Parte 269: Intoxicado

524 42 0
                                    

Veigar se encontraba en su salón frente a Zac, el arma química, sentado en una silla. Ambos en un silencio bastante desagradable.

El gran campeón de color verde tenía parte de su mano derecha de color morado, cosa que habitualmente no era normal.

"Recuérdamelo por última vez... ¿quién te ha dicho que vinieras?"

"Viktor, me dijo que me pasara por aquí"

"Viktor... y exactamente, ¿para qué?" - preguntó algo molesto

"No tenía tiempo para buscar una cura para mi brazo... dijo que igual tu magia si podía"

"Así que tu curar tu brazo..."

El científico era un hombre ocupado, pero seguramente viera su caso como algo poco relevante.

No obstante, al yordle no le gustaba eso de que le enviaran a cada campeón que estuviese en un apuro.

"No es seguro que yo pueda "arreglarte", ni siquiera sé qué te ha pasado"

"Lo mejor será que te ponga en contexto..."

"Sí, claro, total... no creo que cambie mucho la cosa..."

"Estuve con otros campeones en una pelea de grupo... en la grieta del Invocador..."

"........"

"Y en un momento dado me descompuse al lado del Barón Nashor... cuando volví a recomponerme tenía mi mano morada"

"¿Crees que parte del Nashor está dentro de ti?" - preguntó extrañado el brujo

"No parte de él, sino la sustancia que lanza, por eso pensé en ir a ver a Viktor..."

"Suena sumamente asqueroso..."

El hechicero encontró el caso algo... curioso, pero no estaba seguro de si la magia ayudaría...

"Puedo intentarlo, pero yo uso magia, no ciencia, no sé qué repercusiones puede tener"

"Lo morado se está extendiendo, creo que puedo correr el riesgo" - le contestó Zac

"Si tu lo dices..."

El brujo se lo pensó por un momento, después se acercó a una de sus estanterías y agarró un cuchillo, el cual clavó en uno de los dedos de Zac.

"Emmm... ¿Qué estás haciendo?" - preguntó la mole

"Necesito alguna muestra para los conjuros" - le explicó Veigar - "Voy a la biblioteca... procuraré no tardar mucho"

"No me moveré de aquí..."

"Más te vale..."

El hechicero se dirigió a través del pasillo hacia la biblioteca, lugar donde se encontraba Lulu.

"Veigar, ¿qué vienes a buscar?"

"Vengo por mi libro de conjuros" - le respondió el brujo

"¿De conjuros?"

"Sí... a ver dónde está..."

El yordle echó un vistazo a los diferentes libros que poseía, después agarró uno que era de color verde, con letras y marcados de color amarillo.

"¿Para qué quieres el libro de Purificación?" - preguntó con curiosidad

"Es para Zac, por lo visto se ha infectado con una sustancia"

"¿Y no te vendría mejor un libro de medicina?"

"¿Me ves acaso cara de saber medicina?"

"Puede..."

"Ya, bueno, ¿dónde está el libro?"

"Además, yo sé más de purificación que tu" - le reprochó la bruja mientras miraba hacia otro lado

"Estás evadiendo la pregunta, el libro..."

"Si necesitas ayuda..."

"Es un simple hechizo de Limpiar, no es nada difícil"

"Meterás la pata, como en todos tus planes" - dijo Lulu en voz baja

"¡¿Meter la pata?! ¡¿Yo?!" - le dijo con enfado - "¡Venga! ¡Vamos, señorita experta! ¡Demuéstrame lo que sabes hacer con tu paciente!"

"Lo haré con creces"

Los dos yordles se pusieron en marcha hacia el salón, donde se suponía que tenía que estar Zac.

"Hey, Zac, ya estamos... aquí..."

"¿Dónde está? No le veo"

"Le dije que no se movie... ra..."

"¿Qué ocurre?"

"Mira justo ahí... en la esquina..."

El salón se encontraba vacío, a excepción de una cosa de color morado que había en la esquina de la sala.

"Vale, primero comprobemos que no hay nada en el techo"

"Date prisa Veigar..."

"Ya voy, enfermera..." - dijo mientras se acercaba a la esquina - "¿Hola?"

"Grgrrr...."

"Espera un momento... eso..."

Esa cosa extraña era Zac, temblando, con espinas por todo el cuerpo y completamente de color morado.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora