Parte 136: Hora de merendar

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Era un día tranquilo, extraño a estas alturas, por lo que Veigar y el Poro estaban tranquilamente en el salón, mirando el televisor.

Realmente era ya casi una tradición que se sentaran juntos a ver reposiciones de series bastante viejas.

"Estamos entrando en la dimensión desconocida..."

"Me encanta esta serie"

"........"

"¡Veigi! ¡He hecho galletas!"

"Y la tranquilidad se marchó de golpe..."

"........"

"Lulu, te tengo dicho que no me llames Veigi"

"Ya, pero..."

La chica se quedó callada cuando vio al Poro sobre sus piernas, cosa que notó el Maestro del Mal.

Algo que pareció tomarse muy muy muy mal...

"¿Pasa algo?"

"Ese poro esta en mi sitio" - dijo inflando los mofletes

"¿Tu sitio? Mis piernas no son una silla"

"Pero yo también quiero sentarme ahí"

"No"

"Pues te quedas sin galletas" - dijo sentándose en el otro lado del sofá

"¿Crees que ese es mi mayor problema?"

"Posiblemente...."

"Chsst..."

En ese momento el villano agarró al Poro y lo colocó en el suelo, luego se levantó y fue hacia el salón.

"¿A dónde vas?"

"Voy a la cocina a por algo de comer"

"¿Por algo de comer?"

Mientras se dirigía a la cocina, Rammus llegaba tranquilamente al salón, inconsciente de la receta que usó Lulu.

"Hola Lulu, ¿qué estás haciendo?"

"Merendando, ¿cómo es qué Veigar no te tiene encadenado?"

"Le estoy haciendo la declaración de la renta" - explicó el armadurillo

"Ya veo, ¿quieres una galleta?"

"Si, claro, me consolará un poco tras perder mi esencia de vainilla" - dijo mientras cogía una y se la comía

"¿Esta buena?" - preguntó sonriendo

"Si, esta buena, sabe a..."

"........"

"........"

"........"

"Lulu, esto sabe a..."

Justo en ese momento el brujo entró en la sala con un plato lleno de galletas y zumo.

"Rammus, ¿aun no has terminado de hacer la declaración?"

"Está casi terminada, luego me iré rodando hacia la mazmorra" - dijo sonriendole

"Lo que tu digas..."

"Veigar, ¿qué galletas son esas?"

"Galletas que he hecho en la cocina" - dijo mientras volvía a poner la televisión

"¿Tu sabes cocinar, Veigi?"

"Si, te recuerdo que, antes de venir tu, vivía aquí solo" - dijo llevándose una galleta a la boca - "Obviamente cocinaba"

"Te cojo una si no te importa"

"¿Cómo están Rammus?" - preguntó la chiquilla

"Están muy buenas, algo más sabrosas que las tuyas" - dijo relamiéndose

"¿En serio? Eso es raro..."

"¿Qué pasa? La única diferencia es que mis galletas no llevan esencia de vainilla" - dijo mientras cambiaba de canal

En ese momento Rammus miró las galletas que había hecho Lulu y luego la miró a ella. Una pequeña lágrima caía por su rostro.

"Veigar, ¿puedo probar una?"

"Claro, si quieres" - dijo el brujo con su natural voz fría

"A ver...."

La chica se levanto del sofá y se sentó en las piernas del maestro del mal para luego abrir la boca.

"Ahhhhhh"

"......."

"Aahhhhh"

"......."

La yordle agarró la mano del Maestro del Mal, cogió con ella una galleta y se la llevó a la boca.

"Mmmmm, es verdad que están ricas"

"Sabes que lo que has hecho es una humillación enorme, ¿no?"

"¿Qué tipo de azúcar has usado primero?"

"Arrff..."

¿Había merecido la pena hacer las galletas? Tal vez sí, pensaba Veigar. Solo tal vez.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora