Capítulo 29.

193K 14.4K 550
                                    

Maratón 2/7

Dedicado a: AndyBritt.

__•__

Mis ojos se abren por si solos, me mareo y vuelvo a cerrarlos, siento ganas de vomitar y la cabeza parece querer estallar. Miro a mi alrededor, estoy en la habitación de Castiel, sonrío minusculamente; estaba a salvo, dentro de lo que cabe la palabra. Me duele el cuerpo pero a como puedo me salgo de la cama y camino lentamente hacia el baño que está en la habitación, al hacerlo me doy cuenta de que estoy en ropa interior, me avergüenzo al pensar que tal vez Castiel me aseó. Intento no pensar en ello y sigo caminando apoyándome en las paredes.
Cuando estoy dentro me miro al espejo de cuerpo entero.
Abro los ojos asustada.

Todo mi cuerpo está amoratado, mi estómago tiene un color verdoso y amarillento, mi rostro está morado y un pómulo hinchado, mis labios secos y rotos. Mis ojos se llenan de lágrimas al ver la demacrada imagen en el espejo, la puerta del baño se abre pero no me molesto en saber quien es, sigo viendo mi reflejo en el espejo con tristeza. Todo esto me tiene cansada y devastada, se supone que ya estaba a salvo, que nada me iba a pasar.

Se coloca detrás de mi y con los ojos aguados lo miro a través del espejo, pone sus grandes manos en mis hombros y me mira con lástima.
Lástima es lo que menos necesito ahora, me coge en brazos y recuesto mi cabeza en su pecho tranquilizándome con el palpitar de su corazón, sorprendentemente se siente bien. Y está mal, no puedo permitirme estar bien con el causante de mi sufrimiento y desgracia.
Siento una superficie blanda bajo mi espalda, me ha acostado en la cama y me mira desde arriba cuando termina de arroparme.

—Hola.– Dice después de suspirar.

—Hola.– Contesto con un hilo de voz.

Se sienta junto a mi y el colchón se hunde por el peso de su cuerpo, me tenso cuando alarga una mano y acaricia mi mejilla, su rostro se acerca al mío y besa mi mejilla. Al separarse me mira a los ojos, como si algo le hubiera picado se levanta de la cama y sale con rapidez de la habitación cerrando la puerta tras de si causando un estruendoso ruido.

Observé la puerta por varios minutos y no volvió, el cansancio hizo mella en mi y sin protestar me quedé dormida.

(...)

Mi cuerpo se relajó al sentir el agua fría, me hundí en la tina llena de agua y cerré los ojos disfrutando.
No sé cuanto tiempo pasó desde que estuve así pero fue el suficiente como para que mis dedos se arrugaran como pasa. Con delicadeza -porque el cuerpo me dolía- me levanté poco a poco hasta poder sacar una pierna y luego la otra, me sequé con una toalla y la envolví en mi cuerpo para salir del baño hacia la habitación.

Me coloqué una bata de color blanco que llegaba a la mitad de mis muslos y salí de la habitación, no sabía donde estaba Castiel. Desde que se fue no lo he vuelto a ver, me sigo preguntando que le habrá pasado.
Camino directamente a su despacho, cuando llego toco la puerta esperando que esté allí.
Escucho un "pase" y abro la puerta.

Castiel.

¿En qué estaba pensando?

Fue un acto estúpido de mi parte haberle dado una muestra de cariño, no puedo dejar que se haga ilusiones y mucho menos que me tome cariño.

«¿Quién lo haría?»

Tal vez ella podría.

«No siente más que odio y desprecio por ti, arruinaste su vida

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora