Los nuevos estudiantes se llevaron sorprendentemente bien. Lin Jingzhe terminó de instalarse, y se dispuso a ayudar a Deng Mai a encontrar un lugar para vivir.
Deng Mai no quería ir a la escuela, según él, era "una pérdida de tiempo y dinero". Quería encontrar trabajo lo antes posible, sin importar dónde, pero Lin Jingzhe no estaba de acuerdo. Le pidió a Fang Wenhao que le ayudara a comprobar si había casas de alquiler no muy lejos de la universidad.
En 1990, la ciudad de Yan aún no estaba superpoblada debido a la afluencia de migrantes, y el alquiler en la zona residencial cercana aún era bajo. Después de visitar varias residencias, Lin Jingzhe terminó decidiendo una que estaba a veinte minutos a pie de la Universidad de Yan. Era un apartamento de tres habitaciones de unos ochenta metros cuadrados, recién renovado y completamente amueblado. El alquiler era sólo de 120 yuan al mes.
Lin Jingzhe estaba acostumbrado a precios que eran docenas de veces más altos, y para él, era muy barato. Para Deng Mai, sin embargo, el alquiler estaba por las nubes; no creía que pudiera ganar tanto dinero en un mes.
Así, Deng Mai intentó negarse. Obstinado y aferrándose a sus armas, insistió en encontrar un trabajo que viniera con alojamiento y comida. Estaba más afligido por el precio que por la persona que lo pagaba.
"Deja de hacer un escándalo, ¿qué tipo de trabajo piensas encontrar? Necesitas quedarte para ayudarme", Lin Jingzhe lo aplacó.
"¡Pero no hay necesidad de alquilar un apartamento tan grande!" Deng Mai sabía que Lin Jingzhe lo trajo a la ciudad de Yan porque quería que hiciera algo, pero gastar casi mil yuan de una sola vez hizo que le doliera el corazón como si le hubieran apuñalado con un cuchillo: "Está bien mientras haya una cama. ¿No dijo la madre de Chen Jiankang que el lugar donde se quedaron unos días antes de que pudiera mudarse al dormitorio era de dos yuanes al día?"
Sordo a sus protestas, Lin Jingzhe pagó la mitad del alquiler de un año, y luego le dijo: "No alquilé este lugar sólo para ti. Gao Sheng, Zhou Haitang, y yo nos quedaremos aquí la mayor parte del tiempo también".
Hacía mucho tiempo que estaba haciendo planes. La ciudad de Yan se desarrollaría rápidamente en los próximos años, por lo que necesitaría comenzar los preparativos pronto si quería iniciar un negocio. Esto era lo que Lin Jingzhe había agonizado mientras aún estaba en la ciudad de Liyun. Después de todo, el lanzamiento de un negocio exitoso no era fácil, pero también lo dirigiría él mismo en las primeras etapas, además de tratar de equilibrar eso con su asistencia a la universidad. Tenía el conocimiento y la educación en su corazón; había estudiado tanto como pudo para superar los remordimientos de su vida anterior, y se esforzó al máximo en el examen de ingreso a la universidad. No quería suspender sus estudios porque estaba demasiado ocupado con su empresa.
La presencia de Deng Mai resolvió uno de sus problemas más urgentes. Dirigir una compañía requería mano de obra. Aunque Deng Mai todavía estaba mojado detrás de las orejas, era inteligente; con un poco de orientación, podría llegar a ser un diputado competente. Una vez que eso se solucionara, Lin Jingzhe sólo tendría que supervisar la dirección general de la compañía, y podría dejar los detalles para que Deng Mai los manejara.
Este apartamento también podría ser utilizado como una oficina temporal, mientras que no era un lugar grande, debería ser suficiente en las primeras etapas. ¿Y quién sabía cuál sería la situación dentro de seis meses?
Deng Mai no ganó la discusión, pero no podía irse así como así, así que no tenía otra opción que obedecer. Después de dar una breve limpieza a la casa, hicieron espacio en la pequeña habitación orientada al oeste y colocaron el retrato del abuelo de Lin Jingzhe allí. Lin Jingzhe lo trajo consigo desde la ciudad de Liyun.
Deng Mai cocinó una olla de arroz mientras que Lin Jingzhe compró palitos y papel de seda en una tienda de abajo. Hizo la ofrenda, luego cada uno de ellos se arrodilló frente al retrato, adoró y encendió tres palos de incienso.
Atónito, Fang Wenhao los vio moverse hasta que Gao Sheng lo arrastró para presentarle sus respetos también. Recordando las palabras de su abuelo, hizo a un lado a Lin Jingzhe y le preguntó en voz baja: "¿Te queda suficiente dinero después de pagar la matrícula y el alquiler? Si no, tengo algo encima, puedes tomarlo por ahora".
Lin Jingzhe declinó educadamente su amabilidad. Sin embargo, después de calcular todo, se dio cuenta de que no le quedaba mucho dinero.
Toda su fortuna había sido un total de 20.000 yuan. Más de la mitad se gastó en la ciudad de Shen, para salirse con la suya en el farol de Tian Dahua; la mayor parte del dinero restante se destinó a gastos de viaje y comida, y ahora la matrícula, el alquiler y algunas necesidades.
La escuela no había empezado todavía, así que Lin Jingzhe no volvió al dormitorio esa noche, sino que lo gastó en el apartamento. Testarudo como siempre, Deng Mai le dio el dormitorio principal.
Cuando terminó de calcular, Lin Jingzhe abrió el periódico que había traído al quiosco ese mismo día. El diario de la ciudad de Yan tenía mucho más contenido que el de la ciudad de Liyun e incluía no sólo la sección de finanzas, sino también el valor de cierre del índice de acciones del día anterior.
La locura del comercio de acciones en la ciudad de Shen se había convertido en un frenesí al rojo vivo, convirtiéndose en un fenómeno social. Innumerables personas esperaban convertirse en accionistas, pero no podían entrar en el mercado; había frecuentes informes de empresas estatales y fábricas de las ciudades vecinas que despedían a trabajadores por haberse dedicado a la especulación bursátil. Los editores financieros ya no eran pesimistas sobre el futuro del mercado de valores, como solían serlo: ¡remediaban sus errores, buscaban mejoras y apuntaban sus plumas directamente a las reformas!
Para este punto, el primer auge de la Bolsa de Valores de Shen City casi había alcanzado su punto máximo. ¡El precio de las acciones de Aeon Technology que Lin Jingzhe compró había aumentado un 600%!
Lin Jingzhe sabía que las regulaciones apropiadas, destinadas a frenar el aumento de los precios y prevenir sus rápidas caídas, llegarían pronto - la bolsa era una nueva área de la economía de mercado que el estado estaba promoviendo en vigor, y no dejarían que se saliera de control. Aunque las tendencias a la baja rara vez se producirían hasta 1993, este tipo de aumento loco de los precios de las acciones también se calmaría.
Lin Jingzhe recuperó la tarjeta de visita que Gao Sheng había guardado y cuidado, y bajó las escaleras. Compró una tarjeta telefónica pública, encontró una cabina telefónica y marcó el número de la tarjeta de negocios.
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La bolsa de valores cerró por el día. Después de presenciar el valor de cierre del índice de acciones una vez más rompiendo los récords anteriores, Tian Diahua volvió a casa para comer una comida más insípida que el cartón.
Durante este período, había utilizado prácticamente todas las conexiones que podía usar, y con gran dificultad, consiguió hacerse con varios miles de acciones. Aunque estas acciones no tuvieron un aumento tan dramático como las de Aeon Technology, ya habían subido a diez veces el valor inicial. Para Tian Dahua, sin embargo, este sabor apenas fue suficiente para abrir su apetito.
Cuando la gente decía que había que gastar dinero para ganar dinero, ¡eso era lo que querían decir! Todos los días, los accionistas ganaban dinero sólo porque tenían acciones. Los más afortunados, como Lin Jingzhe, ya habían ganado mucho, pero él... Sólo recogía las migajas que caían del banquete sobre la mesa.
Tian Dahua se pasaba todos los días pensando en cómo conseguir más acciones, pero el mercado nunca se había dejado influenciar por sus deseos. Se comía las migajas mientras miraba el festín, con los ojos llenos de avaricia y hambrientos de más; para entonces, sus antiguos conocidos habían aprendido a temer sus llamadas telefónicas, sin atreverse a recogerlas por si oían otra petición de ayuda.
Qué broma, no tenían suficientes acciones para ellos, ¿quién se las vendería?
El costoso celular de Tian Dahua casi se había convertido en una decoración. Lo llevaba consigo a todas partes, sólo lo dejaba durante las comidas, pero bien podría no haberse molestado, porque no servía para nada.
Pero hoy, sin previo aviso, el casi olvidado tono de llamada sonó una vez más.
Durante unos segundos, lo miró fijamente, atónito, antes de recordar que debía cogerlo. Mientras se preguntaba quién se pondría en contacto con él en ese momento, la voz del otro extremo le hizo ponerse en pie conmocionado.
"¡¿Señor Lin?!"
La voz de Lin Jingzhe seguía siendo la misma que cuando se conocieron, sin prisas y con una sonrisa de oreja a oreja: {Sr. Tian, espero que esté bien.}
El cerebro de Tian Dahua se quedó en blanco. Cuando por fin consiguió recuperar sus facultades, asumió una postura respetuosa e, ignorando la extraña mirada que le dirigió su esposa, habló: "Gracias, Sr. Lin, estoy bastante bien. No te he visto en mucho tiempo, ¿cómo estás?"
{Oh, lo mismo de siempre} Lin Jingzhe respondió en un tono perezoso: {Sólo preparando el té, leyendo libros, cultivándome, cosas así.}
Tian Dahua dejó escapar un suspiro interno. La vida de esta persona estaba muy lejos de la suya. En ese momento, la imagen de Lin Jingzhe que tenía en su corazón era tan alta que era casi invisible a través de las nubes, casi brillando con un halo de "dios del mercado de valores". Estaba lleno de admiración de corazón, e incluso su tono halagador parecía cauteloso: "Señor Lin, no tiene ni idea de lo envidioso que soy por su vida de ocio. Después de que usted se fue, el mercado financiero de Shen City sufrió una agitación que sacudió la tierra".
Lin Jingzhe fingió no saberlo: {¿Oh?}
"Supongo que alguien en la capital no prestaría atención a las noticias de nuestra lejana ciudad," Tian Dahua se rió: "Olvidé felicitarle, Sr. Lin, el valor de las 500.000 acciones que compró ha crecido más de un 600%. ¡Ha obtenido un gran beneficio!"
Lin Jingzhe, muy versado en el arte de fingir, respondió como si el dinero creciera en los árboles: {Oh, parece que tuve suerte. ¿Y usted, Sr. Tian? ¿Compró acciones al final?}
Los labios de Tian Dahua se dibujaron con una sonrisa de pena: "Quería hacerlo, pero desafortunadamente, fui un paso demasiado lento. Es bastante difícil conseguir acciones en estos días. Deberías venir a la ciudad de Shen para ver el circo en la sala de comercio de la bolsa. ¡Incluso las órdenes subieron a más de diez yuanes por pieza!"
Suspiró de nuevo: "Sí, realmente lamento no haber seguido tu ejemplo de inmediato".
{Hahahaha} La risa de Lin Jingzhe al otro lado del teléfono hizo que Tian Dahua se sintiera cada vez más amargado. Sin embargo, las siguientes palabras del joven elevaron su corazón miles de metros hacia el cielo:
{No esperaba que tú, una serpiente local, cayeras en esta situación. De todos modos, es un problema fácil de resolver. Si quiere acciones, Sr. Tian, se las venderé}
Conmocionado, Tian Dahua se quedó sin palabras durante más de un minuto. Pensó que había escuchado mal, o que tal vez Lin Jingzhe estaba jugando con él.
"Señor... Señor Lin, ¿habla en serio?" preguntó, con la voz temblorosa.
Estaban hablando de una gallina que puso huevos de oro aquí, la cosa genuina. Generaba más y más beneficios cada día. ¡Era dinero de verdad! Hasta ahora, ningún inversor que tuviera más de 100.000 acciones eligió vender ni siquiera unas pocas, ¡¿pero Lin Jingzhe estaba dispuesto a tirar ese tipo de fortuna de una manera tan alegre?!
¿Era un santo? ¡¿Un Buda deseando liberar a todas las criaturas vivientes del sufrimiento?!
Pero, Lin Jingzhe no parecía estar bromeando: {Tsk, es sólo una acción. ¿Por qué es así, Sr. Tian? ¿Nuestra amistad no vale tanto? Me ayudaste mucho cuando vine a la ciudad de Shen la última vez, no lo he olvidado.}
A Tian Dahua todavía le costaba creer que Lin Jingzhe hablaba en serio. La excitación y la incredulidad luchaban en su corazón, y estaba tan excitado que estaba empapado de sudor: "Por favor, no se burle de mí, Sr. Lin. ¡Soy un hombre sencillo y podría tomármelo en serio!"
Entonces escuchó a Lin Jingzhe reírse.
Estaba tan nervioso que su cuero cabelludo estaba entumecido y su sangre se congeló en sus venas. Unas pocas respiraciones más tarde, esa voz tan ansiosamente esperada finalmente sonó por teléfono.
{Ok, admito que sólo quería burlarme de ti.}
Las rodillas de Tian Dahua se debilitaron.
Sin embargo, Lin Jingzhe continuó hablando: {Pero, como realmente las quieres, puedo venderte algunas. Digamos... ¿un tercio? ¿O es demasiado para ti?}
Tian Dahua sintió como si le hubiera alcanzado un rayo, con el cuerpo completamente entumecido. ¡Nunca se había atrevido a imaginar que los cielos le sonreirían así!
Y mucho menos un tercio, ¡podía permitírselo todo! ¡Tian Dahua encontraría la manera de reunir suficiente dinero aunque tuviera que romper las ollas y sartenes de su casa en pedazos y venderlas como chatarra!
Asintió con la cabeza, tan ansioso que casi se le rompe el cuello por la fuerza, y dijo, con un temblor audible en su voz: "¡No es demasiado! ¡No es nada! Si realmente está dispuesto a vendérmelos, ¡¡¡incluso pagaré la tarifa de transacción, todos los honorarios!!!"
La voz de Lin Jingzhe era pensativa: {Estoy en la ciudad de Yan ahora mismo. Espera un momento, necesito comprobar cuándo tendré tiempo...}
Tian Dahua contuvo la respiración, sintiendo como si estuviera esperando el juicio final. Por fin, el joven continuó: {¿Mañana estará bien para ti?}
"¡¡¡Sí!!!" graznó como una gallina siendo sostenida por la garganta, antes de que el otro lado terminara de hablar: "¿Cuándo llegarás? ¿Por la mañana o por la tarde?"
{Tranquilo, Sr. Tian, respire hondo. ¿Tiene miedo de que me escape?} El tono de Lin Jingzhe seguía siendo tranquilo e imperturbable, como si el mundo estuviera en la palma de su mano. Se podía oír una leve sonrisa en su voz mientras decía: {Te llamaré después de reservar el billete, ¿de acuerdo?}
No importaba lo reacio que fuera, Tian Dahua no tenía otra opción que aceptar. Después de colgar, se quedó tieso en su sitio, con el móvil en la mano, y el sudor corriendo por su cabeza.
Fue un día raro en el que su esposa lo vio así, y se acercó, preocupada: "¿Qué ha pasado? ¿Pasa algo malo? La cena..."
"No estoy comiendo, no ahora". Tian Dahua se sentó con un golpe. Al principio, su expresión estaba en blanco, luego sus ojos comenzaron a enfocarse.
De repente, levantó la cabeza para mirar a su esposa: "Olvida la cena. ¿Cuántos activos líquidos tiene nuestra empresa en este momento?"
"Unos pocos cientos de miles, creo".
"¡No son suficientes! ¡Date prisa y empieza a llamar, tenemos que recaudar dinero! ¡Al menos un millón y medio! ¡Deprisa! ¡Asegúrate de tenerlo para mañana!" Lin Jingzhe tenía demasiadas acciones, y su valor aumentaba cada día, así que, por supuesto, para Tian Dahua, cuanto antes se cerrara el trato, mejor, cada minuto de retraso era una gran pérdida para él. Le dio a su asustada esposa una explicación apresurada de lo que estaba pasando. Incrédula y asombrada, empezó a hacer llamadas para pedir dinero prestado. Él mismo permaneció sentado en su posición original, preocupado.
No dejaba de pensar, ¿y si Lin Jingzhe sólo se estaba burlando de él?
Las acciones que el joven estaba dispuesto a vender valían más de un millón ahora, y en el futuro, su valor sólo aumentaría. Para ser honesto, Tian Dahua todavía sentía que estaba soñando. ¿Había realmente alguien en el mundo que despreciara el dinero hasta este punto?
Le resultaba difícil de creer, al menos, nunca sería capaz de actuar así. Si estuviera en su poder, se teletransportaría a la ciudad de Yan para arrastrar a Lin Jingzhe a la ciudad de Shen para completar la transacción en este mismo instante. Después de todo, una promesa verbal era sólo eso, no era legalmente vinculante.
En la mente de Tian Dahua, la posibilidad de que tan increíble promesa se cumpliera era casi nula.
Pero aun así no podía evitar pensar, ¿y si era verdad?
Con la forma en que Lin Jingzhe siempre había actuado, no era imposible que el joven viera un millón de yuanes como nada.
Al pensar en eso, recordó que Lin Jingzhe dijo que estaba en la ciudad de Yan ahora, y su corazón se aceleró.
¿Era de la ciudad de Yan? Tian Dahua había hecho algunas especulaciones antes, pero nunca había estado seguro. Lin Jingzhe era demasiado misterioso, nunca reveló ni siquiera una pequeña pista sobre sus antecedentes, ni siquiera en una conversación casual.
Si realmente era de la ciudad de Yan, entonces todo era posible - en la capital, sólo había que tirar una piedra y casi seguro que golpearía a un peso pesado del Partido o a algún otro pez gordo. El porte, el discurso y la perspectiva de Lin Jingzhe definitivamente no eran algo que alguien de una familia ordinaria pudiera cultivar. Sus antecedentes... podrían ser realmente demasiado aterradores para hablar de ellos.
Ese no era un mundo que Tian Dahua pudiera alcanzar. Recordó un artículo de periódico que había leído hace algún tiempo, sobre un joven criminal con un profundo trasfondo arrestado por contrabando en la provincia vecina. La cantidad involucrada podría ser incluso de cientos de millones de yuanes, y se estaba llevando a cabo una investigación a fondo.
Cientos de millones de yuanes. Si Tian Dahua no hubiera visto que el periódico mencionaba explícitamente esa cifra, nunca lo habría imaginado.
Tomando eso en consideración, tuvo que admitir que no entendía el mundo de la clase privilegiada. De hecho, cuando se trataba de alguien así, todo era posible.
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Esa noche, Tian Dahua no durmió. Se quedó despierto hasta el amanecer y fumó dos paquetes de cigarrillos, con los ojos fijos en la manecilla de las horas del gran reloj de pared, viéndolo funcionar lentamente durante la noche.
Cuatro, cinco, seis, siete...
Lin Jingzhe nunca llamó.
Sostenía su teléfono celular, ansioso como una hormiga lanzada a un agua hirviendo, dando vueltas y vueltas y vueltas.
A las nueve y media, cuando casi había perdido toda esperanza, su teléfono sonó de repente.
Lo cogió en un instante. Con la voz ronca y cautelosa, dijo: "¿Hola?"
Entonces escuchó la voz del otro lado y el mundo entero pareció iluminarse.
{¿Sr. Tian? Soy yo} Lin Jingzhe respondió antes de continuar lanzando una enorme bomba en un tono relajado: {Ya estoy en el aeropuerto, voy a tomar el vuelo de las 11 a la ciudad de Shen. ¿Quizás podamos encontrarnos para la cena?}
"¡Sí, por supuesto!" Tian Dahua casi se arrodilló, abrumado por el alivio y la gratitud. Intercambiaron algunas frases, y luego, a regañadientes, colgó.
Tuvo que arreglarlo todo, ¡no se permitió ni el más mínimo error!
Dejó el teléfono, sacó la guía telefónica y llamó al servicio de recogida del aeropuerto.
Una vez hecho esto, se lavó, se cambió de ropa, y condujo al aeropuerto lo más rápido posible, planeando esperar allí.
Unas horas más tarde, Lin Jingzhe, llevando una ligera bolsa de viaje, bajó del avión. Esta vez, no trajo a sus amigos, sino que vino solo.
No planeaba hacerles saber su riqueza tan pronto.
Sabía muy bien lo que significaba un millón de yuanes para un joven nacido y criado en la ciudad de Liyun. Gao Sheng y los demás acababan de llegar a la ciudad de Yan; sus corazones aún no eran estables. Necesitaban algo de presión para hacer que se tomaran las cosas en serio, como una deuda de 700.000 yuanes.
Y en cuanto a los problemas de seguridad, sabía que esta vez, Tian Dahua sería más cauteloso como si Lin Jingzhe fuera su propio hijo.
Tal y como esperaba, cuando Lin Jingzhe salió del autobús del aeropuerto, lo primero que vio fue el rostro demacrado, pero radiante de Tian Dahua. El hombre miró fijamente a la puerta de la terminal, y en el momento en que sus ojos se encontraron, todo su cuerpo pareció cobrar vida mientras resplandecía de felicidad.
Tian Dahua se precipitó hacia delante, abandonando a la gente que le acompañaba, y se apresuró a coger la bolsa de la mano de Lin Jingzhe. Sonriendo con alegría, dijo: "¡Señor Lin, le estaba esperando!"
Lin Jingzhe actuó como si no hubiera notado la alegría del hombre en absoluto. Ofreciendo una sonrisa tranquila, extendió su mano derecha: "Señor Tian, ha pasado mucho tiempo".