Parte 54: El Forajido

983 78 15
                                    

La noche pasó y al amanecer el hechicero salió a su jardín para poder tomar el aire. Estaba algo cansado por la chusma que vino a molestarle...

Fue entonces cuando vio a un extraño hombre apoyado en el muro de su mansión y con una manta por encima.

"¿Qué tenemos aquí?"

"Pixie, Pixie..."

"Maldita hada... vete con tu dueña..." - le espantó antes de volver con el tipo - "Así que... ¿un vagabundo?"

Un par de horas después el hombre se despertó, le dolía la cabeza y se sentía fatigado. Tenía unos grilletes en su pierna derecha.

"¿Qué demonios es esto?"

"Esos son grilletes"

"¿Mmm?"

"Y tu estás en mi mansión"

El Maestro del Mal entró por la puerta de la mazmorra y se dirigió hacia el centro de la celda.

"Hola Malcolm Graves, un placer tenerle en mis mazmorras"

"Veigar, ¿por qué me has encerrado aquí?" - dijo sin alterarse, tratando la situación con humor

"¿No te parece algo evidente?"

"Pues... tu sabes, hay mil motivos"

"¿Por qué has invadido tú mi propiedad?"

"Solo buscaba un lugar donde pasar la noche"

"Pues fíjate la sorpresa, aquí vas a pasar la eternidad" - dijo cerrando la puerta de un golpe

"Qué carácter tiene el pequeñín..."

Graves soltó una carcajada mientras miraba fijamente sus grilletes, no era la primera vez que acababa en una prisión. En especial si recordaba aquel trato con Twisted.

"Hey, tío, ¿pasa algo?"

"¿Hay alguien a... quí..."

Graves se quedó algo sorprendido cuando oyó esa voz y se topó con Rammus el armadurillo.

Si bien ambos nunca habían hablado fuera del instituto, sí le tocó alguna vez en su equipo. Así que más o menos le conocía.

"¿Rammus?" - se extrañó Graves - "¿Qué haces tu aquí?"

"Eso debería preguntarlo yo"

"Pero yo he preguntado primero"

"Es una larga historia, tiene que ver con un seguro dental, algún día te la contaré" - contestó Rammus

"¿Seguro dental? Prefiero pasar sin escucharla..."

"Pero si está llena de... bueno, realmente es bastante aburrida y simple"

"Oye, siendo tu me parece extraño que no hayas derribado esto..."

"¿Por qué voy a irme? Soy un prisionero" - dijo con tranquilidad

"¿Para dejar de serlo? No hace falta ser muy listo"

"No tengo mucho interés por ahora"

"Eres un tipo muy raro" - admitió Graves

"Me lo dice Clint Eastwood"

"No me llames por nombres raros, ¿de acuerdo?"

"No es un nombre ra... bueno, un poco..."

El forajido sacó un cigarrillo y lo encendió para intentar pensar en su posible escape.

"Oye, ¿y cómo has acabado aquí?"

"Me perseguían Caitlyn y Vi, por lo visto intentar matar a un campeón es ilegal, incluso si se trata de Twisted Fate" - dijo con una larga sonrisa

"Intentar, ¿no lo conseguiste?"

"No, pero si lanzas una granada a un tío que se esta teletransportando si lo parece" - explicó viendo su arma casi destrozada

"¿Puedes repararla?"

"Si, pero necesitaba tiempo..." - dijo estallando en carcajadas

"Pareces tomarte esto con bastante humor"

"He crecido en Aguas Estancadas... Bilgewater... tengo que tomármelo con humor"

"No es una mala filosofía"

"Estoy seguro que Caitlyn está por llegar para arrestarme"

"Seguro que Veigar te ayuda, no es tan malo como dice"

"¿Tu crees? Hablamos del tipo que me ha metido aquí por dormir apoyado en un muro"

"Hombre, invadiste una propiedad privada"

"Técnicamente..."

El mismo Maestro del Mal abrió la puerta y miró al bandido, quien no parecía excesivamente aterrado. Ni un poquito.

"Caitlyn y Vi están a punto de llegar por el aviso de un aldeano..."

"¿Esos de la otra noche? Vaya barullo formaron"

"Ya, bueno... tienes unos minutos para quedarte o irte, tu elijes..." 

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora