Capítulo 17.

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Hoy ando de buen humor, y con mucha inspiración así que aquí hay otro cap.

__.__

—Después habrá tiempo para hablar, ahora necesitamos correr. –Abro mis ojos como platos.

—¿Más?– Me mira mal.

—No te quejes y ¡Corre!

Jaló de mi mano y seguimos corriendo por la alocada acera, y digo "alocada" porque un montón de gente está corriendo alarmada.
¿Pero qué es esto? ¿Acaso trajeron a toda la mafia?

—¡Mierda!– Grito cuando el tacón se rompe y caigo de bruces.

Castiel me toma por los brazos y me levanta.
Corrimos unos cuantos metros y llegamos hasta un auto, al cual logramos entrar sin ser perforados por una bala.
Rápidamente acelera y maneja a toda velocidad.
Cuando pasamos frente a la cafetería, logré ver a Jay sacar a Andy.
El alivio me dió de lleno y sonreí.

Y después recuerdo.

Acepté ser su amante.
¿A qué costo?
Acabo de entrar a la boca del lobo.

Peor aún, acabo de prácticamente, entrar al narcotráfico.

Soy la amante de un narcotraficante.

(...)

—¿Por qué esa balacera?–Le pregunto apenas pongo un pie en la sala de su casa-mansión.
Se quita el saco y lo tira en uno de los sofás, no responde y toma un vaso de vidrio.
Le agrega hielo y sirve en el, lo que parece ser Whisky (Disculpas si no se escribe así).

Toma de él como si se le fuese la vida en ello.

—Responde Castiel. – Me impaciento.

—¡No lo sé! ¿sí?– Exclama aflojando su corbata. —Yo...ehm, recibí un mensaje.– Sacó el celular de su bolsillo, tecleó algo rápidamente y me lo pasó.

De: Número Desconocido.

Sweet Lips es una cafetería muy linda ¿verdad?
Lástima que tu zorra esté en ella en este mismo instante.

Tic, toc Castiel, sólo falta poco para que mis balas la perforen.

05:25.

Le devolví en celular con manos temblorosas y por más que intenté esconder mi nerviosismo, no pude.
¿Cómo iban a saber que estaba en Sweet Lips?

Los únicos conscientes de esa información eramos sólo Jessica, Andy, Jay y yo.

Me senté en el sofá y Castiel también.

—Esto está muy mal, ¿Qué pasará con Andy? Él no sabe nada de esto.
¿Crees que puedan hacerle algo?– Pregunto preocupada.

No lo creo, no te preocupes por eso.
Ahora eres mi amante Lauren, estás protegida.

—¿Hasta que punto Castiel?
Me es difícil creer que por ser tu amante no me harán nada.

Apoyó sus codos en sus rodillas y se inclinó ligeramente hacia adelante.

—Claro que sí te protege.–Dice mirándome fijamente. —Eres la amante de un narcotraficante Lauren y no de cualquiera.

Alzo una ceja.

—¿Y qué tienes tú que no tengan otros narcotraficantes que con sólo ser tu amante ya soy intocable?– Pregunté y él rió.

—¿Haz escuchado hablar sobre El hijo del Diablo?– Pregunta sin dejar de sonreír.

Sí, había escuchado de él en las noticias.
Se rumoraba que había vuelto a hacer de las suyas cuando encontraron el cuerpo de un hombre en la carretera.
Es un narcotraficante muy poderoso, el jefe de una gran banda.
Muchos bandos le temen, dicen que es como ver la reencarnación del diablo, es un hombre frívolo y despiadado.
Tortura a sus víctimas antes de matarlas y siempre con un disparo en la frente, justo en medio del entrecejo.

Sí, ¿Por qué?

Ríe.

—Porque acabas de aceptar ser su amante, querida Diabla. – Con una sonrisa orgullosa se levanta y desaparece por una puerta.

Mi boca está por tocar el suelo.
¿Castiel es El hijo del Diablo?

Ay Dios ¿Qué he hecho?

Corro hacia la puerta por la que se fue y lo sigo.
Está caminando por un pasillo, con un zapato en la mano me apresuro a caminar hasta llegar a su lado.

—¿Eres El hijo del Diablo?– Sonríe.

—Lo soy, ahora.– Deja de caminar y hago lo mismo.—Te sugiero que descanses, mañana en la noche te presentaré.

Frunzo el ceño.—¿Presentarme?

—Sí, ahora todos sabrán que eres mi amante.
La amante del Hijo del Diablo, exactamente como La Diabla.

Jesús.

                     ~•~

Capítulo corto.

Esto es como un consuelo hasta el lunes que actualice.

Por cierto, ¿Alguna sabe de alguien que haga Book trailers?

Voten si les gustó.

Comenten que les pareció.

Se despide su sexy autora.

Y...

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