Las Crónicas de Veigar

Parte 151: Jugando con Trolls

Habían pasado ya unos días desde la confrontación con Malzahar y el Maestro del Mal se encontraba tomando una taza de té con un recuperado Xerath.

Bueno, el ser de energía realmente no bebía y tampoco es que estuviese sentado.

"Veo que te encuentras mejor"

"Por muy corrupta que fuera su energía la mía es más poderosa..."

"Ya... lo que tu digas..."

"¿Cuestionas mi afirmación?"

"No, no... bueno, sí"

"Por cierto, ¿dónde está Lulu?"

"Se ha ido con ese hada suyo a jugar con la nieve" - dijo cruzado de brazos

"Cierto, estamos ya en esa época..."

Efectivamente la joven estaba con Pixie en el pequeño claro donde antes vivía, ahora cubierto de mucha nieve.

"¡Que divertido es jugar con la nieve!" - gritaba mientras hacia ángeles de nieve

"¡Pixie!"

"Eres como Veigar, nunca me dejas divertirme"

"¡Pixie!"

"Cállate ya, aburrida" - dijo lanzandole una bola de nieve

"¡Pix! ¡Pixie!"

El pequeño ser esquivó la bola de nieve, que fue a parar a la cara de un troll enorme de piel azulada.

"¿Mmmmm?"

"Lo siento mucho, le he dado en la cara"

"No pasa nada, a Trundle le gusta mucho la nieve..."

El gigante vio que era una simple yordle, no había demasiado motivo para enfadarse.

"¿Trundle? ¿No eres un campeón del Instituto?"

"Si, hoy Trundle ha salido a dar un paseo"

"¿Eso que llevas en la mano es un trozo de hielo?"

"Trundle lo lleva siempre" - dijo golpeando su pecho

"Qué... guay"

"Más mortal que guay, diría yo"

"Oye ¿Quieres jugar conmigo y con Pixie?" - le preguntó entusiasmada

"¿Jugar? Claro, a Trundle le gusta jugar con la nieve"

El gigante era algo torpe y probablemente tuviera una actitud guerrillera algo fuerte... pero le gustaba mucho jugar con la nieve, y ambos empezaron a hacer cada uno un muñeco de nieve.

"Nuestro muñeco va a ser el mejor Pixie" - dijo la chica a su hada

"¡Pixie!"

"Trundle siempre hace los mejores muñecos"

"¡Terminé!" - dijo en voz alta - "Me toca mostrarlo primero"

"¿A ver cómo ha salido?"

El muñeco de Lulu era regordete y tenia un cubo en la cabeza, con unos botones amarillos y ramas como brazos.

"Es un poco bajo... muy canijo..."

"Es un Veigi de nieve" - dijo la chica sonriendo

"¿Veigi de nieve? Ah, te refieres a Veigar"

"Sep, me ha salido muy parecido ¿a qué si?"

"Te ha salido clavado, ahora mira el mío" - dijo señalando su muñeco

El muñeco de nieve consistía en dos bolas de nieve y una nariz de zanahoria, tenía unos botones en los ojos y en la boca.

"Es muy gracioso" - dijo acercándose

"Cuando era pequeño Trundle no tenía muchos amigos, solía hacer muchos muñecos de nieve"

"¿Por qué no tenias amigos?"

"Trundle no era como ahora, era más feo"

"Si quieres yo puedo ser tu amiga" - dijo Lulu con una sonrisa

"Eres graciosa" - dijo sonriente - "De todos modos Trundle consiguió una buena amiga, una bruja del hielo"

"¿Una bruja de hielo?"

"Sí, aunque por aspecto no me tiene demasiada confianza..."

Tras la pequeña charla el troll agarró su mazo de hielo y se lo echó al hombro.

"Es hora de que Trundle se vaya"

"¿Te vas ya?"

"Trundle tiene que hacer algunas cosas..."

"Adiós Trundle, espero que otro día hagamos más muñecos"

"Adiós, pequeña y extraña yordle"

El troll se fue alejando cada vez más hasta desaparecer en la nieve, era hora de regresar a Freljord.