Capítulo 1.

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Único capítulo editado.

Después de este capítulo, habrán muchas faltas de ortografía y muchos errores (como escribir el nombre del protagonista más de una vez en un solo párrafo).

Se irá mejorando casi a la mitad del libro, una vez terminado, será editado del revés al derecho.

Lean.

Y gracias por darme esta oportunidad.
~~

La tarde, como siempre, se encontraba fría, por lo que afirmé más mi suéter en mis brazos y empujé la puerta con mi hombro.
El olor a ropa nueva inundó mis fosas nasales y me sentí en el paraíso, era como la emoción de un amante de la comida entrando a un restaurante.

-Lauren- me saludó mi jefa con una gran sonrisa. Me pregunté si no le dolerían las mejillas.

-Hola, Señora Scott- le devolví el saludo con una sonrisa menos exagerada que la suya.

Soy Lauren Dallas, tengo veintiun años y este es mi trabajo, una boutique de trajes elegantes y vestidos hermosos. ¿Por qué precisamente en una boutique? Estudio moda y creo que trabajando en un ambiente de la misma me ayuda a desenvolverme mejor. Trabajo aquí desde hace dos años, soy la típica chica universitaria que trabaja para pagar sus estudios. Mis padres están separados, y después de que mi madre se volviera a casar, decidí venir a estudiar a la ciudad, lejos de toda la tensión familiar, pues mi padre y mi madre, -recién casada con otro hombre-, no se llevan bien. Vivo con mi amiga Jessica en una hermosa casa cerca de la boutique. Todas las tardes vengo aquí a trabajar, me desenvuelvo muy bien en mi trabajo y me gusta ayudar a las personas a poder encontrar el atuendo indicado.

Sin atrasarme más, caminé hasta llegar detrás del mostrador y rápidamente, me puse a ayudar a las personas que entraban. La mañana transcurrió entre clientes y prendas nuevas, algunos consejos agregados y palabras malsonantes atascadas en mi garganta cuando alguno perdía la dulzura a su carácter.

-Con gusto, vuelva pronto y gracias por su compra- esas palabras las llevaba grabadas a fuego en mi mente, la típica despedida de todo dependiente.

Satisfecha con mi trabajo, me encaminé a realizar el inventario del mes, en la boutique habíamos alrededor de seis dependientes, sin embargo, dos estábamos encargados de esta tarea, Brendon y yo. Y, aunque nos enorgullecía que la señora Scott confiara en nosotros, una mala cuenta podía restarnos unos buenos euros del salario, y realmente los necesitaba. A mi lado se encontraba Keysi, no era muy eficiente, admitía, y la mayoría del tiempo me sacaba de mis casillas; sin embargo, trataba de ignorarla cuando podía.

Tomé el lapicero entre mis dedos y la libreta también, la tinta empezó a manchar el papel conforme iba escribiendo. Las pisadas de los clientes resonaban por todo el local, algunas chicas chillaban cuando veían alguna prenda que las dejaba encantadas. Y las entendía, esta boutique era una de las mejores de Londres, esa era la razón del por qué podía pagar mi carrera, ¿qué podía decir? La paga era más que buena.

-Uh, madre mía, qué par de caballeros. ¿Crees que sean de mi edad o aproximados?- suspiró -. Oye, te estoy hablando.

-No me interesa, Keysi- respondí con una marcada falta de interés -, estoy ocupada, por si no lo has notado.

De sus labios pintados de rojo salió un insulto para mi, "perra". A los ignorantes es mejor ignorarlos, ¿no?, entonces eso fue lo que hice, traté de no darle importancia al molesto ruido que hacía cuando sus uñas impactaban contra el cristal del mostrador, aunque cada vez mordía más fuerte mi lengua.

-¿Podrían ayudarme?- preguntaron, su voz había sonado tan grave que no pude evitar mi repentino sobresalto.

No levanté la vista, mantuve mi cabeza metida en la libreta y los apuntes que había hecho, ya sabía que era un cliente, pero por nada del mundo podía dejar las cuentas en el aire. ¿La única disponible? Keysi. Claro que, eso significaría una posible queja, y no sería la primera vez.

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora