Parte 123: ¿Dónde está mi sombrero?

939 70 9
                                    

Era sábado por la mañana, algo tarde para las horas habituales a las que el hechicero de morado solía levantarse. Aunque debido a su descanso.

Una semana entera de rotatoria y trasnochar un poco por culpa de Lulu le hicieron quedarse descansando.

"Arrhhgghh" - bostezaba el brujo a medida que se levantaba

"Veigar, ya has despertado"

"Ufff... qué bien he dormido..."

Rammus estaba viendo la televisión en una pantalla muy pequeña. Parecía una telenovela.

"Buenos días... ¿de dónde has sacado ese trasto?"

"Me lo han traído por catálogo"

"Recuerdame que lo destruya luego.... ¿qué hora es?"

"Creo que es... casi media mañana"

"Es algo tarde, podrías haberme despertado" - dijo de manera frívola

"Los maestros del mal también necesitan dormir"

"Ya, me parece raro que no haya venido Lulu a despertarme"

"Si, bastante raro..."

"¿No habrá entrado?"

"Pues no lo sé, estaba demasiado pendiente a la telenovela"

Veigar se colocó bien su chaqueta, se puso sus botas, sus guantes y...

"Un momento, ¿dónde está mi sombrero?"

"¿Tu sombrero? ¿No lo dejas siempre al lado de tu almohada?"

"¡Pero no está! ¡Y lo necesito para salir!"

"Tienes otros sombreros, coge uno y ya está, tranquilízate hombre"

"La mayoría de mis sombreros los explotó Rumble junto con la casa, solo tenía ese"

"Ese dato siempre se me olvida"

El yordle oscuro parecía estar entrando en un ataque de pánico inducido por la perdida de su sombrero.

"Veigar, tranquilo, ¿seguro que no tienes otro?"

"Está el de la esquina, pero no me fió" - dijo lanzando una mirada al Sombrero de Rabadon

Quémalo... quémalo todo...

"Mmmm, vale, ¿no tienes nada con lo que ocultarte?"

"Bueno, si... tengo algo" - dijo mientras agarraba su Morellonomicon

"Oh, me encanta ese truco..."

Veigar abrió el libro y leyó un párrafo en voz alta, siendo que en segundos su cara envuelta en cicatrices desapareció. En su lugar su cabeza estaba totalmente oscura y sus ojos se veían brillantes, como cuando su sombrero le ocultaba.

"Estás como siempre, ¿por qué no usas ese hechizo en vez del sombrero?"

"Usarlo durante mucho tiempo puede aturdir mi visión, por eso no lo uso mucho" - dijo mientras se dirigía a la puerta

"¿Qué vas a hacer?"

"¡Voy a encontrar mi sombrero y a matar a quien haya osado arrebatármelo!"

"Suerte, supongo..."

"No... no sabrás algo, ¿verdad?"

"No, simplemente estoy algo distraído con la serie"

"Tonto armadurillo..."

Tras salir por la puerta Rammus se quedó solo con el Sombrero de Rabadon.

Bien muchacho, ya sabes que hacer ahora, quémalo, ¡quémalo todo!

"Emmm.... creo que paso...."

Mientras tanto, cerca de la cafetería Veigar se dedicaba a buscar su sombrero perdido.

"¿Quien puede haberlo cogido?" - se preguntaba algo nervioso

"¡Hey! ¡Hey!"

"Dudo que haya sido Kalista... y Teemo tiene un estúpido "código de honor", tal vez Fiddlesticks...."

"¡Hey Veigar!"

"Oh, Rumble..."

"¿Te pasa algo? Tienes la cara larga"

"Piérdete, estoy buscando mi sombrero"

"Ya decía yo que te veía menos... abultado..."

"Qué gracioso..."

Veigar se encontraba algo deprimido, su sombrero era algo realmente importante para él. Además, el simple hecho de que pudieran ver sus cicatrices le daba algo de pánico, el prefería ocultarse entre sombras.

"¿Sabes? Creo que en la cafetería alguien tenía uno muy similar al tuyo"

"¡¿Estás seguro de ello?!"

"Sí, lo vi de refilón en una de las mesas..."

"Ya era hora de que fueses útil"

"Eh, un poco de respeto"

El Maestro del Mal se fue corriendo hacia allá, donde miró todas y cada una de las mesas.

Finalmente lo vio en una de ellas, donde concretamente estaban Amumu, Tristana y Lulu... esta última con su sombrero... y su furia aumentaba.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora