Capítulo 15.

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Dedicado a: DevNassar
Por comentar en los capítulos.
;)

___ . ___

—No.

Alza una ceja.

—¿Por qué? – Cuestiona.

Giro mi cabeza lentamente hacia él con obviedad.
Le dirijo una mirada fulminante.

—¿Por quién me tomas Castiel?– Medio grito en mi estado de furia.—Vienes a mi casa ¡no! Irrumpes en ella, tienes el descaro de verme mientras me desnudo y luego me dices que acepte ser tu amante.

Pasa una mano por su cabello y suspira.
Asiente lentamente.

—Entiendo que te disguste la idea, pero creeme, el que seas mi amante es algo benefactorio para ti Lauren.
Además, soy hombre no lo puedo evitar, deberías dejar de hacer eso. Tu tienes la culpa de desnudarte en medio de la sala.

Oh ¿Benefactorio?

Claro, porque como ser la amante de un narcotraficante es cosa de todos los días, entonces sí lo es.

—No lo creo.
Además ya te dije que no, así que no te molestes en preguntar de nuevo. –Sentencié a lo que lo oí bufar.— Además, es mi casa puedo hacer lo que se me plazca.

Rodó los ojos.

—Escucha Lauren.
Te digo esto porque realmente te conviene, no te pido sexo. El que seas mi amante te mantiene protegida, aunque no lo creas las amantes de los narcotraficantes son "sagradas" para los otros bandos.
Si finges serlo te mantendré protegida, más de lo que ya estás.
Es la única. —Hizo énfasis en la palabra.—manera de que estés a salvo.

«Es la única manera de que estés a salvo. »

No podía sólo ser la única manera.
Tenían que haber muchas más opciones, ¿Qué no podría hacer un narcotraficante?
Unas cuantas amenazas y estoy segura de que ya no me molestan más.
Dice que ser su amante es la solución, pero... ¿Qué no me quieren matar para llegar a él porque creen que lo soy?

—No respondas ahora, sólo piensalo y llámame cuando te decidas. – Acomodó su saco y se puso de pie.—Nos vemos.– Y salió.

Mi vida era un caos.

Yo era un caos, era un imán que atraía problemas por doquier.
Y es que todo pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo a pensar en que hacer.
Aunque pude haber evitado cenar con él, pero es algo que ya pasó y deshacerlo no puedo.
No hay muchas opciones, dice él, pero por ahora prefiero mantener a Jay a mi lado.

(...)

—Así que...¿Qué dices?
¿Me acompañas?– Preguntó Jessica sentándose en el sofá junto a mi.

Había llegado de casa de su tía hace unas pocas horas.
Me miró esperando una respuesta de mi parte mientras introducía un puñado de palomitas en su boca.
Apreté mis labios en una fina línea.

—No lo sé. – Dije después de una larga pausa.—Sabes que no me gustan ese tipo de lugares.

Juntó sus manos como si fuera a rezar y las puso bajo su mentón.

—Por favor, por favor. –Suplicó cual niña lo haría por un dulce.—Anda, será divertido Lau.

No tenía muchas ganas de salir de casa, pero supongo que acompañarla por un rato no sería tan malo.

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