Parte 153: Veigar y Tristana

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Tristana había pasado el día anterior jugando en la nieve con Lulu, extrañamente ella no había ido a la quedada que tenían, así que fue a visitarla.

La chica pegó un pequeño golpe en la puerta de la mansión, esperando que le abrieran.

"Es una de las pocas veces que no vengo aquí por problemas"

"¿Si? ¿Quién llama?" - preguntaba el brujo mientras abría la puerta

"Hola Veigar, vengo a..."

"......."

Sus palabras fueron interrumpidas cuando el yordle le cerró la puerta. La joven se quedó sorprendida algunos segundos y volvió a llamar con más fuerza.

El brujo abrió nuevamente, visiblemente algo cansado.

"¿Aun sigues aquí?"

"¡Vengo a ver a Lulu!"

"¿Lulu?"

"Sí, ¿hay algún problema?"

"Supongo que... está bien..." - dijo con cierta desconfianza

"Qué desconfiado..."

"Está en mi naturaleza"

"Será eso..."

El hechicero le guió hasta su sala de estar, luego se sentó en su sillón y la yordle en el sofá. Pasaron varios segundos en silencio.

"¿Dónde está Lulu?"

"En su dormitorio, ahora no puede salir" - dijo el brujo cruzado de brazos

"¿En su dormitorio?"

La voz de Veigar era fría y penetrante, aunque dijera algo normal seguía sonando amenazante.

"¿Por qué no puede salir? ¿La tienes encerrada?" - preguntó mirándole fijamente

"No puede salir porque tiene fiebre"

"¿Fiebre?"

"Ayer cogió frío tras pasarse todo el día en la nieve"

"Ah... ya veo...."

"Siempre acaba igual..."

Pasaron varios minutos, ninguno de los yordles hablaba y la tensión era muy grande. Normal, pues eran enemigos desde hace mucho.

"¿Cómo te van las cosas?"

"Normal" - respondió en seco con su fría voz

"¿Cómo vas con Lulu?"

"Bien, supongo"

"¿Te has encontrado con..."

"¿Teemo? Desde aquel día de nieve no..."

En ese momento el yordle oscuro se levantó y se fue del salón. Tras varios minutos de estar sola, le vio regresar un baso en la mano.

"¿Dónde habías estado?"

"Fui a llevar un poco de sopa a Lulu" - respondió retomando su asiento

"¿Está despierta?"

"No, se durmió nada más tomarse la sopa"

"Podrías haberme avisado, te hubiera acompañado"

"Solo hubieras molestado" - dijo con frialdad

"¡¿Cómo que molestia?!"

"No grites..."

"Chsst..."

La sala volvió a estar en silencio algunos segundos, tiempo en el que la chica intentó no matarle.

"Veigar, ¿puedo hacerte una pregunta?"

"Si así te callas...."

"¿Por qué estás con Lulu?"

"Porque la quiero... supongo..." - contesto con su voz fría

"Ya veo..."

A Tristana le costaba entender cómo un tipo así podía tener sentimientos hacia Lulu... o hacia cualquier ser vivo.

"Por cierto, eso me recuerda a algo..."

"¿Recordarte a algo?"

"Sí... un momento..."

El brujo se levantó y cogió una carta de uno de los estantes.

"Esto es para ti"

"¿Una carta? Querida Tristana..." - empezó a leer la yordle, extrañándose un poco - "Pero Veigar, ¿Qué es esto? ¿Por qué me das esto? Tu estás con Lulu...."

"No seas idiota, es de Rumble, no mía"

"¿De Rumble?"

"Le prometí que te la daría si alguna vez pasabas de Teemo"

"Oh, ya veo...."

No era por la carta de Rumble, sino por el propio mago, aunque no lo pareciera estaba muy cambiado de cuando le vio por primera vez.

En aquel momento... no le gustaba admitirlo, pero incluso le dio un poco de miedo...

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora