Parte 162: Ensayos destructivos

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Era sábado nuevamente y nuestro señor oscuro se encontraba en su habitación poniéndose el mismo sombrero que se ponía todos los sábados.

Hoy tenía planes inalterables, los cuales incluían perder un poco de vista a cierta maga.

"Bien, cojo el cetro y me reúno con..."

"¡Veigi! Veigi!"

"No aprendo... es que no aprendo..."

"¡Veigi! Te estaba buscando"

"Te tengo dicho ¡que no me llames Veigi!"

"¿Vas a ir a algún sitio?"

"He quedado con Rumble"

"¿Puedo ir? Porfi, porfi, porfi" - pregunto con los ojos brillando

"Solo va a enseñarme su nuevo armamento"

"Aun así quiero ir contigo"

"Arrf... si quieres.."

La dupla acabaron acercándose a un claro que se encontraba al otro lado de unos arboles en las proximidades.

"Hola Rumble..."

"Hola Veigar y Lulu, no nos vemos desde que os fuisteis del instituto"

"Mejor que siga así" - respondió fríamente

"¿Aun sigues enfadado por lo de tu casa?"

"Obviamente" - dijo con los brazos cruzados - "Cualquiera lo estaría"

"Eres muy rencoroso, ¿lo sabías?"

"No me digas, no me había dado cuenta" - dijo son sarcasmo

"Por cierto, ¿qué hace Lulu con ese tronco?"

"Espera aquí, voy a ver"

El yordle de morado se acercó hasta la chica, que estaba arrodillada viendo el tronco cualquiera.

"Lulu, ¿pasa algo?"

"Mira Veigar, es mi tronco"

"¿Tu tronco?" - repitió el maestro del mal algo confundido

"Es donde tenía pensado vivir antes de mudarme a tu casa, ¿recuerdas?"

"Es cierto... de eso hace ya mucho"

¡Tu casa está justo al lado de la mía!

"Antes me gritabas todo el tiempo"

"Ahora te grito mucho más fuerte..."

Ambos sonrieron y se dieron la vuelta hacia donde estaba el mecánico, quien terminaba sus arreglos.

"Bueno, Rumble, ¿qué has mejorado de esa cosa?"

"He mejorado el Equilibrador" - dijo orgulloso el yordle azul

"¿Te refieres a esa (bababui) que reventó mi casa?"

"Exacto, ahora lanzará mi ronda de misiles en una linea recta" - dijo mostrandole los planos

El villano echó un vistazo a los planos, sin estar del todo seguro de si funcionaría.

"¿Puedes hacerme una demostración?"

"Claro, Lulu, échate un poco hacia.... emm... Veigar...."

"¿Qué ocurre ahora?"

"¿A dónde ha ido Lulu?"

"Emm.... oh..."

La yordle estaba cerca de la maquina de combate, específicamente donde los controles de ataque.

"Lulu...."

"¿Si? ¿Qué pasa?"

"Baja con cuidado de ese cacharro"

"¿Por qué? Hay una gran vista desde aquí...."

"Porque los botones y comandos son muy peligrosos" - dijo el yordle azul

"Está bien, como quieras" - dijo bajándose de la maquina

"Por muy poco no..."

En ese preciso momento apareció Pixie revoloteando sobre el control de mandos

"Pixie, ¿qué haces ahí?"

"Tengo un mal presentimiento" - dijo el brujo

"No digas e..."

El pequeño hada se sentó en uno de los botones y una ráfaga de misiles se dispararon hacia los yordles.

"¡Misiles!" - gritó Rumble echándose hacia un lado

"La madre que te..."

Veigar agarró a Lulu y ambos se apartaron para esquivar los cohetes de la muerte.

"¡Rumble! ¡Casi morimos!"

"¡Esta vez no ha sido mi culpa!" - le replicó el mecánico

"¡La próxima vez no traigas munición letal!"

"¡¿Cómo traigo misiles que no sean letales?!"

Ambos yordles empezaron a insultarse mutuamente, menos Lulu, que sonreía al darse cuenta de lo mucho que había cambiado su vida.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora