Parte 253: Prender la llama

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Era un sábado, el Instituto normalmente estaba hasta arriba de campeones e invocadores participando en sus batallas. Sin embargo había dos campeones que no se dedicaban precisamente a eso.

Eran Lissandra y Brand, a los que se le llamaría una pareja. Para ellos había una cierta costumbre para quedar en los jardines que había detrás de la academia.

"Hacía tiempo que no nos veíamos"

"Si, bastante, últimamente he estado ocupada" - le respondió Lissandra muy seria

"He oído que casi la palmas"

"Yo no voy a morir tan fácilmente"

"¿Y qué pasó?" - preguntó igual de serio que ella

"¿Acaso estás preocupado por un intento de asesinato?"

"Si alguien tuviera que matarte solo veo dos opciones... o te mata un dios o te mato yo"

"Qué romántico..."

La bruja no sabía cómo tomarse que el hombre que se había enamorado de ella pensase en su potencial muerte.

"El caso es que me atraparon con otros en la Cámara Magmatica"

"¿Ese sitio existe? Creí que era una leyenda urbana"

"Pues lo he comprobado y era bastante real..."

"¿Y qué hacías allí? No es un lugar que te convenga"

"Una especie de mago con poderes o algo así fue el responsable"

La respuesta del videojuego encantado sonaba bastante lamentable, y tampoco tenía conocimientos exactos. Tampoco era una epopeya digna de recordar en los escritos de una reina.

"Un poco extraño, aunque me alegro de que no te haya pasado nada"

"Ese es un detalle por tu parte"

"Serías una gran perdida..."

Ambos hablaban de manera similar, manteniendo una seriedad típica de sus personalidades y que hacían parecer que no eran una pareja.

Esto de una forma muy egoísta molestaba a Lissandra, aunque era demasiado orgullosa como para expresarlo abierta...

"Oye Brand, no pareces un pretendiente muy... alagador, los sabes ¿no?"

"¿Alagador?"

"Ya sabes... no me muestras demasiado..."

"Bueno, tu no quieres que nos vean en publico" - le cortó rápidamente

"Ya, pero ahora estamos solos, podrías ser más cortés"

"¿Cortés dices?"

El hombre se acercó un poco más y le abrazó, la fricción hizo que saliera un poco de vapor. Debido a la temperatura de su cuerpo Lissandra no sufrió daño.

Cabe a destacar que debido a sus años como extraño ente no tenía una forma muy corriente de mostrar afecto.

"No siento calor... pon más esmero"

"Pero eres de hielo, no sientes calor" - le puntuó el hombre de fuego

"Cállate y abrázame más fuerte..."

El antiguo marinero se molestó un poco, pero simplemente le abrazó un poco más fuerte, se notaba que la mujer estaba algo contenta.

"Por cierto, ¿no crees que un poco raro lo de vernos a escondidas?"

"No quiero que vean a una reina fría y calculadora con su amante"

"Pero reunirnos aquí y hablar es algo..."

"Este sitio es especial" - le cortó visiblemente molesta

"Es... especial..."

"Aquí fue donde me pediste salir, ¿no es eso bastante?"

El hombre de fuego se quedó callado un rato... realmente tan especial no era, mucha gente pasaba por allí a diario...

Pero teniendo en cuenta que se trataba de la bruja del hielo, eso significaba mucho...

"Me gusta quedar aquí y que recuerdes eso... pero he estado mucho tiempo encerrado..."

"Ya estás recordándomelo..."

"Ambos somos adultos, deberíamos poder salir como gente normal, no como adolescentes"

"Yo... yo no soy normal... y lo sabes..."

Lissandra no se sentía como una adolescente... aunque eso de tener un amante por primera vez le hacía sentirse rara...

"Actualmente eso es complicado" - le dijo algo fría - "Quiero obtener el trono de Freljord y eso no será posible si ven mis debilidades"

"Pero dijiste que los Emisarios sabían de lo nuestro"

"Ellos son mis am... aliados, tengo confianza en ellos" - le respondió dubitativa

Brand se quedó pensando un poco, luego acercó su cabeza hacia el hombro de Lissandra.

"¿Qué pasa?"

"Nada... supongo que merece la pena no ser tan normal..."

Su majestad sonrió un poco y le tocó con su mano la cara, soltando un poco de vapor.

"Vamos a quedarnos así un poquito más... ¿de acuerdo?"

"Lo que diga su majestad"

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora