Parte 113: El rescate

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Ha pasado un par de días desde el combate que hubo entre Veigar, Rumble, Ziggs y Kalista. El Instituto se encargó de curar al señor bombas y reconstruir el pasillo.

A pesar de esto parece que había alguien que no estaba del todo contento.

"No veo bien que ese brujo siga rondando por aquí" - comentó Jarvan

"¿Te refieres a Veigar? Si mal no recuerdo fue Ziggs quien lanzo su Megabomba"

"Seguro que le embrujó o algo, cuando fui a ver a Ziggs estaba histérico, no paraba de reírse"

"No vienes mucho por aquí, ¿verdad?"

"Xin Zhao, él es de los Emisarios del Mal, puedo esperarme cualquier cosa" - dijo el demaciano

"Sigues dándole muchas vueltas, luego te quejas de Swain"

"Bueno, es uno de sus aliados"

"Y tu eres muy imprudente, joven príncipe"

"Voy a estar poco tiempo aquí y ya he visto bastante malandrín"

"Y de entre todos Veigar..."

"A veces el mal viene en ese tipo de tamaños, y dicen que tiene incluso un rehén encadenado"

"¿Rehén?" - se extrañó su compañero - "Escuché de una chica que..."

"¡¿Una chica?! ¡¿Tiene secuestrado a una chica?!"

"Yo no he dicho..."

"¡Se acabó! ¡Voy por ese rufián infame!" - grito enfadadó mientras agarraba su lanza y se marchaba

"Quizás le venga bien una lección"

Jarvan salió de la cafetería enfadado con su lanza en mano. A los pocos pasos pudo distinguir a Veigar andando junto a Rammus.

"¿Un armadurillo?"

"Hey, Veigar..."

"Ese debe de ser su guardaespaldas, seguro es una maquina de matar..."

Justo en ese momento el armadillo tropezó y se cayó al suelo.

"Tal vez esté intentando oír los pasos de alguien...."

"¿Pasa algo?" - preguntó el mago

"Solo me he tropezado con mi sombra"

"Emm... ¿qué?"

Esto no fue escuchado por el guerrero demaciano para su desdicha.

"¿Me habrá oído? Voy a tener que ser más sigiloso..."

"¿Has oído algo? Me pitan los oídos"

"No, ahora entremos"

"Tranquilo, que tenemos todo el día"

El príncipe siguió un poco más a la dupla, hasta que llegaron a su habitación. Luego esperó unos segundos a que ellos entraran primero.

"Es muy sospechoso que estén los dos en una habitación, seguro traman algo..."

"¡Eh! ¡Espera un momento!"

"Ahí está la señal..."

El caballero se colocó delante de la puerta y tras algunos segundos la hecho abajo de una patada.

"¡Deten tus acciones, malvado!"

"¿Mmm? ¿Cómo?"

"Hola, buenas tardes" - saludó Lulu

"Qué... está... pasando..."

Los yordles estaban en la cama jugando al parchís mientras que Rammus estaba atado con grilletes a la pared.

"Genial, otro pirado" - se quejó el mago mientras llevaba su mano a la cara

"¿Tu no eres Jarvan IV?"

"Si, es el némesis de Swain o algo así..."

"¡Encantada de conocerte señor Jarvan!"

El héroe estaba algo confuso, parecía como si no se sorprendieran de verlo allí, de hecho estaban muy relajados.

"Vengo a liberar a tu rehén, Veigar"

"¿Rehén? ¿Yo?" - preguntó confusa la yordle

"Ella no es mi rehén, Rammus es mi rehén"

"Hola, buenas"

"Pero... si no es tu prisionera.... ¿por qué está en tu habitación?"

"Porque es mi novia" - dijo con voz fría mientras que Lulu estaba sonriendo

"Oh... yo... siento la confusión...."

"Si te hace ilusión puedes liberarme a mi"

"¡Aquí nadie va a liberar a nadie!"

"Yo... emm... disculpadme..."

"¡La próxima invasión procura no romper mi puerta!"

Jarvan retrocedió para colocar bien la puerta y luego salió de la habitación. Empezó a andar por el pasillo con solo una cosa en mente, ¿que acababa de pasar?

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora