Parte 103: Un final inesperado

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Veigar había estado esperando la visita de Rumble, quien acababa de llegar a su casa cuando el mago estaba acompañado por Amumu.

La pequeña momia se encontraba en la mansión porque Lulu le había prometido que podría hacerse amigo del brujo.

"Bueno, Veigar, he traído lo que me pediste" - le dijo el yordle azulado

"¿Has traído algo útil?"

"Soy un buen fabricante de armas" - respondió Rumble, algo molesto - "Cuando quiero..."

"Eso es sumamente discutibles"

"¿Cómo que discutibles? Yo nunca he diseñado algo que funcione extremadamente mal..."

"Por eso siempre salen demoníacos o con vida propia, ¿verdad?"

"Esos fueron excepciones y lo sabes"

"Y por eso intentan destruir mi paz y armonía"

"Eso fue cosa del tejón..."

"Y por eso..."

"Ya vale, ¿no? Que he venido a hacerte un..."

En ese momento el yordle momia, oculto tras el sillón, se asomó para ver al yordle azulado.

"¿Ese es Amumu?" - preguntó extrañado

"Si, Lulu le invitó a pasar la tarde, es muy muy tímido"

"Cuéntame algo que no sepa"

"Ho-hola...."

"Hola Amumu, ¿qué tal te va?" - preguntó el mecánico con una sonrisa

"Uhhh....."

Amumu empezó a llorar un poco y se escondió de nuevo tras el sofá.

"Que chaval más raro"

"¿Me lo estás diciendo tu?"

"Tu también eres tres cuartos de lo mismo, brujete del mal"

Ambos se quedaron mirando durante unos segundos. Realmente era difícil saber quién de los dos era más raro.

"Bueno, ¿qué arma me traes?"

"Mientras reparaba mi máquina de combate pensé en ponerle una bomba, en vez de autodestruirse lanzaría la bomba" - dijo enseñándole algunos planos

"Buena idea, pero yo no necesitaba a tu máquina de combate, buscaba algo más compacto"

"Supongo que podría crear alguna que otra cosa"

"¿Por qué no buscas una actualización para mi cetro?"

"Tu cetro está bien tal y como está"

En ese momento la hechicera entró en el salón con una bandeja de galletas.

"¿De qué estáis hablando?"

"Nada, solamente le pedí que me construyera un arma"

"Si, bueno....."

El ingeniero veía el brazo de la momia coger una galleta y esconderse de nuevo.

"¿Pasa algo Rumble?"

"No, nada...." - Rumble se quedó algo extrañado - "Iba a decir que me agrada ver que os va bien"

"¿Por qué no nos debería ir bien?"

"Nada, es solo que me contaron que estabais saliendo y...."

"¡¿Tu también lo sabes?!" - preguntó con tono de enfado

"Claro, lo sabe casi todo el instituto de guerra"

"¡¿Cómo?! ¡¿Cómo se ha enterado todo el instituto?!"

Rumble lanzó una mirada hacia donde estaba sentada Lulu, quien ya no estaba en el su sitio. El hechicero notó esto y obviamente entendió todo.

"¡LULU! ¡Ven aquí ahora mismo!"

"¡Tengo que irme! ¡Nos vemos luego Veigi!"

"¿Po-por qué todos gritan? Buaaaaaa" - lloraba Amumu tras el sillón

"Este lugar es cada vez más raro"

La tarde pasó y Rumble estaba a punto de irse con su máquina, la pequeña bruja junto con Amumu y Veigar fueron a despedirlo.

"Bueno Veigar, ya traeré los planes de la nueva arma"

"Por cierto, ¿cómo se activa la bomba?" - preguntó el brujo antes de irse

"¿Te interesa?"

"Es para prevenir" - dijo mirándole fijamente

"Tranquilo, solo se lanzará si digo la frase "Es la hora de la bomba", no hay posibilidades de que diga eso" - dijo sonriente

"Pero... pero... ha dicho la frase..."

"........"

"........"

En ese momento la máquina de Rumble empezó a temblar y una bomba en forma de misil fue lanzada contra la mansión de Veigar. Entró por el pasillo y cuando llegó al fondo explotó.

En segundos la mansión del Maestro del Mal reventó, dejando solamente escombros.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora