Narcotraficante

By YilianRguez

19.9M 1.3M 208K

SEGUNDO LUGAR EN LOS REVER AWARDS 2017 ¿Quién iba a decir que una simple cena cambiaría la vida de Lauren Dal... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8
Capítulo 9.
Capítulo 10
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
¿Preguntas?
Preguntas + Respuestas.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47. (Castiel)
Capítulo 48. (Castiel)
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
¡Grupo oficial!
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
¡Un millón!
Capítulo 72.
Capítulo 73.
Capítulo 74.
Capítulo 75.
Capítulo 76.
Capítulo 77.
Capítulo 78.
Capítulo 80.
Capítulo 81
Capítulo 82.
Capítulo 83.
Capítulo 84.
Capítulo 85.
Capítulo 86.
Capítulo 87.
Capítulo 88.
Capítulo 89.
Capítulo 90.
Capítulo 91.
Capítulo 92.
Capítulo 93.
Capítulo 94
¡NOTICIÓN!
Capítulo 95
Capítulo 96
Ayuda
Capítulo 97
Capítulo 98
Capítulo 99
Capítulo 100
Especial #1
Capítulo 101
Lo siento
Capítulo 101 (segunda parte)
Capítulo 102
Capítulo 103
Capítulo 104

Capítulo 79.

133K 9.9K 1.4K
By YilianRguez

Dedicado a: _DarkParadise_32 y IsauraCelesteDionici.

Mis brazos dolían cada vez que bajaba y estos se veían obligados a flexionarse, las gotas de sudor caían por mi cuello y cara como cascadas, sentía que ya no podía más, mi cuerpo estaba cansado al igual que mi mente, pero yo podía, debía hacerlo, sin embargo, mi cuerpo no expresaba lo mismo. Sentía que en cualquier momento me iba a desfallecer, pero yo era fuerte, sentí como la adrenalina fluyó por mis venas y al fin terminé las duras lagartijas que Castiel me puso.

—¡Tres!– Grité, desplomándome en la colchoneta.

Sus carcajadas retumbaron por todo el lugar -gimnasio privado de la mansión- causando una cierta ofensa en mi, ¡Hice un gran esfuerzo! resoplé y me di la vuelta quedando de cara al techo. Sentí como sus manos se colocaban detrás de mi nuca y rodillas, me levantó como unos recién casados.

—Eres una exagerada.

—¡Castiel! hice un gran esfuerzo, además, no estoy acostumbrada a hacer ejercicio.– Reconocí, entrelazando mis manos en su nuca.

—Si no haces ejercicio ¿Cómo es que tienes ese cuerpo?– Rodé los ojos ante su cara de perversión.

—Virtud, querido.

Me dejó sobre una silla y me dio una botella con agua fría, la cual me acabé en dos tragos, literalmente. Castiel había insistido en darme unas lecciones de lucha, ya que si quería salir a tomar un respiro sola, al menosdebería saber como usar un arma. Aunque dudaba mucho que llegara a usarla, porque no lo haría ¿Verdad?.

—Afortunado soy de verlo, entonces.– Sonrió.

—¿Ahora qué sigue? ¿Lucha cuerpo a cuerpo?

—O...ducha cuerpo a cuerpo.– Alzó ambas cejas varias veces.

Bufé y volví a rodar los ojos.

—Eres un enfermo.– Rió.

—Bien, bien. Entonces no. Lo que sigue es aprender a pelear.

—Mi padre ya me ha enseñado eso.– Dije.—Desde los quince me entrenó para defenderme en las calles.

Asintió, haciendo una leve mueca con sus labios.

—Aún así, vamos a hacerlo.

Me levanté y me posicioné frente a él. No pude evitar mirarlo, llevaba pantalones negros muy holgados y su torso descubierto, al igual que sus pies. Era imposible no quedarme embobada mirando sus fuertes y musculosos brazos, como también era imposible no admirar su trabajado pecho y abdomen o esa grandiosa V que se perdía más allá del elástico del pantalón. Toda una tentación. Suspiré y volví mi atención a él, sus ojos tenían un aire divertido, claro que se había dado cuenta de mi comportamiento. Me coloqué en posición de ataque: Las palmas en puños, los brazos cubriendo mi cara y la pierna derecha adelante. Igual que él.

—Que comienze el juego.– Dijo, sonríendo.

Y así fue, ambos estuvimos dando vueltas en la colchoneta, mirándonos y tratando de descifrar quien daría el primer golpe. Mi padre me había entrenado realmente bien, no es hasta hace unos meses que dejé la rutina de entrenamiento, no sabía el nivel de Castiel, pero estaba segura de que podría ser casi el mismo que el mío. Sabía que no estaba del todo convencido con mi capacidad de pelear, claro, jamás me había visto haciéndolo.
Entonces fue él quien dio el inicio, trató de dar un golpe en mi cara para aturdirme, pero el aturdido fue él cuando me agaché velozmente y golpeé su abdomen, apartándome hacia un lado y quedando detrás suyo para patear su espalda y hacerlo caer de rodillas. Sonreí.
Se sentía bien volver a utilizar mis habilidades.

—¿Pero qué...?– Soltó, tocando su abdomen. No me quedó más que encogerme de hombros.

—Arriba, muchacho.– Le animé.

Achinó los ojos y rió suavemente. Dio unos saltitos en su lugar y volvió a dar vueltas a mi alrededor. Ninguno había dejado de sonreír, esta vez fui yo quien dio el golpe, tomó mi puño con su mano y me dio la vuelta, dejando mi espalda pegada a su pecho, con su brazo rodeando mi cuello. Sin embargo, no me estaba haciendo daño.

—Buen intento, linda.– Dijo.

Me impulsé con las piernas, hacia arriba y puse mis manos a los lados de su cabeza, logrando saltar sobre su cabeza y caer detrás de su espalda para golpear su espalda otra vez y tirarlo de nuevo en la colchoneta.
Me quedé pasmada.

—¡Oh por Dios! ¡¿Viste eso?!– Grité.

Se levantó de un salto y sus ojos me miraron aturdidos.

—¡Mierda, Lauren! ¡¿Con quién entrenaste?! ¡¿Jet-Li?!

—Vaya, no sabía que...

—¡Eso fue genial!– Exclamó.

Reí, ni yo me lo creía. Lo había intentado muchas veces, puesto que había visto a varias mujeres hacer eso en unas películas pero jamás lo lograba. Jamás lo lograba ¡Pero ahora sí! y era genial. Me encantaba sentirme poderosa y que él, precisamente él, me mirara con admiración.
Me tomó de la cintura y me dio un beso profundo.

—Me encantas.– Dijo, sonreí como estúpida.

—Sigamos.– Dije.

Volvimos a nuestra posición de ataque, lo miré a los ojos, sus marítimos ojos.

Ojos azules.

Sus ojos.

Mi madre ensangrentada en brazos de mi padre.

Él.

Algo chocó con mi mejilla derecha y me hizo caer de lado, solté un quejido, el dolor era insoportable.

—¡Lauren!– Gritó Castiel. Me tomó de los brazos y me levantó hasta ponerme frente a sus ojos.—Lo siento, ¿Estás bien?

Asentí. Lo miré a los ojos ¿De verdad sería él?

—Te preguntaré algo y quiero que me respondas con la verdad, si mientes, lo sabré.– Dije. Frunció el ceño y me soltó para cruzarse de brazos.

—Está bien, adelante.

Suspiré. Si era él, si eso de verdad era un recuerdo, debía exigirle que me dijera que sucedió esa noche.

—Antes de que llegaras a la tienda ¿Ya me conocías?– Pregunté.

Pestañeó tres veces y frunció aún más el ceño, de pronto se desestabilizó y tuvo que afirmar bien sus pies en la colchoneta. ¿Era él?.

—¿Qué? no, claro que no.

Me desesperé. Estaba mintiendo.

—Di la verdad, Castiel. No soy estúpida, ¿Conocías desde antes a mis padres?– Probé con una nueva pregunta.

Suspiró y se dio la vuelta revolviendo su cabello. Siempre que hacía eso era porque se sentía presionado, pero no me importaba, estaba cansada de ser la última en saber. Estaba cansada de que me dejaran en el frío.

—Sí.– Aceptó por fin.—¿Quién te dijo?

—Nadie.– Se volvió y me miró sin creerme.—Mientras estuve en coma tuve un sueño, aunque ahora veo que no lo era. ¿Qué sucedió esa noche, Castiel? ¿Por qué mamá tenía sangre? ¿Por qué estabas ahí?

—Lauren, no creo que deba...

—Sí debes, ya deja de esconderme cosas, Castiel. Habla de una maldita vez.–Exigí.

Empezó a caminar fuera de la colchoneta y pensé que se iría, lo que hizo fue buscar una silla para sentarse. Me planté frente a él, lista para escucharlo.

—A tu madre le dispararon esa noche, Lauren. Siempre has pensado que tu problema con The Hell había sido por vincularte conmigo, no es así.

—¿Qué?

Me miró con reprensión para que lo dejara hablar.

—Tu problema con The Hell tiene ya varios años, esa noche, ellos habían ido a casa de su ex-jefe para exigirle que volviera al mando, su bando se estaba desintegrando sin él. La Cobra, le decían, él se negó y su esposa pagó las consecuencias, quedó hospitalizada por meses. Yo era muy amigo suyo y había ido a ayudarlo, lo presencié todo, hasta como su hija llegaba borracha a penas para ver como su madre se desangraba.

Mi cabeza era todo un nudo, no lograba entender. Y más aún, estaba sorprendida por la mención de La Cobra.

—¿Qué tiene eso que ver con esa noche?

Me miró con obviedad y tristeza. Entonces lo entendí todo.

La Cobra.

Mi padre.

The Hell.

Ex jefe.

Mi padre lideraba The Hell y por ende, era La Cobra.

—Quieren matarte para que Frank vuelva al mando.

                             ~•~

¡Hola, chic@s! ¿Cómo están? Espero que muy bien, gracias a tod@s aquell@s que me mandan mensajes por privado, y por los que preguntaron por mi estado de ánimo. Si no les contesto a sus mensajes o comentarios es por dos cosas.

1-Se me olvida.

2-Son muchos y tardo en hacerlo.

Gracias por su infinito apoyo, jamás dejaré de hacerlo.
L@s adoro.

Continue Reading

You'll Also Like

Queen By Liz

Romance

50.6K 2.5K 23
Libro de Eva Muñoz
133K 5.8K 57
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando
81.1K 10.1K 35
El sustituto del SR.Jeon ˚ ༘。🦋⋆˚⊹ ࣪ ˖ Jimin es un chico con una hermosa hermana gemela lamentablemente esta tiene un accidente un día antes de su...