Parte 104: Lalala Demacia

928 73 21
                                    

La casa de Veigar se había derrumbado y todos se quedaron callados durante unos segundos. De uno de los montones de roca salió Rammus, tan tranquilo como siempre.

Todo esto fue debido a la incompetencia de Rumble y un poco de mala suerte... aunque más incompetencia que suerte...

"¿Qué acaba de pasar?"

"La... laa.. la casa ha explotado..."

"¡De eso nos hemos percatado todos!"

"Sniff... sniff...."

"Pues verás..."

Las palabras de Rumble se cortaron a medida que el maestro del mal le agarraba por el cuello con las dos manos.

"¡Cállate, estúpido manazas! ¡Por tu culpa ha reventado mi casa!"

"Veigar, le vas a hacer daño" - decía Lulu

"¡Esa es la idea!"

"No.... puedo.... respirar...."

"Por... favor... parad... buaaaa...." - empezó a llorar Amumu

"¿Qué está pasando aquí?"

Los yordles y Rammus se giraron para ver a Garen, quien estaba sorprendido por el estado de la casa... o de lo que quedaba de ella. Eso y por el aparente intento de asesinato del mecánico.

"¿Garen? ¿Qué haces aquí?" - preguntó el brujo extrañado

"Venía a hablar contigo, ¿qué le ha pasado a tu casa?"

"¡Este imbécil la ha destruido con un misil!" - grito mientras lo estrangulaba

"Prefiero... llamarlo... bomba..."

"¡Esa bomba se ha cargado al Poro!"

"Está... al... lado tuya..."

"Oh, cierto"

"........"

"De buenas te has librado"

"Suéltame ya..."

"Y tu, Demaciano, ¿qué quieres hablar tu conmigo?"

"Venía a hacerte una propuesta que cambiará tu vida" - le dijo con confianza

"¿Te has vuelto testigo de jehova?" - preguntó Rammus

"¡No! Vengo a proponerte que te traslades al Instituto de Guerra"

"Paso..."

Unos segundos de silencio pasaron mientras los presentes le miraban incómodamente.

"¿Cómo? ¿Por qué no quieres unirte?"

"Primero, soy un supervillano, no héroe, villano" - dijo señalándolo con un dedo

"Podrías reformarte"

"Segundo, soy de los Emisarios del Mal, o sea, vuestro enemigo"

"Un poco de papeleo y podrías pasarte a nuestro bando"

"Y tercero, no me caes bien ni tu ni los demás demacianos" - dijo entrecerrando los ojos - "Bastante con que estoy afiliado al instituto"

"Precisamente, ¿qué mejor manera que contribuir como interno?"

"Yo no vivo en internados"

"Vaya, pues pensé que si te lo decía yo podrías aceptar"

"¿En serio? Tus expectativas son muy altas, ¿no?" - dijo Rammus tras el comentario

"Un demaciano siempre tiene que mirar alto"

"Lo que tu digas"

El mago se volteó y miró fijamente a Rumbe, quien estaba muy tranquilo.

"¿Qué? Oh, si, la casa,,,,"

"¡¿Qué piensas hacer al respecto?!"

"Podría reconstruirla, aunque tardaría bastante tiempo, unos tres meses tal vez" - dijo mientras calculaba el tiempo en su libreta

"¡¿Tres meses?! ¡No puedo vivir en el suelo por tres meses!"

"Podríais vivir en una cueva"

"¡No me gustan las cuevas!"

"¿Eres más de exteriores? Porque en ese caso..."

Veigar le dio un par de tortazos antes de que dijese otra estupidez mayor.

"Veigi, cálmate un poco" - le intentó persuadir Lulu

"¡¿Qué me calme?! ¡Ese bicho ha destrozado mi casa! ¡Nuestra casa!"

"Oye Veigar" - le habló Garen - "Sé que puede no agradarte la idea, pero ¿por qué no te trasladas mientras al Instituto de Guerra?"

"¿Otra vez con esas tonterías?"

"Podrías estar mientras terminan de construir tu casa"

"Sí, y sería medianamente divertido" - admitió el armadurillo

Las opciones del Maestro del Mal eran vivir en una cueva o en el Instituto de Guerra... no tenía otra opción...

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora