un gesto con la mano a Fei Sheng, que estaba al lado. Fei Sheng, con armadura ligera(1) sobre su caballo, dio la vuelta a su posición y bajó su espada larga(2) junto con el comandante de la brigada, y en un movimiento coordinado, atacaron a Jida para flanquearlo en un ataque de pinza. Jida montó en su caballo, como si no hubiera sentido que Fei Sheng se acercaba. Se inclinó, y el caballo bajo su entrepierna echó a correr como el temible viento. Jida miró fijamente al comandante de la brigada mientras sus caballos se cruzaban en un abrir y cerrar de ojos. El comandante de la brigada blandió bruscamente su espada larga, con la intención de cortar la cabeza de Jida, pero su golpe no dio en el blanco, porque Jida parecía haber desaparecido en el aire.
En el siguiente instante, un arma contundente se estrelló con fuerza en la parte posterior de la cabeza del comandante de la brigada. La fuerza del impacto lo hizo sangrar en el acto por la boca, nariz, y lo ensordeció. Aquella armadura de hierro casi sellada y hermética podía resistir los golpes de todas las armas afiladas, pero tenía una debilidad fatal: no podía resistir el impacto de las armas contundentes.
El comandante de la brigada se desplomó del lomo del caballo y cayó de cabeza al suelo. Los oídos le pitaban como locos, e incluso sintió un dolor agudo y punzante. Intentó arrastrarse hasta ponerse de pie, pero todo su cuerpo temblaba con demasiada violencia. La sangre se escurría por la brecha de su casco. No podía oír su propia voz con claridad, pero continuó moviendo los labios, "Quítate, quítate el casco—"
El martillo de hierro se estrelló de nuevo contra la parte posterior de la cabeza del comandante de la brigada. Golpe tras golpe llovió sobre él, aplastando ese casco hasta deformado. El plasma sanguíneo se derramó por todo el suelo, el comandante de la brigada se quedó en silencio.
Jida se puso en cuclillas sobre la espalda del comandante de la brigada y se limpió la sangre de su tatuaje de escorpión, luego se metió los dedos en la boca. Sus robustos músculos contenían una fuerza explosiva asombrosa. Levantó el martillo de hierro y clavó la mirada en Fei Sheng.
Fei Sheng sintió que se le erizaban los pelos, mientras el caballo debajo de él sacudía la cabeza con miedo. Fei Sheng tragó con dificultad; había servido como Guardia Imperial durante tantos años, y pensar que la expresión en los ojos de la otra parte lo intimidaría y lo haría retroceder.
No se trataba de un soldado ordinario de la Caballería de Biansha; ni siquiera era una de las fuerzas de élite.
No eran como las tropas de élite de Hasen, que llevaban cimitarras y dagas de pica; en cambio, estaban equipados con cimitarras y martillos de hierro con púas sobresalientes. Esta era una fuerza de Biansha que nunca había aparecido antes en los campos de batalla de Libei.
Era demasiado aterrador.
Un jadeo ahogado escapó de la garganta de Fei Sheng. Si ese martillo de hierro llegaba a los campos de batalla, entonces la Caballería de Libei se convertiría en ganado a su merced. Todas las ventajas que obtenían de sus armaduras se volverían inútiles.
"Retirada". Fei Sheng tiró de las riendas y de repente estalló en un rugido: "¡Retírense!"
¡Tenían que quitárselos de encima!
Fei Sheng dio la vuelta al caballo y emprendió una carrera desesperada. Pero las cosas no salieron según lo planeado. Esta peculiar y traicionera tropa lo seguía como una sombra; estaba claro que Jida lo había fijado como un objetivo mientras seguía implacablemente su rastro. Ambas partes se enzarzaron en una persecución del gato y el ratón en la oscuridad de la noche. Fei Sheng finalmente había probado la rumoreada Caballería de Biansha de la que se hablaba. El caballo debajo de él también era un buen corcel, pero con el no podía despistar ni ampliar la distancia en absoluto; Jida siguió pisándole los talones.
El martillo de hierro de Jida se dirigió a la parte posterior de la cabeza de Fei Sheng, y éste, al percibirlo, lo esquivó por los pelos. El caballo corría demasiado rápido, y todas esas sacudidas y golpes casi hicieron que Fei Sheng se resbalara. Estaba lejos de ser tan hábil en equitación como la Caballería de Biansha. En ese momento, ambas partes estaban a cientos de pasos del escuadrón de escolta. Fei Sheng se dio cuenta de que no sería capaz de deshacerse de la otra parte. Del mismo modo, el otro hombre tampoco le dio a Fei Sheng otra oportunidad de retirarse: Jida ya lo había alcanzado.
Fei Sheng no pertenecía a la Caballería Blindada de Libei. El martillo de hierro no era una gran amenaza para él; por lo tanto, Jida cambió de nuevo a su cimitarra. Esa hoja con forma de luna creciente se enganchó en la hoja Xiuchun(3) de Fei Sheng. Los escuadrones de atrás, que habían convergido juntos, empezaron a luchar cuerpo a cuerpo. Ambos hombres seguían galopando sobre sus caballos mientras se adentraban en el bosque disperso.
Las ramas marchitas azotaron su rostro con fuerza, Fei Sheng no pudo retirar su espada atrapada. Jida reveló una sonrisa cruel cuando le dijo a Fei Sheng en idioma de Dazhou con una pronunciación perfecta: "Eres bienvenido a ser nuestro invitado".
Fei Sheng quiso replicar, pero estaba demasiado preocupado para si quiera hablar. Al mismo tiempo que Jida se inclinaba hacia delante, tiró de su cimitarra hacia atrás, y la hoja Xiuchun de Fei Sheng se le escapó de la mano y salió volando. Inmediatamente después, su caballo fue embestido por un lado, lo que derribó a Fei Sheng. En el instante en que rodó hasta el suelo, tomó la hoja corta de un lado de su cintura y la levantó ante su cara para detener el golpe.
La cimitarra de Jida se deslizó de su mano junto con la hoja Xiuchun. Relajó todo su brazo derecho y lanzó el martillo hacia la cara de Fei Sheng. La hoja que Fei Sheng usó para protegerse del golpe se hundió por el impacto, y su antebrazo se adormeció. Reaccionó con rapidez y se apartó rodando, luego arrojó la hoja arruinada. Desarmado, se mantuvo a cierta distancia de Jida.
Inclinando su cintura, Fei Sheng continuó su retirada. Ajustó su respiración, y luego hizo un sonido de "shoo" a Jida como para ahuyentarlo.
Enfurecido ahora, Jida agarró su martillo con fuerza, pero en el mismo momento en que lo levantó, sintió un repentino peso en su espalda. Ding Tao estranguló el fornido cuello de Jida con un brazo desde atrás y se esforzó por llamar: "Daxiong—"
Antes de que Ding Tao pudiera terminar sus palabras, Jida lo agarró del brazo e intento tirarlo con la intención de arrojar a Ding Tao por encima de su hombro hasta el suelo, pero una figura surgió de un lado y se abalanzó sobre él, golpeando su cabeza contra el costado de la cintura de Jida.
El impacto de Li Xiong hizo que Jida se tambaleara y Ding Tao aprovechó la oportunidad para liberarse. Li Xiong había estado escondido en el carruaje de caballos estos días, pasándoselo en grande comiendo. Estiró ambos brazos a la vez para envolverlos alrededor de la cintura de Jida, y luego asumió la postura del caballo(4) con la intención de levantar a Jida como lo haría con el tronco de un árbol.
Jida balanceó el martillo y lo golpeó en la espalda de Li Xiong. Li Xiong gritó de dolor y exclamó: "¡Taozi, eso duele!"
Ding Tao se frotó el brazo entumecido y dijo rápidamente: "¡Golpéalo con el puño del Clan Ji!"
Así, Li Xiong aflojó su agarre y bramó mientras lanzaba un puño al pecho de Jida. Sorprendentemente, la fuerza hizo retroceder a Jida dos pasos. Feliz, Li Xiong siguió con varios golpes consecutivos, cada uno de los cuales golpeaba la carne. Recordó con claridad todo lo que Ji Gang le había enseñado. Con el aire de quien no tiene rival, miró hacia atrás y dijo: "No puede luchar—"
Li Xiong aún no había terminado sus palabras cuando Jida lo golpeó por la espalda con el martillo y lo tiró al suelo. Incluso si este muchacho era fuerte, no podría soportar el golpe. Afortunadamente, reaccionó extremadamente rápido y dobló los brazos para protegerse la cabeza. Pero aun así, la fuerza del golpe le arrancó un diente. Con sangre en la boca, escupió el diente al suelo y sintió la primera chispa de ira.
"¡Tonto! ¡Levántate!" Ding Tao gritó ansiosamente.
Incapaz de ponerse de pie a tiempo, Li Xiong solo pudo rodar para quitarse de en medio. El martillo pasó rozando por su mejilla y se estrelló contra el suelo. El barro salpicó a Li Xiong de lleno en la cabeza. Escupió repetidamente el agua fangosa que tenía en la boca. Ding Tao tuvo una idea en un alarde de rapidez mental y removió el barro con su pincel. Pisando el hombro de Li Xiong, dijo: "¡Ve!"
Con un movimiento repentino del pincel, el agua fangosa le entró a los ojos a Jida, y éste se apresuró a limpiarse. Aprovechando la oportunidad que le brindaba Ding Tao, Li Xiong apoyó ambas manos al suelo y se deslizó en un intento de pasar por debajo de la entrepierna de Jida. Pero era demasiado robusto, y sólo se había deslizado hasta la mitad cuando se quedó atascado. Este chico estaba tan empeñado en tomar ese camino. Solo tenía que ir por aquí, y al levantarse con fuerza bruta, derribó a Jida en lugar de deslizarse para salir.
Ding Tao quería alabar a Li Xiong. Inesperadamente, Jida se limpió el agua embarrada y sostuvo a Ding Tao por el tobillo que éste aún no había retraído. Ding Tao había sufrido muchas veces en el pasado con este movimiento, por lo que hacía tiempo aprendió a actuar con inteligencia. En el instante en que sintió el agarre en su tobillo, rápidamente levantó ambos brazos para proteger la parte posterior de su cabeza y cerró los ojos mientras caía al suelo. Inmediatamente después de la caída, gritó: "¡No me duele! ¡Estoy bien!"
Li Xiong se puso de pie del barro y trató de abalanzarse para sujetar el cuello de Jida en una llave de estrangulamiento, pero acababa de saltar cuando Jida, que ya estaba en guardia, dobló el codo y golpeó el puente de la nariz de Li Xiong. Li Xiong sintió al instante un dolor punzante en el puente de la nariz. Jida siguió con otro golpe y envió a Li Xiong al barro con tanta fuerza que la sangre brotó de la boca y nariz de Li Xiong.
Jida movió los hombros y los brazos, cuyo "crujido" indicaba que la pelea anterior era solo una broma en la que había estado simplemente haciéndose el tonto. Sus brazos eran mucho más gruesos y fornidos que los de Li Xiong. Mientras Li Xiong yacía en el barro cubriéndose la nariz y la boca, vislumbró vagamente el escorpión venenoso en el brazo de Jida.
Ding Tao fue levantado boca abajo, el pincel y la libreta que llevaba en el pecho se deslizaron, junto con las agujas venenosas y las armas secretas sobre él cuando Jida lo balanceó con todas sus fuerzas. Ding Tao extendió las dos manos para agarrarlos, y al no conseguirlo gritó: "¡Mis dulces!".
Pero antes de que pudiera pestañear, Ding Tao vio cómo sus caramelos envueltos en papel de aceite caían en una mano. El viento pasó por sus oídos, y en ese mismo instante, Jida vio un revoloteo de mangas blancas descender sobre la superficie fangosa, como un trozo de nieve a la deriva que llegaba con el viento y luego volvía a alzarse en el aire. El frío resplandor de Yang Shan Xue era como las ondas cristalinas de las aguas otoñales cuando de repente salió disparado hacia el pecho de Jida.
Jida no pudo retirarse, por lo que arrojó a Ding Tao a un lado en un intento de liberar una mano para agarrar la punta de Yang Shan Xue.
Sin embargo, Yang Shan Xue fue demasiado rápido. La espada tardó solo un instante en llegar hasta su pecho. Jida no consiguió agarrarlo, y Yang Shan Xue se movió en tándem con la manga blanca para lanzar un tajo hacia la garganta de Jida. Esta vez, Jida giró el hombro para esquivarlo, usando su hombro para recibir el golpe en la carne.
¡Un experto!
Las campanas de alarma de Jida sonaron.
Pero entonces, Jida se dio cuenta instantáneamente. Aunque Shen Zechuan era tan rápido como un rayo, ese golpe anterior también había expuesto la fragilidad de su constitución. Jida soltó una sonrisa sardónica y se dirigió hacia el costado del cuello de Shen Zechuan con un movimiento relámpago de su mano. Cuando la túnica blanca se retiró y esquivó sin problemas como las nubes y niebla, se acercó y cerró los puños para contrarrestar los ataques de Shen Zechuan, luego agarró a Yang Shan Xue con un giro de su mano.
Con Yang Shan Xue sujeto, el brazo de Shen Zechuan también acabó siendo agarrado por Jida.
Jida sabía que el otro hombre no era fácil de capturar. Con los movimientos de las piernas de este último restringidos coincidentemente, Jida aprovechó esta oportunidad única en la vida y se dio la vuelta para que su espalda quedara presionada contra Shen Zechuan, luego bajó su hombro para arrojarlo al suelo.
Shen Zechuan casi tosió sangre por la fuerza del golpe. No logró liberarse cuando se levantó, y se escucharon crujidos agudos cuando intercambió dos golpes con Jida con las manos. Sin embargo, Jida esquivó sus golpes con pura fuerza bruta.
Jida no era tan meticuloso en su estudio de las artes marciales, y no quería gastar demasiado esfuerzo en Shen Zechuan por esto. Mientras paraba los golpes, sintió que Shen Zechuan abandonaba el uso de Yang Shan Xue, por lo que cuando Shen Zechuan se levantó con un levantamiento de su cintura, balanceó su martillo.
Este golpe hizo que el martillo se estrellara contra el tronco del árbol y, como usó demasiada fuerza, Jida no pudo sacarlo.
Shen Zechuan era relativamente más bajo, y cuando sus ojos negros se fijaron en Jida, éste escuchó el crujido de algo que se rompía. Si bien no podía entender qué era este sonido, sí pudo percibir el peligro en el que se encontraba. Casi de inmediato, abandonó su martillo. Pero antes de que Jida pudiera hacer un movimiento, Shen Zechuan ya lo había atacado. Esta vez fue mucho más rápido que antes, como si hubiera estado planeando este momento desde el principio, esperando y atrayendo a Jida hasta que éste se acostumbrara al ritmo de sus movimientos. Jida incluso llegó a sospechar que Shen Zechuan no resultó herido en lo más mínimo, que su fragilidad de antes era todo una actuación.
Pero Jida ya no tuvo la oportunidad. Sangre fresca brotó de su cuello, rociando todo el rostro de Shen Zechuan. Su garganta se estremeció; no podía creer que sería derrotado en este lugar. Desplazó su mirada con lentitud y vio un par de ojos profundos e insondables.
Shen Zechuan pareció acordarse por fin de saludar. Con sus expresivos ojos semicerrados, dijo amistosamente a Jida: "Eres bienvenido a ser nuestro invitado".
En el momento en que las palabras salieron de su boca, Jida cayó de espaldas al suelo.
Con medio pincel sobresaliendo del cuello.
Ding Tao todavía estaba muy agitado cuando Shen Zechuan dejó caer sus dedos para lanzar los dulces a sus brazos. Ding Tao lo atrapó aturdido y vio el papel de aceite rojo por la sangre—sangre que ya se había filtrado en el interior.
Notas:
1. Caballería pesada: hombres fuertemente armados y blindados sobre caballos igualmente blindados. Su función principal era entrar en combate directo con las fuerzas enemigas, por ejemplo, la Caballería Blindada de Libei.
Caballería ligera: hombres con armaduras ligeras y ligeramente blindados a caballo. Sus misiones eran principalmente de reconocimiento, escaramuzas y comunicaciones. Aunque en este caso se refiere a Fei Sheng, ya que, en comparación, no va ataviado con armadura pesada como la Caballería Blindada de Libei.
2. Específicamente un changdao, o una espada china de dos manos y un solo filo.
3. 绣春刀 La hoja Xiuchun es la espada de los Guardias Imperiales durante la Dinastía Ming.
4. 马步 Postura de caballo, una postura común en las artes marciales chinas y que toma su nombre de la posición asumida al montar a caballo.