Capítulo 45.

182K 12.5K 1.6K
                                    

Maratón 1/4

¡Holaaaaaaaa!

Maténme si quieren.

He estado muuuuucho tiempo sin pasar por acá y...no tengo excusa.

O_o

I'm so sorry...

¡Estoy enamorada de "True Colors"!

Tienen que leer ese libro, al igual que "Ginger" y "Eterneco".
¡Carajo! Que libros...los jamo con todo mi enjamonado corazón.

Por cieeeeeerto. Jiji. ¡Ya casi entran las clases! (Shoro musho) y entonces no voy a tener tiempo de actualizar muy seguido. Aunque espero poder terminar la historia en unos tres o dos meses, lo máximo, y así seguir con mi otra historia "Cazadores de Demonios".

Eso es toooodooooo, i guess...

So...¡Me largoooo!

___•___

—¿Lauren?– Pregunta como si no pudiera creer que estoy ahí frente a su puerta.

Y bueno, por otro lado yo tampoco lo puedo creer. Mi mirada viaja al suelo y siento mis mejillas enrojecer. Ahora mismo me empiezo a arrepentir de esto.

—Hola Andy.– Medio susurré.

Se da cuenta de mi gran maleta, la cual está siendo sujetada por mi -casi estrangulada- mano derecha que ya empieza a arder. Frunce el ceño y me invita a pasar tomando mi maleta y llevándola adentro de su casa. Muy bonita por cierto, por dentro está muy bien decorada, claro, siempre con un toque varonil. Coloca la maleta junto al sofá más grande y luego me mira.

—¿Cómo estás? – Pregunta mientras con una seña me indica que me siente.

Él hace lo mismo, sólo que para mi suerte -que se note el sarcasmo, por favor- se sienta justo en el sofá que está frente a mi. Yo no podré mirarlo a los ojos, no sin antes morir de vergüenza. Aparecer en su casa de la nada con una maleta en mano y en breves segundos pedirle que me deje quedar en su casa unos días, porque al llegar a casa de mi mejor amiga resulta que estaba con su novio. Y no prácticamente, sino que, verdaderamente, me hechó de la que sigue siendo mí casa también, porque según ella, quiere pasar tiempo con él. Y conmigo allí sería muy difícil.

Patrañas.

—Estoy bien.– Mentí.

Claramente no lo estaba.

—¿Y tú? – Pregunté segundos después al sentirme tan maleducada por no preguntarle.

—Muy bien, gracias.– Sonrió, sabía lo que venía después. — Y...¿Sucede algo? ¡No lo malinterpretes! No quiero sonar grosero, es solo que, es raro que estés aquí.– Explica.

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora