Parte 252: Medio Dragón

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Veigar y Lulu estaban tranquilamente recogiendo manzanas... aunque en el caso del Maestro del Mal de una forma un tanto involuntaria.

Ambos se encontraban ahora quietos, viendo como un imponente dragón se acercaba más y más hacia ellos.

"Genial, primero videojuegos asesinos y ahora un dragón" - se quejó el brujo

"Igual no es tan malo, quizás es..."

"¡Graaahhhhhh!"

"Si, seguro que él también quiere ser amigo tuyo"

"¿Un último beso antes de morir?" - le preguntó Lulu algo enrojecida

El Maestro del mal se limitó a lanzarle su típica mirada asesina.

Pero en ese momento el dragón empezó a rodearse de fuego. Pasados unos segundos una mujer de piel azul y coraza de rojo salió de las llamas.

"¿Shyvana? Lo que me faltaba, ¿te ha enviado Jarvan?"

"No me ha enviado el príncipe, vengo por iniciativa propia" - dijo la mujer dragón

"¿Qué te trae por aquí? Tu no comes yordles, ¿verdad?"

"Claro que no como yordles" - dijo con indignación

"Entonces me has hecho ganar una apuesta a cierto quími..."

"Estoy aquí a por ese dragón" - le interrumpió la mujer

La mujer señaló al dragoncito, que parecía jugar con los restos de la manzana.

"Sí, por favor, llevate..."

"¿Por el dragón? ¿Por qué quieres llevártelo?"

"Este dragón lleva varios días lejos de su madre, si no me la llevo pronto comenzará a buscarla"

"Llevátelo, total, no creo que volvamos a verlo"

"Pero... ¿no podemos jugar con el un poquito más?" - le preguntó la hada

"¿Jugar dices?"

La mujer dragón se quedó unos segundos pensando, no pasaba nada siempre que lo llevara con su madre... aunque podría ser algo muy imprudente.

"Si quieres puedes, pero solamente un rato" - le dijo sin perder las formas

"¡Bieeeeen!"

"¡Pixxieee!"

"¿Por qué os esforzáis tanto en complicarme la vida?"

"No tienes por qué quedarte si no quieres"

"Eso es... cierto..." - se paró a pensar por un segundo - "Simplemente no quemadlo todo..."

"¿De verdad vas a irte?"

El Maestro del Mal suspiró con cansancio y luego marchó hacia su casa sin responder.

"¿Siempre es tan cascarrabias?"

"En el fondo es un trozo de pan"

"Si, un trozo de pan quemado" - añadió Shyvana mientras se sentaba

"No digas eso del pobre"

Lulu jugaba con el dragón lanzandole algunas manzanas y rascandole la cabeza con su manita, también procuraba que no le quitara su cetro.

"Parece que le caes bien al dragón" - dijo Shyvana con asombro

"¿Por qué no le iba a caer bien?"

"Bueno, normalmente los dragones no tienen mucha confianza con los humanos o yordles"

"Eso me parece una tontería, los dragones son monos y tiernos como los poros"

"Como los Poros, eh..."

En ese momento Shyvana recordó cuando siendo pequeña todos los niños se metían con ella, solo por el echo de ser una mestiza dragón. Todos menos uno que siempre le daba la mano...

"Shyvana, ¿estás escuchando?"

"¿Qué sucede Lulu?"

"Digo que ya es tarde, deberías llevarle con su mamá"

"Si, será lo más seguro" - dijo mientras lo cogía con las manos - "Nos ve..."

"¿Podrás traerlo otra vez?"

"¿Traerlo otra vez?"

Shyvana miró al pequeño dragón y a la maga, ambos contentos tras jugar durante horas. Y de la mano de Shyvana dependía si el dragón crecía como ella o con odio hacia los demás...

"Veré qué puedo hacer" - dijo sonriente a la chica

"¡Muchísimas gracias!"

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora