Parte 224: Día de cama

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Era por la mañana en la habitación de Veigar. Este estaba acostado en su cama con el brazo vendado ya que el día anterior había sido herido por una bala de su contraparte.

Afortunadamente solo fue eso y no un corte provocada por su espada... sí, tenía una espada.

"Necesito más ibuprofeno..." - dijo el brujo agarrando las pastillas

"¡Veigar! ¡Aun no han pasado las seis horas!"

"El tiempo no cuenta cuando se trata de dolor"

"No vas a tomarte más, el Poro te estará vigilando"

"........"

El Poro llevaba una especie de disfraz encima que le hacia parecer Renekton, era uno de los disfraces que había hecho Lulu en carnaval.

"¿Qué demonios lleva puesto?"

"Un disfraz de Poro, me lo ha dejado un amigo"

"Le queda francamente... raro..."

"No le queda raro.... ahora me tengo que ir a la grieta Veigi" - le dijo sonriendo mientras se acercaba a la puerta de la habitación

"¡No me llames Veigi!"

"Después nos vemos" - se despidió con una sonrisa

"Esta chica va a acabar con mi paciencia... y con su vida..."

"........"

"Y tu te ves cómico más que aterrorizante"

"........"

El brujo agarró un libro de su encimera y empezó a leerlo, la verdad es que un poco de tranquilidad no le venia nada mal, últimamente solo se metía en problemas.

En ese momento Rammus entró en la habitación con mucha tranquilidad.

"Hey, Veigar, ¿cómo te encuentras?" - le preguntó mientras tomaba asiento

"Podría estar... espera... ¿cómo has salido de tu mazmorra?"

"Anoche me llamaron para una batalla en la grieta, cuando volví estabas dormido"

"Aun así ¿cómo saliste de tu mazmorra anoche?"

"Agujero argumental"

"Lo que tu digas... tipo raro... ¿y cómo te fue la partida?"

"Bien, fueron un par de partidas, me tocó con una tal Fiora" - dijo el armadurillo

"¿Fiora? ¿La chica esa que parece francesa?"

"Si, parece ser que hacemos buen equipo, o eso me pareció"

"Quién lo hubiera dicho, esa chica es tan fría como un tempano, puede que incluso más" - comentó el yordle

"Pero en el fondo tiene su encanto, como tú"

El yordle le lanzó una mortal mirada asesina.

"Me alegro por ti, yo no he podido levantarme de esta cama desde ayer" - dijo con indignación

"Normal, te han metido un balazo en el brazo"

"Y de milagro que fue solo uno, me dispararon como seis o siete"

"Hay gente que puede llegar a ser muy extrema"

"Extrema se queda corto..."

"Ya... oye, ¿qué le pasa al Poro?"

"........"

"No preguntes"

Veigar se tomó su medicación con un vaso de agua, que luego soltó en la encimera.

"A todo esto, ¿por qué hay tanta suciedad abajo?"

"No es suciedad, son las cenizas del otro Veigar, se desintegró en el aire" - le explico fríamente

"Entiendo... voy a... recogerlo ¿ok?" - le dijo antes de irse hacia la puerta

"Haces bien..."

El maestro del mal se quedó solo de nuevo. Estaba el Poro, pero apenas veía nada con su disfraz.

"........"

"Podría extraer la bala con mi magia... pero prefiero estar calmado por una vez" - se dijo así mismo mientras cerraba los ojos

"........"

"Y cuando los abra... será otro día..."

El mago se quedó en esa posición durante un buen rato hasta que finalmente se durmió.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora