Parte 209: El poder del cosmos

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A diferencia de otras historias esta iniciaba de noche, cuando nuestro protagonista se encontraba en el salón leyendo un poco frente a la chimenea.

Es cierto que ya ha leído otras veces, pero esta vez estaba en compañía del Poro... como ha hecho otras veces...

"La noche está resultando demasiado tranquila"

"........"

"Sí, una mala elección de palabras..."

El hechicero se cruzó de brazos y miró fijamente al fuego, como si estuviera esperando a que algo pasara en la habitación.

"Ahora seguramente entrará Lulu gritando..."

"¡Veigar! ¡No encuentro a Pixie!"

"Y seguramente algún campeón o individuo aleatorio aparecerá tras mi ventana..."

El brujo se giró en dirección a su ventana, donde se encontraba Bardo, mirándolo fijamente y saludándolo con la mano.

"¡Vei... ¿ese es Bardo?"

"Decenas de personas y viene ese bicho raro..."

"¿Qué crees que hace ahí Bardo?" - preguntó la chica

"No pienso entregarle mi cetro si es eso lo que quiere"

"¿Aun sigues enfadado por eso? Es solo un cetro"

"El cetro es mi principal fuente de poder, contiene el poder del espacio infinito..." - dijo mientras lo miraba - "¡Y nadie me lo va a arrebatar!"

"Te quejas mucho, anda y ve a hacer las paces con él"

"Claro que si, y luego iremos a golosinas en la calle de la piruleta" - dijo el brujo con sarcasmo

"¡¿De verdad?!"

"No, era sarcasmo"

"Jo... siempre dándome ilusiones..."

Lulu puso una cara de cachorrito triste al mago. La paciencia del yordle estaba alcanzando un deterioro muy amplio.

"Pensándolo mejor voy a ver que quiere el semi-dios ese o lo que sea" - dijo dándose la vuelta

"Bien hecho, Veigi"

"No es porque me lo hayas dicho... y encuentra a ese hada rara"

El brujo fue hacia la ventana, sujetando fuertemente su cetro, y luego la abrió.

"¿Qué es lo que quieres?" - pregunto malhumorado

"......."

"¡Meep!"

Bardo señaló el jardín de la mansión.

"¿El jardín? ¿Qué le pasa?" - pregunto extrañado

"......."

"Meep Meep"

"Deja de chillar, bicho de luz, no entiendo nada"

El ente empezó a dar saltitos hacia el centro del jardín. Los dos magos lo siguieron conforme varios Meeps empezaron a reunirse a su alrededor, iluminándo el camino.

"Bonito espectáculo" - comentó la chica sonriente

"Los he visto mejores en el circo"

"¿Meeps en circos?"

Bardo miró al maestro del mal y señaló su cetro de poder.

"Lo sabía, solo quiere el cetro"

"Veigi, deja de quejarte tanto"

"¡No me llames Veigi!"

"¡Meeep!"

El caminante señaló de nuevo el cetro y luego cambió la dirección de donde apuntaba, ahora apuntaba al cielo.

"¿El cielo? ¿Qué pasa con el cie....."

"¿Qué ocurre?"

"Lulu... mira al cielo por un momento..."

En ese momento los tres observaron como una especie de meteorito estaba cayendo lentamente hacia las montañas.

"¿Qué es esa cosa?"

"Parece que es un meteorito..."

"¿Y qué significa eso? Quiero decir... ¿por qué te ha traído?"

"Porque no venía a molestar... venía a buscar ayuda..." - dijo el brujo mientras observaba la estrella

"Veigar, ¿pasa algo?"

"No, no es nada" - dijo girándose hacia Bardo - "¿Quieres nuestra ayuda?"

El caminante agitó la cabeza en señal de negación.

"Veigar creo que lo que quiere es que busquemos ayuda"

"No digas tonterías, nosotros podemos hacernos cargo" - respondió el brujo

Bardo escuchó su frase y volvió a menear la cabeza en señal de negación.

"No quiere... tu ayuda..."

"Pobre Bardo... no has visto de lo que soy capaz..."

Las Crónicas de VeigarUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum