Parte 108: Compañeros del sueño

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Era mediodía, Lulu se llevó toda la mañana durmiendo en la habitación de Veigar debido a que no había logrado dormir la noche anterior. Poniendo de los nervios al yordle.

Cabe a destacar que el Maestro del Mal examinó su cuarto, pero no encontró nada sobrenatural.

"Lulu, despierta de una vez..."

"Déjala dormir un poco más, ¿qué te cuesta?" - preguntó Rammus, encadenado a la pared

"Si se acostumbra no podrá dormir en su habitación"

"Querrás decir, su espeluznante habitación"

"No tiene nada de espeluznante, incluso la exorcicé y todo" - dijo tirandole un trozo de tiza

"Aun así, sigue dando miedo... o eso es lo que dice"

"¿Por qué da miedo? Yo estuve y no sentí nada, ¡y yo soy el mal!"

"Eso último no me parece del todo..."

"........"

"Quiero decir, es normal que el mal no sienta miedo, ¿no?"

"Buena escapada"

"Además, su cuarto está al lado del cementerio de la Liga, es normal" - contestó tranquilamente

"¿Cementerio? ¿Qué cementerio?"

"Hay un "cementerio" donde esparcen la energía de los súbditos muertos, ese cementerio está justo al lado su habitación"

"¿Y no se te ocurrió decírmelo antes?"

"No me preguntaste en ningún momento"

"Energía de los súbditos... a veces se me olvida que es una bruja, puede que eso haya estado afectando su sueño"

"Tu eres un brujo de magia negra, a ti no te afectaría"

"Tienes razón... ¿cómo sabes tanto de ese tema?"

"Me lo comentó Mordekaiser el otro día en la grieta del invocador"

En ese momento Lulu se despertó con un largo bostezo. Parecía que había podido descansar bien.

"¡Buenos días, Veigi!" - saludó muy contenta

"¿Buenos días? Querrás decir buenas tardes"

"He dormido muy bien en tu cama"

"Genial, ahora puedes volver a tu cuarto" - le dijo el brujo señalando la puerta

"¡No quiero irme!"

"¿Cómo dices?"

"¡Seguro que volveré a tener pesadillas!"

"¡Lulu, no puedes quedarte aquí!"

"¿Por qué no? Rammus se queda siempre"

"Él es mi prisionero" - argumentó señalando las cadenas

"En ese cuarto no puedo dormir, déjame quedarme" - pidió con los ojos brillando

"Lulu, solo porque haya un cementerio...."

"Ce... ce... ¿cementerio?"

Nada más oír cementerio la cara de la yordle se puso pálida y velozmente se metió bajo las sabanas. No había sido muy brillante por su parte.

"¿Qué voy a hacer ahora?" - se pregunto así mismo

"Veigar, no sé por qué estás tan molesto"

"Solo quiero que duermas en tu cuarto, no es nada raro"

"Solamente será hasta que me acostumbre, ademas, soy tu novia, deberías desear pasar algo de tiempo conmigo"

"Eso es algo..."

"¿Completamente normal comparada a mis extravagantes exigencias?"

"Emm... pues.... tal vez..."

Veigar pensó por un momento que esto era cierto. Entre los Emisarios del Mal, su trabajo en el instituto y todo el lío para instalarse apenas habían pasado tiempo juntos.

"Sabes que no he tenido tiempo..."

"Pues déjame quedarme algunas noches" - contesto mirándole con cara de pena

"Eres una pesada..." - dijo a regañadientes - "¿Quiere la reina mimada alguna tontería más?"

"Si... quiero un beso..."

"Estaba siendo totalmente sarcástico..."

"Sarcásticamente quiero un beso"

"Eso ni siquiera existe o tiene sentido"

"¿Qué más te da? Si Rammus no está aquí para verlo..."

El Maestro del Mal se giró para ver que efectivamente Rammus había desaparecido. Llegados a este punto debía preguntarse cómo lo había logrado...

Lulu por el contrario estaba ya con los labios preparados y con todo el jaleo provocado previamente a Veigar ya le daba ya todo un poco igual.

"Prometo dejarte un poco de tregua..."

"Se dice dar un poco de... qué más da..."

La agarró con firmeza de sus hombros y la besó.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora