Por la noche, la calle comercial más concurrida de la ciudad de Shen se iluminó. Sus brillantes luces se reflejaban en la superficie del río por el que discurría.
Un auto negro se separó lentamente de la corriente de vehículos y se detuvo ante la entrada principal del Hotel Peace. Cuando el portero vio la marca del auto, sus ojos brillaron. Se adelantó con entusiasmo para abrir las puertas del conductor y del pasajero.
Un joven, que parecía tener unos veinte años, salió del asiento del conductor. Llevaba una elegante camisa estampada con flores y vaqueros, su pelo estaba recogido, y sus zapatos de cuero estaban pulidos a brillo de espejo. Tenía un cigarrillo recién encendido en su boca. Después de salir, se enderezó y miró a su alrededor, estrechando los ojos al ver pasar a dos mujeres altas y extranjeras. Les dio una sonrisa ambigua, pero miró hacia otro lado sin reticencia.
Le tiró las llaves del auto al portero, se dio una palmadita para buscar dinero y le metió un billete de 50 yuan en la mano. Después de eso, inmediatamente dio la vuelta al auto, corriendo hacia el lado del joven que salía del asiento del pasajero: "Este auto es malditamente aburrido. Mañana, vas a conducir", dijo.
Su compañero ni siquiera se molestó en mirarlo, sólo asintió con la cabeza al portero y le dijo: "Gracias". Al mismo tiempo, rechazó la oferta de ayudarle a llevar su bolsa.
"Xiao Chi". Mientras el auto se alejaba y los dos caminaban hacia la entrada del hotel, el joven de la camisa de flores siguió charlando: "¿Qué le pasa a la ciudad de Yan? ¡No necesitábamos venir aquí tan temprano! Se suponía que tenía una carrera de caballos mañana, incluso aposté con la gente, ¿y qué? Y nada, voy a perder por defecto ya que tuve que tomar un maldito avión..."
"Hu Shaofeng". Xiao Chi siguió caminando, sin mirarlo. Su cabello esponjoso y rizado se balanceaba con sus pasos, rozando su rostro indiferente: "O apagas ese cigarrillo, o te callas y no me hablas".
Hu Shaofeng hizo una pausa a mitad de la palabra, congelándose en su lugar. Después de unos segundos, se dio cuenta de que Xiao Chi todavía se movía y no tenía ninguna intención de esperarle, así que no tuvo más remedio que apretar el cigarrillo contra un cenicero en el cubo de basura y luego perseguirle: "Oye, ¿no puedes caminar más despacio?"
Mientras la chica de la recepción los registraba, su mirada permanecía en la cara de Xiao Chi casi todo el tiempo. Ella a regañadientes completó las formalidades: "Aquí está su tarjeta de acceso, señores. Tengan una agradable estancia en nuestro hotel".
Tienen una suite en el último piso. Hu Shaofeng, que estaba de humor para crear problemas, instantáneamente ridiculizó: "¿Una suite? ¡Ambos somos hombres, una habitación doble hubiera estado bien!"
Xiao Chi agradeció a la recepcionista, levantó su bolsa y se giró para irse. Escuchando las palabras de su amigo, respondió con calma: "Tengo miedo de afectar a su rendimiento".
Abriendo la puerta, se paró en la entrada y examinó la habitación compartida. Lo primero que hizo fue tirar el cenicero de la mesa en un cajón y mirar fijamente a Hu Shaofeng, que buscaba su bolsillo: "Si te atreves a fumar aquí, tanto tú como tu cigarrillo saldrán de esta habitación por esa ventana".
Hu Shaofeng era generalmente obstinado y arrogante, pero aunque podía desobedecer a sus padres, no se atrevía a desobedecer a la persona que proclamaba como su mejor amigo. Soltó el encendedor que ya había tocado y levantó las manos en señal de rendición: "¡Bien, bien! Lo que usted ordene, maestro".
Pensó, "No fumas, no te diviertes con las mujeres... Xiao Chi, al final, ¡¿qué es lo que disfrutas en tu vida?!
Torturado por su adicción a la nicotina, Hu Shaofeng se cayó en el sofá, dando vueltas y lloriqueando. Finalmente, se sentó débilmente, diciendo: "¡Apúrate y di lo que quieres decir, quiero ir a mi habitación y fumar!"
Xiao Chi se sirvió un vaso de agua caliente, la bebió de una manera exasperantemente lenta, y luego pateó la bolsa que había dejado caer en el suelo hacia el sofá.
La bolsa era sorprendentemente pesada. Hu Shaofeng tuvo que hacer un esfuerzo para arrastrarla hasta él.
"Ve al banco y convierte esto en fondos utilizables. Consigue tanto crédito como sea posible", respondió la única voz metálica de Xiao Chi.
Hu Shaofeng asintió con la cabeza y abrió cuidadosamente la bolsa.
Estaba llena de pilas de billetes de cien yuan.
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Una vez que el autobús entró en la ciudad de Shen, incluso los muy mareados Gao Sheng y Deng Mai olvidaron sus náuseas y se unieron a Zhou Haitang para abrir las ventanas. Este lugar se estaba desarrollando incluso más rápido que la ciudad de Qunnan.
Después de bajarse, Lin Jingzhe llevó a los tres jóvenes hambrientos a una tienda de fideos cerca de la estación. Gao Sheng miró sorprendido la lista de precios: "¿Qué diablos, un tazón de fideos cuesta realmente un yuan aquí? ¿Hablas en serio?"
¡En las tiendas de fideos de Liyun Town, se puede comer muy bien con 40 centavos!
Cuando terminaron de comer, Lin Jingzhe llamó a un taxi y le informó al conductor de una dirección familiar, y luego se instaló cómodamente en el asiento del pasajero, disfrutando del viaje. La ciudad de Shen comenzó a crecer rápidamente desde que fue designada Zona Económica Especial(1) unos diez años antes. Aunque todavía no había ninguna indicación de los futuros precios monstruosos de la vivienda, que alcanzaban los cientos de miles de yuanes, la ciudad ya parecía mucho más moderna que la mayoría de las ciudades de esta época.
Los tres mocosos del asiento trasero estaban tan entusiasmados como la Abuela Liu visitando los Jardines Grand View(2), especialmente una vez que el auto entró en el principal distrito de negocios y los edificios residenciales de estilo antiguo del fondo desaparecieron por completo, sustituidos por los nuevos apartamentos de gran altura y los rascacielos esparcidos por todas partes.
El taxi giró hacia una rampa, dejando la carretera principal, y se detuvo frente al edificio más iluminado. El portero se adelantó rápidamente, abrió las puertas del coche y se ofreció a llevar su equipaje. Este ansioso servicio dejó a Gao Sheng y Zhou Haitang completamente abrumados. Incluso Deng Mai, el más "mundano" de ellos, no pudo evitar mirar al pilar de su pequeño grupo, pidiendo ayuda en silencio.
Lin Jingzhe pagó el billete y se bajó. Haciéndoles señas para que no entraran en pánico, tomó su bolso del maletero y se lo entregó al portero: "Gracias".
Luego caminó hacia la entrada familiar. Había visitado el Hotel Peace varias veces en su última vida; aunque había sido renovado, no había cambiado mucho respecto al presente.
Sintiéndose extraño, el taxista no pudo evitar echar otro vistazo. El grupo llegó al hotel más lujoso de Shen City y pagó por el viaje como lo harían los ricos, sin dudar ni regatear, pero vestidos muy sencillos y actuando como pueblerinos a la salida de su pueblo. La única excepción fue el joven en el asiento del pasajero, excepcionalmente guapo pero con un aura imponente, casi intimidante, a su alrededor. Desde el momento en que se subió, sólo se apoyó tranquilamente en la ventanilla mirando distraídamente, pero el taxista no se atrevió a hacer ni el más mínimo desvío.
¿Es un joven amo rico que se ocupa de visitar a los parientes pobres? El temperamento de los niños de familias ricas es realmente diferente... se preguntaba ociosamente, pisando el acelerador mientras el portero le hacía señas para que se diera prisa y se moviera.
Cuando los jóvenes entraron en el hotel y estaban a punto de acercarse a la recepción, Gao Sheng finalmente volvió en sí. Agarró el brazo de Lin Jingzhe: "¡¿No nos quedaremos aquí hoy, verdad?!"
Lin Jingzhe levantó una ceja: "¿Dónde más?"
Deng Mai, deslumbrado por la opulenta decoración interior, se quedó boquiabierto. Miró a izquierda y derecha y dijo, bajando la voz: "¡No puedes hablar en serio! ¡Este lugar parece jodidamente caro!"
Zhou Haitang miró a un hombre panzón con traje que hablaba fuerte por teléfono celular, que parecía el jefe de alguna compañía, luego su mirada cayó en los zapatos de tela de sus propios pies, hechos a mano por su madre y empezando a tener agujeros por el desgaste. Desanimado, tiró discretamente de la ropa de Lin Jingzhe: "Sí, los invitados aquí parecen todos muy ricos. Quedémonos en otro sitio... cuando estábamos en el taxi, creo que vi un hostal cerca de aquí..."
Lin Jingzhe agitó su mano, haciendo una señal para que se callaran. Sacó su billetera y reservó una suite para cinco noches, que costó seiscientos yuanes a pesar de ser una habitación doble ordinaria.
¡¡Seiscientos yuanes, seiscientos yuanes completos!!
Se entregaron seis billetes rosas a la recepcionista como si nada, y los tres jóvenes, mirando a espaldas de Lin Jingzhe, casi se desmayaron. Estaban aturdidos todo el camino hasta la suite.
Lin Jingzhe dio las gracias al empleado del hotel que trajo su equipaje, y luego tomó una muda de ropa de su bolso: "Mira la televisión o algo así, voy a lavarme", dijo casualmente, sin tener idea de cuánto dinero acababa de gastar.
Como si alguien le hubiera echado un balde de agua fría, Gao Sheng se despertó de un tirón. Agarró a Lin Jingzhe, gritando: "¡¡¡Ve y cancela la habitación ahora mismo!!! Rápido, o se negarán a devolver el dinero".
Deng Mai y Zhou Haitang también se despertaron. Intercambiaron miradas y vieron la misma asombrosa incredulidad en los ojos del otro.
¡Seiscientos yuan! ¡Este lugar cuesta más de cien por noche! El padre de Zhou Haitang trabajaba como un esclavo en la fábrica de termos, pero sólo ganaba doscientos al mes, lo que significaba que Lin Jingzhe gastaba lo que para la gente común era el salario de tres meses. ¡Simplemente para el alojamiento!
De hecho, la forma en que Lin Jingzhe había estado gastando el dinero hoy los aterrorizaba: los fideos costaban un yuan por tazón, el viaje en taxi más de diez, y el hotel ni siquiera tenía que ser mencionado. ¿Pensaba que estaba hecho de dinero? ¡Incluso alguien de un hogar de 10.000 yuanes(3) se arruinaría en poco tiempo!
Los tres estaban tan asustados que ni siquiera se maravillaron con la lujosa suite del hotel, sino que rodearon a su amigo, exigiendo en voz alta que bajara y cancelara su estancia. Lin Jingzhe, que no había descansado en absoluto durante el largo viaje pero seguía pensando y haciendo planes, estaba exhausto tanto en cuerpo como en mente. No tuvo más remedio que esconderse en el baño y cerrar la puerta con llave, con dolor de cabeza por todas las molestias.
Tomó su primera ducha auténtica después de renacer; ni en la casa de su abuelo ni en la de sus amigos había algo tan elegante en el baño. Saboreando la larga sensación de agua caliente que le caía por el cuerpo, cerró los ojos y se puso a meditar.
No vino a la ciudad de Shen simplemente para divertirse con sus amigos o para ampliar sus horizontes, tenía una razón mucho más importante. Su propósito era la pronta apertura de la bolsa de valores.
Los noventa fueron una época de auge económico, llena de oportunidades. Estas oportunidades eran, sin embargo, fugaces y no fáciles de aprovechar.
Lin Jingzhe no tuvo más remedio que admitir que no era muy inteligente, o su vida anterior no habría tomado el rumbo que tuvo. Si hubiera sabido que algún día volvería a esta era, habría elegido sin dudarlo aprender programación en su última vida. Si lo hubiera hecho, entonces debido al conocimiento de la tecnología futura y las tendencias de desarrollo, habría sido capaz de apoderarse de una parte sustancial del mercado de la TI ahora, mientras que los futuros gigantes aún eran negocios incipientes.
O podría haber memorizado tantos números ganadores de la lotería como fuera posible, y usar las ganancias para comprar un gran número de bienes raíces en Yan City o Shen City. Entonces, no tendría que preocuparse por el dinero hasta su muerte, aunque eligiera llevar una vida puramente de ocio.
Desafortunadamente, sólo era una persona normal y corriente, pero ni de lejos un genio; con algo de astucia, pero no lo suficiente; no tímido, pero tampoco un hombre atrevido. Aunque conocía el desarrollo general de la historia del pasado, ahora y en el futuro, durante veinte años, nunca lo había estudiado a fondo.
Las acciones y los títulos eran la forma más rápida de conseguir dinero que se le ocurría.
Terminó de lavarse y se puso una bata de baño. Peinándose el pelo húmedo con los dedos, miró fijamente al joven rostro en el espejo, sonrosado por el agua caliente.
Calculó los fondos disponibles para él en este momento. La herencia de su abuelo, el subsidio que recibió por la donación de antigüedades, y sus propios ahorros habían sumado un poco más de 20.000 yuanes; después de lo que gastó en este viaje, le quedaban unos 19.000 yuanes.
Parecía mucho dinero, pero en realidad no era mucho. Aunque lo invirtiera todo en el mercado de valores, el rendimiento a corto plazo sería demasiado poco para que se sintiera seguro.
El mercado de valores en China en 1990 todavía no era próspero. Apenas podía compararse con la prosperidad de veinte años después, cuando era el segundo más grande del mundo, pero incluso entonces, si querías una fortuna, tenías que tener suficiente capital. Con apenas diez o veinte mil, lo que podías conseguir eran sobras en el mejor de los casos.
Cuando Lin Jingzhe salió del baño, ya era tarde. La suite estaba perfectamente tranquila, como si el barullo anterior hubiera sido una mentira. Dobló la esquina, y la vista que encontró hizo que su corazón se ablandara: los tres mocosos, que aún gritaban no hace mucho para que Lin Jingzhe saliera, estaban acurrucados en la cama grande de la habitación exterior, profundamente dormidos.
El largo y cansado viaje obviamente los agotó. Lin Jingzhe apagó las luces y ajustó la temperatura del aire acondicionado para asegurarse de que no tuvieran frío.
Luego se preparó una taza de café negro, la bebió, se secó el pelo, se puso ropa limpia, tomó una tarjeta de habitación y se fue, con cuidado de no hacer ruido.
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La ciudad de Shen estaba más animada después de que cayera la noche.
El salón del hotel estaba lleno de gente de negocios, vestidos con trajes de vestir. Hablaban en voz baja o intercambiaban tarjetas de visita, y la atmósfera rebosaba energía y entusiasmo sin fin. Lin Jingzhe, apareciendo entre ellos con una camiseta suelta y unos pantalones informales, destacaba como un pulgar dolorido.
Sin embargo, parecía no darse cuenta de ello. Después de mostrar su tarjeta de habitación al personal, fue directamente a una mesa cerca de la ventana, se sentó y pidió una bebida de bajo contenido de alcohol. No la bebió, pero la apartó por descuido, y luego tomó una revista de un estante y la hojeó.
Era el último número de una revista de finanzas y economía. Tenía un artículo sobre la bolsa de valores a punto de abrirse en Shen City, pero el autor parecía tener un poco de sesgo. Parecía no ser optimista sobre el futuro desarrollo del mercado de valores; varias veces, el artículo mencionaba el enorme quiebre de hace unos años.
Lin Jingzhe lo hojeó. Antes de pasar la página, un par de zapatos de cuero perfectamente pulidos aparecieron en la esquina de su visión, viniendo hacia él. Miró al visitante, captando un destello de sorpresa en sus ojos.
El hombre llevaba un traje conservador y una maleta. Junto con su pelo liso, su figura corpulenta y su temperamento, parecía un hombre de negocios estereotipado.
Su mirada se posó en la bebida intacta de la mesa, y luego regresó al joven: "Hola, ¿es usted... el señor Lin?" Preguntó, con un tono algo incierto.
Él está aquí. Lin Jingzhe cerró la revista y casualmente hizo un gesto hacia el asiento de enfrente: "Por favor, siéntese".
¡¿Quieres decir, que este es realmente 'Señor. Lin'?!
El hombre parecía visiblemente sorprendido... era obvio que no esperaba que la persona que vino a conocer fuera tan joven. Le llevó unos segundos procesarlo y luego rápidamente extendió su mano: "Hola, ¿cómo está? Soy Tian Dahua, puedes llamarme... Uh, pequeño Tian estaría bien".
"Sr. Tian". Lin Jingzhe ignoró la metedura de pata de Tian Dahua. Le hizo señas al camarero para que le trajera el menú de bebidas que acababa de llevarse y dijo con calma: "Siento haber pedido una cita tan tarde, pero sólo llegué a Shen City esta tarde".
Su actitud serena calmó el inquieto corazón de Tian Dahua.
El hombre ordenó un cóctel, evaluando a Lin Jingzhe en las tenues luces del salón. Por un momento, pensó que había sido víctima de una broma de un niño, pero una vez que miró más de cerca, notó que la joven apariencia del otro lado era engañosa: la conducta del joven, cada palabra y acción, mostraba que era más firme que el mismo Tian Dahua.
Durante los muchos años de su carrera en la ciudad de Shen, había estado tratando con los ricos y la élite cada día, y había entrado en contacto con incontables miembros de la clase privilegiada(4). La persona que estaba sentada frente a él tenía sin duda el mismo temperamento que esta gente.
¿Qué familia poderosa o hijo de un gran líder es este? Tian Dahua no se atrevió a ser casual. Dijo con una sonrisa: "El Sr. Lin es mucho más joven de lo que pensaba. Para ser honesto, me sorprendió mucho cuando lo vi hace un momento".
Lin Jingzhe sonrió, pero no había emoción en su rostro. Su juventud era tanto una desventaja como algo que podía usar a su favor. Había estado haciendo planes desde el día en que decidió regresar a la ciudad de Shen.
Se puso en contacto con Tian Dahua después de registrarse, llenando un billete de 50 para el conserje. Ya que el hombre era capaz de desarrollar negocios en el Hotel Peace, el mejor de la ciudad, debe ser extremadamente capaz. Lin Jingzhe, recién llegado a Shen City, tenía poco dinero y ninguna conexión, pero tenía un plan loco. Lo que necesitaba era exactamente alguien como Tian Dahua, un ayudante con medios y una extensa red de contactos para allanar el camino.
Fue directo al punto: "Sr. Tian, quiero registrar una compañía".
En esa época, en ciudades de rápido desarrollo como Shen City, innumerables personas se apresuraron a lanzarse a las olas del mar de los negocios. Acostumbrado a ello, Tian Dahua asintió: "Has encontrado a la persona adecuada, esta es una de las cosas que hago. ¿Qué tipo de empresa? ¿Cuánto será el capital registrado?"
"Compañía de bienes raíces". Lin Jingzhe pareció reflexionar por un momento, y luego dijo en un tono ligero como si la cantidad exacta no importara: "El capital... digamos, 200.000 yuanes".
Tian Dahua hizo una pausa... no era una cantidad pequeña. Sin embargo, en consideración, para los niños de las grandes familias, esta cantidad de dinero podría no ser nada. Dudó por un tiempo, calculando, y luego comenzó con algo de incomodidad: "Sr. Lin, uh, tiene que saber que el riesgo del garante intermedio es muy alto. Aunque le haré un descuento, con el capital registrado de 200.000, la tarifa mínima seguirá siendo esta cantidad".
Mostró la cantidad en sus dedos extendidos, mirando la cara de Lin Jingzhe para comprobar su reacción, pero el joven sólo sonrió y se reclinó cómodamente en su asiento: "Trato hecho".
Una garantía financiera por tres meses costaría 10.000 yuan. Teniendo en cuenta el ingreso promedio en esta época, era una cuota exorbitante. Sin embargo, para Lin Jingzhe, todavía estaba dentro del rango de asequibilidad.
Tian Dahua estaba encantado. Nunca había visto a alguien tan relajado gastando tanto, como sospechaba, ¡el joven era realmente rico!
Sonriente, dijo inmediatamente, para que el cliente no cambiara de opinión: "No tiene ninguna objeción a esta cifra, me siento aliviado. Puede parecer caro, pero no podrá encontrar a nadie tan fiable y asequible como yo en toda la ciudad. ¿Dónde está su oficina? Prepararé el contrato de garantía para mañana".
Lin Jingzhe dijo con una sonrisa: "Aún no recuerdo la dirección".
Tomó una servilleta, anotó un número y se lo dio al otro hombre: "Este es el número de mi habitación. Llámame mañana por la noche, para entonces tendré todos los demás detalles resueltos. ¿Esto estará bien?"
Tian Dahua asintió con entusiasmo: "Sí, por supuesto".
Lin Jingzhe sonrió con aprobación. Sacó trescientos yuanes de su billetera, los puso sobre la mesa y se puso de pie: "Está decidido, entonces. Como ya es tarde, no le quitaré más tiempo, Sr. Tian. Las bebidas corren por mi cuenta".
Levantó una mano para detener el intento de Tian Dahua de devolverle el dinero. Con su dedo índice golpeando la mesa, le dio al hombre una sonrisa, cortés pero mostrando que no se opondrá: "Por favor, Sr. Tian. Ya que estamos cooperando ahora, habrá otras ocasiones para reunirnos... la próxima vez, puede invitarme. Buenas noches".
Tian Dahua se levantó apresuradamente para despedirse de él: "Buenas noches, Sr. Lin, espero que descanse bien".
Se puso de pie junto a la mesa y observó la espalda de Lin Jingzhe mientras el joven caminaba tranquilamente hacia las profundidades del hotel. El joven vestía la ropa informal más ordinaria, pero eso sólo le hacía parecer aún más insondable.
Su mirada se posó en la mesa. ¿Trescientos yuan?
Estas dos bebidas cuestan a lo menos cien yuanes. Por supuesto, era un joven rico que no tenía concepto de dinero.
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Al día siguiente, Lin Jingzhe se levantó temprano, llevó a sus tres amigos y comenzó un tour por las oficinas de la ciudad de Shen para alquilarlas.
Cuando se acercaba el mediodía y los rayos del sol se volvían cada vez más abrasadores, haciéndoles sudar, finalmente encontró lo que buscaba.
Era un edificio de oficinas de nivel medio, no muy grande, con empresas de pequeña escala arriba y abajo. El espacio de oficinas para alquilar era de menos de cien metros cuadrados, en la planta media, y no muy caro, sólo mil al mes. El último inquilino probablemente quebró y cerró, dejando atrás un montón de muebles de oficina que nadie quería.
Lin Jingzhe firmó inmediatamente un mes de alquiler, este lugar era perfecto.
Viéndole gastar otros mil, los tres jóvenes casi se desmayaron de nuevo. Incluso empezaron a sospechar que Lin Jingzhe se volvió loco de repente. Si no lo hubiera hecho, ¡¿por qué iba a alquilar una oficina de la nada?!
Lin Jingzhe no les explicó sus planes. Después de despedir a la persona de la Agencia de Promoción de Inversiones, contactó con el administrador del edificio y contrató a varios trabajadores por hora para hacer la limpieza. Por la tarde, cuando Tian Dahua llamó, le informó de la dirección de la oficina.
Tian Dahua seguía siendo cauteloso. No cegado por la cuota de 10.000 yuanes que colgaba delante de él, insistió en firmar el contrato en la oficina. Viendo su tamaño y limpieza, finalmente dejó ir la última preocupación que persistía en su mente.
Las dos partes firmaron felizmente los documentos. Una vez hecho esto, Tian Dahua se paseó por la oficina separada de Lin Jingzhe, mirando por la ventana la vista panorámica de la ciudad.
Tenía envidia de los hijos de las grandes familias, que tenían suficiente capital para iniciar su propia empresa después de apenas ser adultos. Con el tiempo, seguramente lograrían el éxito.
Después de comprobar repetidamente todos los sellos oficiales, Lin Jingzhe guardó cuidadosamente el contrato: "Sr. Tian, ¿debo pagar la cuota después de recibir la licencia comercial?"
Tian Dahua asintió con la cabeza: "En efecto".
"Entonces, ¿puede ayudarme con una cosa más? Soy demasiado perezoso para buscar a alguien más si no tengo que hacerlo". Lin Jingzhe dejó el escritorio y se dirigió al área de su oficina destinada a entretener a los invitados. Empezó a hacer té, diciendo casualmente: "Mi empresa quiere pedir un préstamo. Como no estoy familiarizado con la ciudad de Shen y no tengo contactos aquí, me gustaría pedirle que se encargue de esto por mí".
Sonrió débilmente, mirando a los ojos de Tian Dahua: "Naturalmente, sus problemas no serán sin recompensa, pero como sólo es un préstamo, no me cobrará tanto como por la garantía, ¿verdad?"
El hombre no sospechaba. Era perfectamente normal que las empresas privadas pidieran dinero prestado, por no hablar de las pequeñas empresas de reciente creación como la de Lin Jingzhe. En los últimos años, el estado había animado fuertemente a los individuos a iniciar negocios. Solicitar un préstamo comercial era bastante simple, con una licencia comercial oficial en mano, probablemente tomaría minutos.
Tian Dahua sabía que Lin Jingzhe no era muy estricto, así que estaba muy dispuesto a ser "problemado". Aceptó inmediatamente: "Esto no es más que un pequeño asunto. Somos socios ahora, así que por supuesto, ayudaré, ni siquiera necesitas preguntar. ¿Cuánto quieres pedir prestado?"
"No mucho", dijo Lin Jingzhe: "Medio millón debería ser suficiente".
Tian Dahua le dio una sonrisa alegre: "No hay problema, ¡sólo dame un poco de tiempo!"
Lin Jingzhe asintió. Vertió agua mineral hirviendo en una pequeña tetera, enjuagó las hojas de té, sacó la primera infusión y volvió a verter agua caliente. Sus movimientos fueron deliberados y elegantes. Una vez que el té terminó de prepararse, lo vertió en una exquisita tetera.
El préstamo parecía ser algo trivial, que no merecía más la atención de Lin Jingzhe. Le hizo un gesto a Tian Dahua con una sonrisa: "¿Quiere probar, Sr. Tian?"
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Nt:
1) Zona Económica Especial (ZEE) - cualquiera de las varias localidades en las que el comercio y la inversión extranjera y nacional se llevan a cabo sin la autorización del gobierno central chino en Beijing. Las zonas económicas especiales están destinadas a funcionar como zonas de rápido crecimiento económico mediante el uso de incentivos fiscales y empresariales para atraer la inversión extranjera y la tecnología. (Fuente, Wikipedia)
2) Es un personaje de la novela china del siglo XVIII Sueño de la Cámara Roja. Es una anciana rústica del campo y una pariente lejana de la Dama Wang a través de la "unión de familias" y el matrimonio.
3) Hogar de 10.000 yuanes [万元户] - un hogar con un ingreso anual total de 10.000 yuanes o más (considerado como una gran cantidad en los años 70, cuando se estableció el término; dependiendo de la región, todavía era una gran suma en 1990).
4) La clase privilegiada - "Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros", como escribió George Orwell. Básicamente, el gobierno y los peces gordos del Partido.