Parte 69: Magos y Vampiros

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Era una noche de tormenta, toda la mansión tenia un aire frío y nuestro mago, de todo menos favorito, estaba a punto de irse a dormir.

Colgó su chaqueta en el armario y entró en su cama esperando que al menos podría estar tranquilo por la noche...

"Otro día mas... a veces me entran ganas de pegarme un tiro"

"¡Veigi! ¡Veigi!"

"Y ahí vamos de nuevo..."

Lulu entró abruptamente en la habitación, abriendo la puerta de golpe de forma muy brusca.

"¿Qué quieres Lulu? Es tarde y quiero dormir"

"¿Puedo dormir esta noche contigo?"

"No, ahora apaga la luz y vete" - le dijo fríamente mientras volvía a taparse

"Porfa, me asustan los rayos"

"¿Tienes miedo a los rayos?"

"Sí... y Pixie también..."

"¡Pixie! ¡Pixie!"

"El hada realmente me da igual"

"¡¡Pixie!!"

"Ufff... está bien.... ¡pero mantén las distancias!"

La brujita corrió y saltó encima de la cama, Veigar se apartó a un lado, haciendo que la chica se golpeara contra la pared.

"Auch... auch..."

"¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?"

"Estoy bien, solo ha sido un golpe" - dijo algo colorada

"¿Por qué demonios te sonrojas?"

"L-lo siento... no... no lo sé..."

"Uff... échate a un lado, anda"

"De acuerdo, Veigi"

Mientras ambos conversaban otros hechos acontecen en la puerta de la mansión, donde un extraño individuo está parado en frente de ella.

"Esta es la casa del brujo...."

Claro, se encuentra en las afueras, pero es peligroso...

"Peligroso, eh..."

La figura vestía un traje rojo carmesí y tenía el pelo albino, se rió en voz baja y empezó a usar una de sus uñas de metal para forzar la cerradura.

En unos segundos se oyó un leve ruidito, estiró el brazo para abrir la puerta y entró en la mansión. Caminaba de forma muy calmada por los pasillos, mirando las paredes.

"Y pensar que una vez me perteneció todo esto..."

Lo siento, pero nos vemos obligados a quitarte la mansión...

¡Me pertenece!

Inténtalo cuando resuelvas tus crímenes con Noxus...

"Se lo reclamé al Instituto... a la Rosa Negra... a Swain... pero no quisieron devolvérmela..."

El misterioso sujetó colocó su mano en una de las paredes, activando una especie de pasaje oculto.

Entró y se agachó para prender fuego a un viejo candelabro que había en el suelo, luego avanzó tranquilamente.

"Poco sabe el nuevo inquilino lo que esconde esta casa... sus secretos..."

¿Tu mansión? Ahora tiene un nuevo propietario...

"Chsst... esos altos cargos..."

Tras caminar unos minutos consiguió llegar al final del pasadizo. Colocó el candelabro en el la pared y empezó a dibujar algo con sangre a su lado, haciendo que la pared se abriera.

"Esta sala me trae recuerdos... fueron unos dulces años...." - dice con un tono de satisfacción

¿Tus posesiones? No podemos darte información sobre ello...

Se acercó a un baúl y empezó a abrirlo con sus garras. Un golpe y varias quejas más tarde, pudo sacar de dentro un libro que parecía viejo.

"Años aquí..... abandonado..... pero ahora es mio de nuevo...."

"........"

"Espera..."

El hombre de rojo estuvo a punto de abrir el libro, pero escuchó un ruido que venia de detrás suya.

"¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?"

"Esa no es la pregunta, la pregunta es ¿quién eres tu?"

"Soy Veigar, el dueño de esta casa"

"Sí... he oído hablar de ti..."

Detrás del pequeño Maestro del Mal se encontraba Lulu, con su cetro en mano y acompañada de Pixie.

"Te dije que había escuchado algo"

"Pixie, Pixie..."

"Voy a darte una oportunidad, hombre de rojo, vete y no sufrirás"

"¿Qué no sufriré? Ja... jajajaa..."

"Empieza lo interesante"

El misterioso sujeto extendió sus brazos, haciendo que brotara sangre de las paredes.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora