Parte 241: Videojuegos

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Como de costumbre nuestra historia comienza en el salón de Veigar, donde el maestro del mal se encuentra agarrando lo que parece un mando de consola conectado a la televisión.

Por lo general el yordle no usaba este tipo de tecnologías, pero se lo habían dejado y no perdía nada por probarlo.

"Según Rumble solo tengo que esperar un rato" - dijo el brujo mientras observaba el aparato

"........"

"No, Poro, no sé qué hace..."

El televisor parpadeó y su pantalla se cambió por la del juego de Tetris.

"Urgg... es demasiado colorido para mi gusto"

"........"

"¿Ruido? Debe de ser..."

En ese momento Lulu entró en el salón con su típica vitalidad y energía, alterando un poco al animalito.

"Veigar, te he estado buscando"

"Si es para recoger nueces, no voy a ir, detesto las nueces" - le dijo el brujo con voz fría

"Lo adivino, al mal no le gustan las nueces, ¿verdad?"

"No, simplemente no me gustan"

"De todos modos, ¿qué estás haciendo?" - le preguntó con curiosidad

"Rumble me ha traído una especie de juego, se puede jugar a través de mandos de control"

"Parece entretenido, ¿puedo probarlo?" - le pregunto la bruja

"Claro, ¿por qué no?"

"Échate a un lado, Poro"

"¡........!"

Lulu agarró el mando del juego, el brujo se sentó algo más lejos y empezó la partida. Las piezas de varias formas caían hacia abajo y la chica tenía que cambiarlas de posición para que encajaran.

"Lo estoy consiguiendo" - decía la maga entusiasmada

"Aun así te queda mucho nivel por delante"

"Tienes envidia de lo bien que juego"

"Oh, si, mi corazón me está matando..." - le dijo con cierto sarcasmo

"Creo que voy a superar el primer nivel"

"Eso me sorpren..."

De repente la pantalla se fundió en negro, salvo un puntito de color rosado que parpadeaban.

"¿Qué acaba de pasar?" - le preguntó la chica al brujo

"Debe de haberse suelto algún cable"

"Pero estaba a punto de pasarme el nivel"

"Voy a llamar a Rumble, a ver si sabe como arreglarlo" - dijo el mago

El Poro olfateó la consola y luego se acurrucó debajo del sofá, como si notase algo malo.

Veigar fue hacia su teléfono, el típico que va enchufado y tiene los agujeros para meter los dedos y marcar. Lo usaba poco, pero serviría para llamar a su compañero.

Algo malo del mecánico es que no usaba magia y a veces era difícil de localizar.

"Rumble, ¿estás ahí?"

"¿Veigar? ¿Qué quieres? Ando algo ocupado"

"Ocupado y sin embargo tienes tiempo para juegos"

"¿Juegos? ¿A qué te refieres?"

"Me refiero al juego que me has enviado, le esta haciendo algo raro al televisor"

"Veigar, yo no te he enviado ningún juego"

"¿Cómo qué no me has enviado ningún juego?" - le replicó enfadado

"¿Tu me ves lo suficientemente raro como para hacer esas cosas?"

"Por supuesto que si, indudablemente" - le respondió el brujo

"Qué cortés..."

"He recibido una caja que decía venir a tu nombre"

"Te estoy diciendo que no he enviado ningún..."

El hechicero colgó la llamada tras oír eso y volvió hacia donde se encontraba su novia, algo confundido.

"Oye, Rumble dice que el no ha...."

"Veigar..."

Delante de él se encontraba el televisor emitiendo una extraña luz verde. Y del interior del aparato salían lo que parecían seres hechos de pixeles rosas.

"¿Qué (bababui) es eso?"

"Parecen salidos del videojuego" - contestó Lulu

"No me digas, hasta ese razonamiento llego"

"No deberías de preguntar entonces"

"He preguntado qué son, no de dónde..."

"Emm... Veigar..."

"¿Qué ocurre aho..."

Antes de que pudieran reaccionar el ser de pixeles se dividió, creando otros dos más, los cuales se acercaban cada vez más a los yordles.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora