Parte 208: ¿Por qué a mí?

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Era un día normal en la mansión de Veigar, este se encontraba en el salón con un libro de magia negra leyendo tranquilamente.

Lulu estaba a su lado, siendo que estaba en compañía de Pixie. Todo aparentemente normal para los estándares de su día a día.

"Reparar jarrones rotos... seguros dentales.... levitar mermelada... ¡aquí está!"

"¿Ya lo has encontrado?"

"Sí, cómo resucitar a los muertos, paso uno...." - leía antes de que llamaran a la puerta

"Pixie, Pixie"

"Están llamando a la puerta"

"Gracias por la observación, señorita obvia"

El hechicero fue hasta la entrada y segundos después volvió con una caja de cartón que colocó sobre la mesita del salón.

"¿Qué es eso?"

"Parece un paquete, viene incluida una carta..."

"Léela, a ver de quién es"

"Como sea otra maldita bomba..."

"Hola Veigar, me ha llegado un nuevo cargamento de vinos, así que he pensado en darte uno como buen rival honorable que has sido en el Abismo de los Lamentos, firmado Gragas"

"¿Te lo ha traído Gragas?"

"Esta mañana tuve una pelea junto a él allí, tres de nuestro equipo tuvieron problemas para llegar" - explicó el brujo mientras sacaba la botella

"¿Ha dicho vino?"

"Sí... curioso regalo cuanto menos..."

"¿Vas a beberte eso?"

"Yo no soy de beber vino, seguramente la guardaré"

"¿No vas a preguntarme si quiero?" - preguntó Lulu con los brazos cruzados - "Tienes que ser educado"

"Si tu no bebes, ¿para qué voy a preguntar?"

"¡Si que bebo! Pregúntale a Pixie"

"Pixie..." - negó con la cabeza

Veigar vio su reacción y sonrió un poco, hoy parecía que iba a divertirse un poco.

"En ese caso, ¿quieres un poco?"

"¿Cómo dices?"

El Maestro del Mal chasqueó los dedos, haciendo aparecer delante de ella un vaso que llenó un poco.

"Bueno... es que hoy..."

"No, no, a ti te gusta mucho, toma un poco" - dijo sirviendole un poco de vino

La chica agarró el vaso y se lo acercó lentamente, con las manos temblando, tardó bastante en tomárselo.

"Pixie..."

"¿Está bueno?" - preguntó el brujo sonriente

"Pues..."

El mago esperaba ver a Lulu haciendo tonterías, pero en su lugar ella se quedó mirándole.

"¿Y bien? ¿Qué tal está?"

"Veigi... ¡hip!" - dijo mientras se le acercaba

"Oh, tiene hipo..."

La hada tenia los ojos brillantes y la cara roja, de un color distinto de cuando se avergonzaba.

"¿Lulu? No me digas que te sienta..."

"Quiero... lamerte... ¡hip!" - dijo mientras le tocaba la cara

"No digas tonterías"

La bruja empezó a lamerle la cara, o lo que quedaba de ella, cosa que hizo que el mago se pusiera algo nerviosa.

"Ahora tu barrigita...." - dijo mientras desabrochaba su chaqueta

"¡Estate quieta de una vez!"

En circunstancias normales a él no le hubiera molestado que la chica hiciera ese tipo de cosas, pero estando obviamente borracha no quería aprovecharse de ella.

"Vei... Veigi..."

"Si alguien nos ve así..."

El armadurillo estaba enfrente suya, de pie. Se quedó allí por escasos segundos antes de retroceder marcha atrás, como si no hubiera visto nada.

"¡Lulu! ¡¿Ves lo que has hecho?!" - le gritó el mago enfadado

"Eh... eh... zzzz...."

La chica se quedó dormida rápidamente, cosa que incluso sorprendió a Pixie.

"Pixieee...."

"Si que le afecta el alcohol..." - dijo llevándose las manos a la cara

"Pix Pix"

"Sí, ya... tendré primero que levantarme..."

El hechicero intentó quitársela de encima, pero le era imposible, ante esta situación decidió dejarla así un rato más, total, lo peor ya había pasado.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora