Parte 152: Atrapados en la chimenea

732 64 9
                                    

Era la época de Navidad en Runaterra tras un año que se les hizo bastante corto. Todos los yordles estaban celebrándola, a excepción de dos de ellos.

Hablamos efectivamente de Lulu y Veigar, quienes estaban algo "presionados" en una chimenea.

"Menos mal que no tengo huesos..."

"Ya.. ¿alguien puede recordarme como llegamos a esta situación?" - preguntó Veigar enfadado

"Pueeeeeeees...."

El maestro del mal se encontraba junto a Zac y ya la brujita atrapados dentro de una chimenea.

"Todo esto es por tu culpa"

"No pensé que Lulu fuera a tirarse" - dijo el líquido viviente

"Solo quería ser la primera"

"Y a causa de eso estamos en una maldita chimenea..."

"Para una simple cosa que tiene Riven en su casa y quedamos atascados en ella..."

Para comprender la historia uno tiene que retroceder un poco en el tiempo. Con ir a la tarde de ese mismo día es suficiente.

"Estas navidades serán tranquilas" - dijo Veigar mientras estiraba sus brazos

"........."

"Lo digo en serio, Poro, nada de fiestas o de..."

"........."

"........."

"........."

"Tres.... dos.... uno...."

"¡Veigi!"

"Lo sabía..."

La pequeña hechicera entró corriendo en el salón, mientras el brujo suspiraba.

"¡Veigi! ¡Veigi!"

"¿Qué quieres Lulu?"

"Zac está en la puerta, dice que quiere hablar con nosotros" - le explicó la yordle

"¿Zac? ¿El moco verde y grande que invadió mi casa?"

La chica afirmó con la cabeza y un gigante verde pasó a la sala, intentando sentarse sin provocar molestias.

"¿Qué es lo que quieres?"

"Supongo que conocerás a una campeona llamada Riven..."

"¿Riven? Claro, es una de las luchadoras más fuertes"

"Pues resulta que es una amiga... cercana... y le agrada mucho la navidad"

"Eso es algo adorable" - dijo con cierta frialdad - "Pero.... ¿qué tiene que ver eso con nosotros?"

"Ella no suele tener muchos recuerdos agradables, se me ocurrió hacer como si Yordle Claus le hubiera visitado"

Yordle Claus era un mito que tenían los yordles acerca de un yordle que repartía regalos en Navidad. La idea mismo de ese concepto era totalmente absurda... pero muchos creían en él.

El Maestro del Mal en concreto no creía en su existencia.

"¿Riven cree en Yordle Claus?"

"No lo sé... pero pienso que podría agradarle la sorpresa, acudo a vosotros porque sois los únicos yordles que conozco"

"Pues lo siento, pero..."

"¡Claro que te ayudaremos! ¿A qué si Veigar?"

"¿Eh? ¿Qué?"

El brujo se quedó mirándola algunos segundos, luego al experimento, finalmente dio un suspiro. Si no lo hacía seguramente no le dejarían en paz.

"Qué remedio...." - dijo mientras se levantaba

"Bien, tengo un plan perfecto"

"De acuerdo... veamos tu..."

Poco después los tres se encontraban delante de la casa de Riven, situada al lado de Bandle.

"Repiteme ¿Cuál es tu perfecto plan?"

"Yo entro por debajo de la puerta y me lanzáis el regalo por la chimenea" - explicó el experimento

"Veo un pequeño fallo en tu plan" - señaló Veigar

"¿Fallo? ¿Cual?"

"El regalo podría romperse, ademas si entras de esa manera le pegarás un susto"

"Bien, ¿qué puedo hacer entonces?"

"¿Qué tal entrar tú por la chimenea?"

"¿Entrar yo?"

Volvemos al presente, los tres siguen atascados en ese espacio estrecho. El hechicero estaba muy furioso.

"¿Cómo vamos a salir?" - pregunto la chica

"Zac, conviértete en liquido, así podremos bajar"

"Pero podríamos asustarla"

"Si, pero también podemos... ¡morir de frío!"

"Buen punto"

El moco se disolvió y los tres cayeron por la chimenea a los pies de Riven. La campeona arqueó la ceja al ver a dos yordles y su amigo Zac.

"Ho... hola Riven..."

"¿Alguna explicación?" - preguntó la mujer - "Y quiero una"

"Por supuesto, Zac te la contará, nosotros tenemos asuntos pendientes"

"¿Y tu eres?"

"Nadie..."

Y el maestro del mal se marchó llevándose a Lulu a rastras. Todo esto era muy extraño para la campeona albina.

"Verás... esto... es navidad...."

"Si.... navidad...." - repitió con tono acusador

"Pensé que te haría ilusión un regalo" - dijo observando el que le había traído, destrozado

"Oh..."

Riven abrió los ojos y luego esbozó una ligera sonrisa.

"Muchas gracias por el esfuerzo" - dijo acercándose para abrazarlo

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora