Capítulo 72.

151K 13.1K 1.2K
                                    

#DomingoMillonario.

Las amo, perdón si hay faltas de ortografía,estoy cansada y no puedo más.

___•___

—Lauren.– Susurra el ojiazul.

¿Es él? parece como si hubieran pasado miles de años, ¿De verdad es mi Diablillo? se ve tan diferente e igual a la vez, todo es tan contradictorio ahora que he vuelto al mundo, ahora que sé lo que es escapar de la muerte y estar a un paso de no volver jamás.
Parece no creer que me está viendo, es como si estuviera en shock y se negara a creer que soy yo, los segundos son eternos y mis ojos no se despegan de sus lagunas azules. Ahora brillan más que el sol, son tan hermosos, ¿Por qué no se mueve? ¿Por qué no me abraza? pareciera como si hubiera leído mi mente puesto que ahora se decide por correr hacia mi, en ningún momento dejo de mirarlo, ni él a mi.

¿Se puede amar tanto a una persona? siento que sin él una gran mitad de mi ser quedaría sin funcionar, es como si no tuviera un propósito, la verdad es que mi vida sería un asco sin él, y muchos dirán: "Rídicula, eres tan dependiente". Pero una vez que de verdad experimentas lo que es amar -fuera del amor familiar- todas tus hipótesis acerca de este sentimiento, se vuelven absurdas. Muchos creen saber lo que es, se dejan llevar por lo que ven en las películas o por lo que los demás dicen, jamás se conocerá el amor si nunca se han llegado a amar asimismos  y a otros, el sacrificio -de cualquier tipo- demuestra el verdadero amor.

Y no es hasta que sus brazos me envuelven que la verdadera paz me invade, es tan diferente al abrazo de mi padre, este me termina de complementar.
Su olor invade mis fosas nasales y sonrío, no me había dado cuenta que había comenzado a llorar. Despego mi cabeza de su pecho y tomo su cara entre mis manos, su barba está tan crecida y sus ojeras son enormes...está tan demacrado, tiene los ojos cristalizados, me mira con adoración, amor, anhelo, con muchas emociones.

—¿Eres tú?– Pregunta, mi corazón duele al escucharlo hablar con la voz quebrada.

Asiento, mi voz se ha ido.

—Pero, ¿Cómo es que...? yo te vi morir, estaba ahí cuando tu corazón dejó de latir, Lauren.– Susurró inspeccionando mi rostro, asegurándose de que en realidad soy yo.

—Pero sin embargo aquí estoy, ¿Crees que puedes librarte de mi así de fácil?– Bromeo.

Ahora sus manos acunan mi rostro.

—Un mes sin ti y siento que regresé de la muerte, aunque en realidad fuiste tú, te amo tanto.

Esperen, ¿Un mes? ¿Estuve ausente un mes?

Se dio cuenta de mi alarmante situación y se apresuró a hablar.

—Tu cerebro estaba muy inflamado, el sangrado no paraba y te puso en coma un mes, amor. Lo importante es que estás aquí, Dios, aún sigo sin creer que estés...viva.– Agregó con anhelo.

Mierda, todo es tan confuso e irreal.

No respondí, no pensé en nada más, tan solo lo atraje a mi y presioné mis labios contra los suyos. Me sentí más viva que nunca, como si sus labios fueran la fuente de energía que me mantiene en línea, supe que estaba ansioso por hacer lo mismo puesto que me devolvió el beso al instante.
Una danza digna de un premio, nuestros labios bailaban sin parar.

—Te amo.– Dijimos los dos al mismo tiempo, reímos por ello.

«Cursis».

¡Mi subconsciente! ahí estás de nuevo, te extrañé caga momentos.

—Una vez me preguntaste por mi familia, y ahora es el momento de que me escuches y de que entiendas por qué soy como soy.– Dijo.

¿De verdad me hablaría de ellos? quise decirle que no está obligado a hacerlo, pero de un empujón me tumbó en la camilla y se acostó a mi lado, sosteniendo su cabeza con una mano y con la otra acariciando mi rostro.
Quise insistir de nuevo, pero esta era una oportunidad única y no habría otra.

Suspiró y clavó su mirada en mi estómago, el cual, ahora, acaricia.

—Tenía dieciséis cuando papá enfermó, necesitaba medicamentos y costaban demasiado, no eramos ricos, pero tampoco nos faltaba nada. Y lo poco que nos faltaba era ridiculamente estúpido, papá usó sus ahorros para pagarlos, mamá y yo también, jamás me arrepentiré de eso, y aunque él murió al menos lo tuvimos por unos meses más. Las cosas se complicaron y para mantenernos mamá hipotecó nuestra casa, el banco se la quitó meses después, yo era el hombre de la casa y no estaba dispuesto a que mi familia pasara penurias.
Cuando cumplí diecisiete empecé a trabajar, pero no era suficiente, era realmente estúpido y me fui por el camino fácil, conseguí trabajar para un mafioso, ¡No vendía drogas si es lo que crees! solo cobraba el dinero que le debían al "jefe". Nada les faltaba a mis hermanos, ni a mi madre, no estaban contentos con mi oficio pero yo no iba a dejarlo, ganaba muy bien.
Un día, el "jefe" me encargó asesinar a alguien, ¡Jamás había y hubiera hecho eso! no estaba en mi hacerlo, entonces me negué y él me despidió.
No me importó y me fui, agradecí a Dios porque no tomo ninguna represalia contra mi, por el momento. Mi mejor amigo en ese entonces era el hijo del "jefe", nos llevábamos muy bien, se suponía que estaba ahí porque su padre amenazó con asesinarla sino trabajaba para él. Pero solo eso, se suponía, después de mi despido, Christian y yo fuimos a un pub a disfrutar, jamás imaginé que mi desgracia llegaría esa misma noche.
Me dijo que alguien me daría trabajo y en mi deseperación dije que sí, me llevó, según yo, a la casa del hombre para que hablaramos.
No había tal hombre, Lauren.

Apretó su mandíbula.

»Él me traicionó, secuestró a mi familia y la llevó a esa casa en la que había dicho vivía el hombre que me daría trabajo. Fue un maldito, me tomó desprevenido y me golpeó, cuando desperté los vi.–Cerró sus ojos con fuerza y siguió hablando.—Cada uno amarrado a una silla con una mordasa en sus labios, lloraban desconsolados, Lauren. Te juro que quise levantarme y ayudarlos, pero me habían inyectado un paralizante. Me había confiado, al final el "jefe" sí se vengó, dijo que por mi culpa había perdido mucho dinero y que lo pagaría con mi familia.
¡El maldito lo hizo!–Medio gritó.—Le supliqué que no lo hiciera, te lo juro, le rogué para que me torturara a mi y no a ellos, ¡A ellos no!– Me miró, sus inundados en lágrimas y dolor.—Vi el miedo cruzar por los ojos de Lily, de Cameron y de mamá, él...grité hasta desgarrarme la garganta, no le importó mi llanto, cargó el arma y apuntó hacia mi madre, su mano no tembló y le disparó en medio de las cejas.—Un sollozo se escapó de sus labios, Oh, Dios.—Mi reina se fue, mi princesa se fue, mi hermano me miró a los ojos y pude descifrar lo que quería decirme, "No es tu culpa" decían sus ojos y después mi campeón también se fue, Christian los mató, los separó de mi.
Dime, Lauren, ¿Por qué hay personas tan crueles en este mundo? ¿Por qué las pruebas de la vida son tan duras? no soportaría perderte, no a ti. Ya los perdí a ellos, y no quiero estar solo otra vez.

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora