Narcotraficante

Capítulo 94

Hola, Little mobsters.

Hace algunas semanas, mi país sufrió una catástrofe natural, la tormenta Nate arrasó con bastantes pueblos y hogares, provocó inundaciones, desbordamientos de los ríos más grandes y daños abismales en las carreteras, algunas, incluso, fueron llevadas por grandes corrientes de agua.

Murieron pocas personas, pero eso no quita el luto y el dolor nacional. A todos los costarricenses, quienes tal vez estén leyendo, que seguro vivían en esas zonas o cerca, quiero que sepan que aunque Costa Rica sea un país pequeño, está repleto de personas con una gran fuerza de voluntad. Somos conocidos a nivel mundial con la frase Pura Vida, pues lo somos y seguiremos siéndolo aún en las malas. Saldremos a adelante y aunque en mi hogar no hubo ningún daño, eso no significa que no esté con ustedes.

Todos poco a poco, con un granito de arena, ayudamos a quienes lo más necesitan. Dios siempre ha bendecido a los ticos y nunca nos ha abandonado, he orado por todos los afectados y lo seguiré haciendo.

Costa Rica es grande en fe.

Fuerza, ticos y ticas, que nosotros somos más grandes que esto.

Los amo...

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En la mansión había una habitación entera y exclusivamente para los licores, eran miles de botellas de todas las bebidas alcohólicas que alguien pudiera imaginar, pero lo que más predominaba era el Whisky. Ese era el preferido de Castiel, tenía varias botellas en su despacho y en las noches cuando no podía dormir, se sentaba en el sofá rojo frente a la chimenea con un vaso en su mano. Era su fiel compañero...

Recuerdo que una vez, a escondidas, me serví un poco. Jamás lo había probado, lo olí y tosí, debía ser fuerte, cuando por fin iba a tomar un trago, su mano me lo arrebató.

-Jamás vuelvas a hacer esto- había dicho, se escuchaba tan enojado que pegué un respingo.

-¿Por qué?, es solo licor.

-Sí, licor es licor y droga es droga, ambas con nombres atrayentes, pero igual de mortales.

-¿Entonces, por qué los tomas?

-Porque me relaja, pero no porque yo lo haga significa que está bien. No quiero verte de nuevo por aquí, Lauren.

Y luego dejó de hablarme por el resto del día. Así que, tenía en mi mano derecha, el cuarto vaso de Whisky, mientras me escondía detrás de una columna para no ser vista por el demonio de ojos azules. Si me descubría, tiraría bolas de fuego hacia mi y me convertiría en piedra.

¿Eh?

Maldición, mis pensamientos estaban siendo incoherentes; creo que me pasé con la bebida, mi cabeza estaba dando vueltas.

-Castiel te va a matar.

-¡La santísima!, me diste un susto de muerte, pensé que eras él.

-Si fuera él, estarías muerta, sabes que no le gusta que bebas.

-No sabe que lo estoy haciendo - respondí, encogiéndome de hombros.

-Aún...

Le resté importancia y comencé a beber de nuevo, quería ahogarme en Whisky.

-Ya deja eso, ven aquí - murmuró.

Me abrazó y apreté su cuerpo con fuerzan, con cuidado de no dejar caer el vaso, hundí mi nariz en su pecho.

-Tengo miedo, Mike. Esto se saldrá de control.

-Él va a perdonarte.

-No quiero que Christian lo dañe.