Capítulo 19.

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Vestido de Lauren en multimedia.

Son las seis de la tarde y estoy pensando seriamente en no ir a la "presentación" que Castiel tiene preparada para mi.

¿La razón?

El maldito vestido que compró el "innombrable" para mi.
No deja nada a la imaginación, tan sólo es un pedazo de tela encima de mi cuerpo.
El escote es demasiado descubierto para mi gusto, se puede apreciar la mitad de mis pechos.
Tenía una abertura en la pierna izquierda que dejaba a plena vista mi muslo.

Hago una mueca al reflejo en el espejo, y para dar el toque final el vestido es de color rojo, casi llegando al vino.

—¿En qué me metí? –Dije mirando hacia el techo, estaba segura de que Dios no me respondería.

Y todo esto pasa cuando Jessica no está, el disparo en mi hombro, la aparición de Castiel en casa; todo eso ha pasado en su ausencia.

El cabello lo dejé suelto, con la única diferencia de que al frente está perfectamente peinado.
Delinee mis ojos de color negro, aplique corrector, base y polvo.
Por último apliqué un labial rosa en mis labios.

Mis tacones son negros de doce centímetros, tuve que caminar diez minutos para poder acostumbrarme a ellos.
Son de aguja y temo que en cualquier momento se vayan a romper y caer de culo al piso.

Bajo las escaleras y me siento en el sofá a esperar que Jay venga por mi.
Son las seis y media y Jay no viene hasta las siete y media.

Saco el celular de mi bolso rojo y busco el nombre del contacto.
Cuando lo encuentro sonrío inmediatamente.

De: Lauren.

Para: Andy.

¡Hola! ¿Cómo estás?

06:32.

Pasaron veinte minutos y no contestó, cuando escuché un bocinazo fuera de la casa mi celular vibró.

De: Andy.

Para: Lauren.

Estoy trabajando, no puedo hablar.

06:54.
Apreté mis labios en una fina línea y enojada abrí la puerta.
Su respuesta no me había gustado para nada, fue fría y cortante ¿Acaso está enojado conmigo?

Llegué al lado de Jay y me miró de arriba abajo.
Miró mis pechos sin ningún disimulo, lejos de sentir repugnancia sentí vergüenza.
Jay era un chico muy guapo, rondaba los veinticuatro años aproximadamente.

—Te ves preciosa, Lauren.–Dijo abriendo la puerta de atrás del auto.

—Gracias.–Mi voz salió tan baja que no sabía si me escuchó.

El auto se puso en movimiento, me concentré en todo lo que estaba fuera de la ventana.
Personas caminando, casas con luces encendidas, nada interesante.

Tardamos más o menos media hora en llegar al lugar en donde se haría la presentación.
Estaba a las afueras de la ciudad en lo que se podría decir "el campo".

Era una mansión gigantesca, habían muchos hombres en el patio con mujeres colgando de sus brazos, todas exageradamente bellas.
Jay me abrió la puerta y me guió por otro camino, rodeando la mansión y entrando por la puerta trasera.

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora