Capítulo 71.

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Hermosas y hermosos, gracias por amar mi historia y agradezco a aquell@s que en facebook publican una foto suya y ponen alguna frase de la historia pero, creo que es injusto que no den a conocer a la creadora de dicha frase. Se siente feo la verdad, no estoy atacando a nadie, solo quiero que lo sepan.
No me molesta que ponga la frase, lo que me molesta es que la usen y ni siquiera pongan debajo de ella "-Yilian Mercado." o algo así.
Ayer me metí a face y vi la foto de una chica que puso "La inocencia le ganó a la razón", si se fijan bien, en la sinopsis está. Pero ni siquiera mencionó a la autora, me sentí realmente mal por ello, puesto que es una frase original de mi misma.

Si lo hacen, agradecería que pusieran mi nombre bajo la frase, es realmente insultante que no lo hagan, no suelo ofenderme, pero con esto pasó.

Cambiando de tema...

¡Ustedes quieren mi cabeza! Es más, ni siquiera notaron que Castiel dijo que ella es su esposa.

Uhm.

Las amo, incluso a la chica de la frase. ♥

___•___

Lauren.

Pude abrir los ojos, al fin había logrado abrirlos, pero todo lo que veía era una intensa luz blanca que brillaba como una estrella recién nacida, no hay ruido ni frío. Tampoco está ese oscuro lugar, ¿Cuándo logré escapar? ¿Por qué ya no escucho la voz de Castiel si hace un momento estaba aquí? ¿Será que...? ¡Oh, Dios! ¿Es posible que...?. Por eso hay tanta blancura y tanta paz, ¿Esto es lo que dicen que ven cuando mueren? Oh, Dios, ¿Será esa luz que ven al final del túnel? ha empezado a hacer frío, ahora sí, siento mis ojos humedecerse, ya no volveré a ver a nadie más. Cierro mis ojos con fuerza y los abro con la esperanza de no ver más esa luz, ahí sigue aunque...¿Eso es una mano? ¿Pero qué carajo...?

—¿Señorita, se encuentra bien?– Preguntan pero, la luz no se va. Oh, Dios, es un ángel.

—¿Iré al cielo? debo confesar que maté a una mosca hace una semana, merezco estar en la tierra.

—¿Señorita, qué está dici...?

—¡Oh, Dios, estoy muerta!–Exclamo hacia el ángel.

—Señorita, está en el hospital, acaba de despertar de un coma.– Y la luz se va.

¿Eh?

Mis ojos se abren desmesuradamente, una enfermera se encuentra a mi lado mirándome con extrañeza, su mano descansa en una bolsita de sangre a mi lado, una delgada manguerilla atraviesa la piel de mi brazo haciendo que esa sangre ingrese a mi sistema.

—Iré a llamar al doctor.– Dice y sale como alma que lleva el diablo.

Diablo, ¡Mi Diablillo! he despertado, alguien tiene que decirle, han pasado solo tres días desde que dejé de ser consciente de lo que pasaba a mi alrededor. Recorro la habitación, un agudo dolor de cabeza me ataca cuando un asqueroso olor a medicamentos entra por mis fosas nasales, hay una ventana abierta en donde rafagas de viento entran, entonces por eso sentía frío. Me empiezo a carcajear como si no hubiera un mañana, ¿Qué más podría hacerme feliz? estoy con vida, Dios ha decidido que aquí debo estar. Por un momento quise rendirme, pero yo jamás haría eso, cada esfuerzo tiene su recompenza. ¡No estoy muerta!

—¡No estoy muerta!– Medio grito con una gran sonrisa.

Suspiro mirando por la ventana, hace una hermosa noche. Escucho algo romperse e inmediatamente dirijo mi mirada allí, mi padre, está paralizado y me ve como si fuera un fantasma.
Oh, papá, lo extrañé demasiado, por culpa del orgullo nos hice sufrir a ambos y no nos dí una oportunidad de arreglar las cosas, el orgullo es uno de los grandes problemas de la humanidad.

—Oh, mi cielo.– Susurra y de inmediato corre a abrazarme.

Uhm, me siento tan protegida y amada, no quiero ni saber lo mucho que han sufrido por mi, ¿Cómo estará él?

—Papá.– Logré articular en medio del sofocante abrazo.

—Los doctores dijeron que habías muerto, ¿Cómo es posible que estés viva?.

—Un milagro de Dios.– Una tercera voz hizo presencia en la blanquecina habitación, el doctor.—Esa es la verdad, fui yo quien te declaró fallecida, Lauren, después de unos segundos tu corazón volvió a latir. Quienes lo presenciamos aún estamos soprendidos.

Inconscientemente llevé una mano a mi corazón, ¿Había muerto? de inmediato sentí ganas de llorar, había dejado de existir por unos segundos. ¿Castiel sabrá que sigo viva? el poder de Dios no tiene límites, el mayor regalo que nos puede dar es la vida, ¿Qué somos si no tenemos vida? el tiempo sigue, no tiene límite, la vida sí, no se sabe cuando acabará o cuando seguirá.

—Los dejaré solos, volveré en dos horas.– Ambos asentimos y vemos irse al doctor.

Los brazos de mi padre me acunan de nuevo.

—Papá, te quiero demasiado, no sabes cuanto lamento ser orgullosa y no haber querido arreglar las cosas de inmediato.

—El orgullo es algo que jamás desaparecerá, es parte de cada quien, solo debemos saber usarlo a nuestro favor. Y tú, mi cielo, no hiciste nada mal, estás herida y merecías tu tiempo, eres lo más importante para mi.

Quise decirle que él también es importante para mi, pero de nuevo la puerta se abre, solo que causa un estruendo al chocar contra la pared.
Volteo.

—Lauren.– Susurra el ojiazul.

                              ~•~

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Las amo.

Se despide su sexy autora.

Y...

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora