Parte 264: Temores profundos

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Veigar se encontraba dormido y siendo víctima de una profunda pesadilla causada por Fiddlesticks. Ambos estando en el salón del yordle.

Los oscuros sueños que inundaban la mente del yordle estaban vinculados a su pasado, cosa que el espantapájaros agradecía.

"Te has escapado de mi... pero aún quiero comprobar tu miedo..."

"¡Grruaaa!" - gruñía un cuervo

"Tranquilos... mis niños... hay más..."

"Ahh... agg...."

"Creedme que hay mucho más..."

Se acercó el sofá y mientras sujetaba su guadaña empezó a leer de nuevo su mente.

"N-no puedo escapar... me rodean..." - decía el brujo con pánico

"Jeejeje... sigamos..."

"Arr... ar...."

"Hasta que rece por su vida..."

Las paredes de la cafetería donde se encontraba Veigar se estaban acercando cada vez más y más. Si no salía de ahí pronto acabaría aplastado.

El problema era que también estaba paralizado por el miedo.

"Tiene que haber alguna escapatoria... tiene que haberla..."

No la hay... no la hay...

"Ahí... ahí..."

Una puerta entre abierta apareció en el muro de enfrente, y el yordle juraría que no estaba ahí antes...

Fuese como fuese el caso, Veigar corrió como nunca para poder alcanzarla antes de que todo se plegara, consiguiéndolo en el último segundo.

"Uf.... casi no lo... consigo..."

¿Casi? ¿Por qué casi?

"Arff... arf..."

Se encontraba en una mazmorra, no la que tenía para Rammus sino una Noxiana, una que reconocería en cualquier sitio.

"Esto no es cierto...."

Sí... sí... recuerda...

"No... no..." - repetía mientras se daba la vuelta

La puerta había desaparecido, en su lugar solo había otra pared llena de ladrillos.

"No... otra vez no..." - dijo casi sin aire, presa del pánico

Recuerda... revive....

De repente, un ruido sonó desde detrás suya, una especie de gemido. El brujo se dio la vuelta y vio a alguien atado con grilletes a la pared, un yordle de pelaje oscuro.

"No... no puede ser... tu..."

"A... ayu... ayuda..."

Era él mismo, salvo por el hecho de que tenia la cara más demacrada. El poco pelaje que le quedaba era el de las orejas, su pecho estaba abierto y se le veían los huesos.

"¿Qué (bababui) eres tu?"

"Yo... yo..."

En el mundo real Fiddlesticks se deleitaba agarrando su guadaña avanzando lentamente hasta estar al lado suya.

"Soy tu peor pesadilla..." - dijo con voz fría

En la pesadilla de Veigar, el siniestro yordle empezaba a hacer lo mismo, avanzaba hacia él mientras arrastraba sus pesadas cadenas.

"Uaahhhh....."

"Aléjate.... ¡aléjate de mi! ¡yo no soy tu!"

"Si.... si lo eres...."

"Aléjate... por favor..."

Las paredes volvían a encogerse sobre ellos, Veigar miró a aquella cosa, apenas se podía decir que siguiera vivo. Era la parte que el mago había dejado atrás hace mucho tiempo.

"Yo no soy tu..... ¡Yo no soy tu!"

"Si lo eres...." - dijo el monstruo antes de que el mago le apartara

"¡Fuera de mi camino!"

El Maestro del Mal lanzó un poderoso Estallido Primordial que también realizó en el mundo real, impactando con fuerza al espantapájaros.

"Maldito... yordle..."

"Arrghh... dónde..." - gemía medio despierto

"Vuelve en sí... pero volveremos... desde luego que lo haremos..."

Antes de que le viese los cuervos le rodearon con gran velocidad, haciendo que desapareciera en unos segundos.

"Uff... que mal... sueño..."

"¡Grruaaahhh!"

"Fuera, maldito cuer..."

El hechicero abrió los ojos conforme la luz del amanecer entraba por las ventanas, espantando a su vez al pájaro.

El mago respiró hondo y andó por el pasillo hacia su habitación. Se merecía un buen descanso tras haber luchado contra sus miedos y haber ganado.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora