Capítulo 34.

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Maratón 6/7

Quien comente primero le dedico el próximo capítulo.

Las amo...

PD: Voy a quedar lista como chancho pa' navidad.
___•___

Me remuevo y me quejo, insistentes besos húmedos en mi cuello y mejilla son los causantes de mi despertar, al abrir los ojos los tenues rayos de luz que entran por la ventana molestan mi visión y parpadeo para acostumbrarme. Con una mano alejo la cara de Castiel y lo miro enfadada.

-Aléjese de mi Castiel.- Lo riño y me levanto a regañadientes de la cama.

Tomo mi ropa bajo su atenta mirada y me adentro al baño. Duro casi media hora bañándome y vendando de nuevo mi brazo herido. Me pongo un vestido con escote corazón que llega por encima de mis rodillas de color azul oscuro y tacones negros de diez centímetros. Salgo del baño y pengo un respingo al encontrármelo de brazos cruzados recostado al umbral del baño. Me mordí la lengua para no insultarle hasta su madre.

-No puedes seguir enojada Lauren.-Dice.

Lo ignoro y hago mi camino hacia el tocador, saco la secadora de cabello y empiezo a hacer lo propio. Levanto partes de mi cabello y lo voy secando, después hago unas ondulaciones. Por el reflejo del espejo puedo ver como Castiel se va acercando a mi hasta quedar a mi lado, me mira a través de éste y ruedo los ojos. Con sus ojos sigue cada uno de mis movimientos, observa atentamente como delineo y pinto mis ojos, cuando llega la parte de mis labios puedo ver como el azul eléctrico de sus ojos se vuelve más oscuro.

-Hablame.- Pide o suplica.

-¿Para qué necesita que le hable Castiel? - Bufa y me mira molesto.

-¿Se puede saber por qué ahora me tratas de "usted"? ¿No puedes simplemente olvidar lo de anoche?, si estás así porque dije que me acostaría con otras mujeres pues no deberías. Y si te deja más tranquila no pude ni siquiera besar a una sola mujer, te recuerdo que la causante de esto eres tú. - Espeta.

Dejó bruscamente el labial sobre el tocador y me vuelvo hacia él.
Es absolutamente inaceptable su comportamiento, ahora se hace el que no ha sucedido nada y quiere que yo haga lo mismo. No tengo ningún problema con el amor, no soy de esas personas que dicen: "El amor es sólo una simple palabra que atrae muchos problemas y es innecesario en mi vida". Al contrario, soy una mujer romántica y que le abre las puertas de par en par al amor, pero lo haría de ser otras circunstancia no escenario. ¿Qué pasaría si esta enamoradiza mujer se enamora de un hombre como él? sería como el ratón y el gato enamorándose.

-No sé usted Castiel, pero yo si hablaba en serio anoche. No quiero implicarme en algo tan complicado como formar sentimientos en mi por usted.- Dije y frunció el ceño.

Se acercó a mi y cruzó sus brazos.

-¿Estás diciendo que sientes algo por mi?- Preguntó.

Me tomó por sorpresa, esa no fue esa la idea que quise dar a entender. No sabía que decir, realmente estaba en shock y por alguna razón desconocida me había puesto nerviosa, de esos nervios que sientes cuando eres descubierta por alguien, pero yo no había sido cachada con las manos en la mesa. Su mirada cambió a una fría y su rostro quedó en blanco, sin expresión alguna.

-Escúchame bien niña, sea lo que sientes por mi ve desechándolo. Sería un problema más a mi lista, yo jamás podría corresponderte.- Su voz ronca se escuchaba furiosa.

Tragué duro, algo en mi hizo un crack ruidoso que hizo eco en el interior de mi cuerpo, de alguna manera sus palabras me resultaron crueles y dolorosas.

-No es eso lo que quise dar a entender, no se preocupe porque vaya a sentir algo por usted, eso jamás va a pasar.- Dije como si sus palabras no hubieran atravesado mi interior.

Asiente aún con su seria expresión.

-Perfecto.

Entró al baño y segundos después se escuchó el agua correr.

(...)

Ya había llegado la tarde y con ella la llegada de mi padre, estaba ansiosa y feliz de volver a verlo. Hacía mucho tiempo que no lo veía y ahora más que nunca ansiaba poder abrazarlo y llenarlo de besos por toda su cara.

Castiel iría conmigo a recogerlo a la estación de trenes, desde que "discutimos" en la mañana no hemos vuelto a hablar. Tenía una pequeña ilusión de que al menos me mirara, pero sólo me evitaba. Aunque eso era lo que quería no podía evitar sentir un inmenso vacío en mi pecho, él es un hombre guapo y libre de hacer lo que quiera con quien quiera donde quiera. Y yo...yo sólo esperaba que no fuera así.

Me miré en el espejo. Tenía los bordes de los ojos hinchados y rojizos, había estado llorando un buen rato hace unas horas, y todo porque sus palabras causan dolor en mi.
Y no es sólo por eso, me he enamorado de un narcotraficante. No había tenido el valor de aceptarlo hasta ahora, hasta este momento tan doloroso para mi.

La vi.

Una mujer salía de una de las habitaciones de Castiel arreglando su ropa mientras él la seguía sin camisa. Él con su semblante serio y ella caminaba a trompicones mostrándose furiosa, de seguro esperaba ser algo más suyo. Y por un momento pensé en decirle que sí iba a cumplir mi deber como amante, que podría besarme y hacerme el amor.
Me insulté por pensar en mendigar amor para mi, en mendigar atención para mi.

Yo no era una cualquiera, no sería su juguete.

Pero dolía.

¿De esto se trata el amor?

De sufrir y amar a quien provoca tal dolor.

Si es así, prefiero odiar que amar.

Pero soy masoquista, y aunque me duela, de mi pecho mi amor no puedo sacar.

Castiel es y siempre será mi perdición.

~•~

Voten si les gustó.

Comenten que les pareció.

Es gracioso porque en los últimos párrafos parece un poema, y lo podría cambiar. Pero me gusta la musicalidad que emplean los versos, jaja.

Las amo...

Se despide su sexy autora.

Y...

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora