Parte 284: ¡Está ardiendo!

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Veigar se encontraba solo en su casa, más concretamente en el sofá junto con el poro. Estaba bastante tranquilo, aunque sabía que eso no iba a durar mucho...

De hecho el timbre sonó a los pocos segundos confirmando un poco sus sospechas.

"Fiora, Draven, un doble gemelo malvado... a ver qué toca" - dijo algo cansado

"........."

"O Braum, espero que no sea Braum..."

Cuando el yordle fue a abrir la puerta, se topó con Lulu, lo cual no era nada raro.

"Ya he terminado mi partida" - dijo sonriente

"¿Ganaste o perdiste?"

"Ninguna de las dos, hubo un empate"

"¿Cómo que un empa... argg... déjalo y entra"

El hechicero se detuvo en su camino hacia el salón para mover un centímetro uno de los cuadros del pasillo. Le gustaba que estuviese bien posicionado...

Para cuando volvió a la habitación el sofá se encontraba en llamas... en llamas...

"Ve... Ve... Veigar..."

"¡Solo han sido cinco segundos! ¡¿Qué has hecho?!"

"¡No ha sido aposta!" - dijo la chica nerviosa

"¡Incluso has traumatizado al poro!"

El animalito de hecho estaba ligeramente intranquilo en el otro extremo de la sala.

"Pe-pe-pero...." - intentaba explicar la chica

"¡¿Cómo has incendiado el sofá?!"

"Me he acercado... y ha estallado en llamas...."

"¡¿Cómo va a estallar solo en llamas?!"

"¡Pero si es cierto!"

El brujo consiguió extender las llamas con un simple cubo de agua, aunque aún estaba muy enfadado.

"No puede haber estallado así como tal"

"Pero es cierto" - dijo mientras se apoyaba en la mesita - "Estalló y..."

De repente la mesilla se prendió también para asombro de los yordles. La chica en concreto recibió una mirada penetrante del mago.

"¡Yo no he hecho nada! ¡Tu lo has visto!"

"¡Pues está ardiendo!"

"¡Ya lo sé...!"

Veigar agarró otro cubo de agua del servicio y extinguió el fuego nuevamente, aun así la mesilla tenía quemaduras por todos los lados.

Esa mesilla fue un regalo, por lo que el enfado y el coraje iban en aumento.

"Esa mesa... Lulu..."

"Solamente la toqué" - dijo la chica algo arrepentida

"Enséñame tus manos"

La joven hizo lo que el mago le pidió y empezó a examinarlas detenidamente durante algunos segundos.

"No has lanzado ningún hechizo, tampoco hay señales o marcas de fuego..."

"Entonces, ¿qué ha pasado?" - preguntó preocupada

"¿Qué objetos tenías en la anterior partida?"

La chica lo pensó durante algunos segundos, rememorando su equipamiento.

"Una piedra de visión y media capa de fuego... creo..."

"¿Capa de fuego?"

"Sé que era un poco raro, pero..."

El brujo se cruzó de brazos y empezó a darle vueltas a la cabeza.

"Ve al dormitorio y cámbiate de ropa"

"¿Cambiarme? ¿Por qué?"

"Tu hazlo, pequeña piromana"

"Vaaaaale..."

Pasaron algunos minutos y Lulu volvió con su ropa de domadora de dragones.

"Ya estoy cambiada"

"¿Encontraste algo entre las ropas?"

"Si...." - dijo mientras le enseñaba una piedra en forma de llama

"Lo sabía... tenía que ser eso..."

La piedra era una "Ceniza de Bami", un objeto utilizado en la creación de la Capa de Fuego Solar y que permitía generar una intensa llama.

"Seguramente se quedaría en tus bolsillos tras la lucha"

"¿Entonces ya podemos pasar el rato?"

"No, yo me voy a dormir, tu limpiaras la mesa y el sofá"

Y efectivamente al final Pixie y Lulu fueron quienes tuvieron que arreglar el estropicio de la ceniza... que ellas habían causado.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora