Parte 237: Toby

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Veigar acababa de salvar a un pequeño yordle de unos soldados noxianos (que no tuvieron tanta suerte) y ahora se encontraba junto a él dando un paseo.

El pequeño estaba muy incómodo por la muestra de poder del Maestro del Mal.

"........"

"¿A dónde nos dirigimos?" - le preguntó el yordle

"Vamos a sentarnos, por aquí cerca hay unos troncos y no quiero andar mucho"

"Va... vale..."

"¿No te darán miedo los troncos?"

"Emm... ¿no?"

Ambos se sentaron, Toby estaba nervioso, temblando por lo que pudiera hacerle tras ver su poder.

"Te llamabas Tony, ¿verdad?"

"Es To-Toby" - le respondió el chico

"Qué nombre más feo..."

"Bueno, yo..."

"¿Qué hacías con un puesto en mis dominios?" - le pregunto fríamente

"Pe-pensé que era una ruta comercial"

"Pensaste mal"

"No... no venía nada sobre usted en... mapas..."

"Y bien que hacen..."

"........"

"No, espera... mal que hacen, deberían advertir de mi presencia"

"........"

Toby apenas podía hablar, su mera presencia y lo que había hecho antes le habían metido el miedo en el cuerpo. Eso y que la brusquedad de sus palabras también contaban.

"¿Por qué tienes un puesto comercial? No parece que tengas edad para trabajar"

"Vivo en el orfanato de Bandle, allí te suelen asignar trabajos de aprendiz pe-pero..."

"........"

"Pero yo realmente..." - se quedó callado algunos segundos - "Yo quería conocer mundo..."

El hechicero se quedó en silencio también, aunque únicamente para escucharlo.

"Te voy a contar una cosa, Tory..."

"Toby..."

"Te voy a contar una cosa, Toby, hubo una vez un yordle que se parecía mucho a ti" - le empezó a contar el brujo

"¿Qué se parecía a mi?"

"Era un yordle que quería ver mundo, razón por la cual se hizo comerciante, aunque tuviera que alejarse de su familia"

"Pero yo no tengo fa..."

"Nimiedades..."

El pequeño Toby parecía prestar mucha atención a lo que le estaba contando Veigar, ya fuera por miedo o por interés.

"Durante su trabajo fue asaltado por unos soldados noxianos, estos le acusaron de robar y le metieron en prisión por varios años"

"Pe-pero él no había hecho nada, ¿verdad?" - le pregunto el yordle

"No, no había hecho nada... aun así pudo escaparse y volver a su casa, pero en esos años sus padres habían fallecido"

"¿Fallecido? ¿Cómo sucedió eso?"

"Seguramente por la edad" - dijo mientras se levantaba

"......."

"El chaval sigue vivo... aunque no muy bien parado..."

"¿Q-qué vas a hacer ahora?"

"Vuelve a ese orfanato y busca otro trabajo o ruta, lo que prefieras... pero con cuidado"... - le dijo mientras recogía su cetro

"No se preocupe no volveré a hablar con noxianos"

"¿Noxianos? Creo que no me has entendido bien" - le dijo con voz fría

"¿Cómo dice?"

Veigar se fue acercando poco a poco hacia el pequeño, esta vez algo más amenazante.

"Ese yordle creció con odio, frialdad, ira, con solo una cosa buena en su vida..."

"........"

"Dicho en otras palabras, si vuelvo a verte por aquí, me aseguraré de que acabes como ese soldado..."

"Us-usted no mataría a un niño, ¿verdad?"

"No, eso iría en contra de todos mis principios, pero ese niño algún día crecerá y entonces..."

El Maestro del Mal agarró su cetro y disparó un Estallido Primordial contra un árbol, destrozándolo.

"E-entendido..." - dijo con miedo

"Vete ahora mismo y recuerda una cosa, si hay algo peor que un noxiano... soy yo..."

"De... de... de acuerdo..."

"¿Qué haces que no te has ido aún?"

El chico se fue corriendo mientras Veigar andaba lentamente hacia su mansión, pensando en por qué tanta gente invadía su zona.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora