Parte 11: Odio a los Piratas

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Veigar y Lulu habían sido atrapados por Miss Fortune durante un día de playa que se supone era para divertirse.

Actualmente se encontraban amarrados el uno al otro en la bodega del barco que la pirata, bastante incómodos y pesimistas.

"¿Qu-qué crees que harán con nosotros Veigar?" - preguntó preocupada Lulu

"Seguramente intentarán vendernos o matarnos"

"Va... ¿va en serio?"

"Muy probablemente"

La respuesta de Veigar fue muy directa, cosa que hizo que la chica empezara a llorar de solo pensarlo.

"¡No quiero ser vendida!"

"¡Deja de llorar!"

"¿Y qué podemos hacer para escapar?"

"¡Si me dejas pensar podré encontrar la solución!"

El hechicero miró a su alrededor, su bastón estaba lejos y sin él no podía controlar demasiado bien sus poderes. Igual se mataban en el proceso.

"Mis guantes son puntiagudos, puedo usarlos para romper la cuerda...."

"Que buena idea has tenido Veigi"

"No me llames Veigi..."

"Pixie Pixie"

"Y tu cállate... mira que para uno que está libre..."

Veigar abrió la mano que se encontraba junto a la de Lulu y empezó a acercarse a la cuerda para rasgarla.

"Creo que está funcionando"

"......."

"¿Te pasa algo Lulu?"

"........"

"Estás algo callada, más de lo normal"

"Es que... estás.. to-tocando mi culito..."

"¿Tu qué has dicho?"

El silencio se hizo entre ambos a medida que Veigar comprendía que lo estaba tocando con sus puntiagudas garras. El hecho de que Lulu siguiera en bañador no ayudaba.

"¡Ha sido accidental!"

"Sabes que no pasa nada veigi..."

"¡Si que pasa! ¡Y no me llames Veigi!"

"Pixie Pixie"

"¡Y tú cállate de una maldita vez!"

Y por todo el alboroto causado fue que Miss Fortune entró en la bodega. No le gustaba que la gente gritase si no los causaba ella.

"Con que estáis haciendo manitas eh" - decía entre burlas

"No estamos haciendo..."

"Si, estábamos haciendo manitas"

"¡Lulu, no inventes cosas!"

"Dais mucha risa, el pequeño maestro del mal vencido por una cuerda"

"Si estuviera desatado verías lo malvado que puedo ser"

"¿Piensas que un mago y una hada pueden impedírmelo?" - preguntaba Miss Fortune mientras sacaba sus armas

"Pude impedir cosas mayores a Gangplank..."

"Yo no soy Gangplank... soy mucho mejor...."

"Dísculpa, señora Fortune"

"¿Sí? ¿Qué ocurre? Hadita..."

"Yo soy un maga hada, no un hada como tal...."

En ese momento de distracción Veigar tuvo una idea digna de Swain y empezó a rasgar la cuerda hasta que pudo liberar la mano.

"Y bien pequeño maestro del mal..."

"Dime, pelirroja"

"¿Vas a contarme cual es tu plan malvado?"

"¿Mi plan? Este..."

Rápidamente el mago agarró un objeto de su cinturón y lo lanzó contra la pared de la bodega.

"Así que liberas tu mano... para fallar..."

"........."

"Veamos qué ha sido eso..."

La pirata avanzó hacia la pared para encontrar el objeto, algo que realmente no esperaba ver.

"¿Un guardián de visión? No estamos en la grieta"

"Créeme que lo sé muy bien"

"Veigar, esto aquí no te sirve de mucho, ¿qué pretendes iluminar?"

"Su camino..."

Una enorme sacudida hizo temblar todo el barco, haciendo que la corsaria se cayera fuertemente contra el suelo.

"¡¿Qué ha sido eso?!" - gritó airada la pirata

"¡Capitana! ¡Hemos sido abordados!"

"¡¿Abordados?! ¡¿Por quién?!"

"¡Ha sido..."

Una enorme ancla perforó la pared de la bodega, arrastrando con el parte del barco y revelando unos ojos brillantes de color naranja.

"Maldita... sea..."

"¡El terror de las profundidades!"

Nautilus agarró con una mano a los yordles y con la otra volvió a golpear la embarcación.

"No sabía que estuviese por aquí...."

"¡Yo siempre estoy en el mar!"

"No me refería... ¡estúpido trozo de hojalata!"

"Espero que sepas nadar Miss Fortune" - decía Lulu sin nada de malicia

"Malditos.... ¡yordles!"

Y el submarino se fue alejando hacia la superficie conforme el barco de Miss Fortune se hundía en el mar.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora