Capítulo 10

229K 16.1K 1K
                                    

Salgo de casa y lo primero que veo, como todos estos días, es a Jay. Sí, ese hombre que me vigila día y noche tiene nombre.
Resoplo al ver como baja del auto y se acerca a grandes zancadas a mi.

—¿Necesita que la lleve?–Me pregunta llegando a mi lado.

—No, gracias. No hace falta.–Trato de ignorarlo pasando por su lado pero me retiene tomándome del brazo.

Aprieto mis dientes hasta escucharlos rechinar y formo una sonrisa forzada en mis labios. Todo este asunto de ser vigilada y controlada me está cansando, por un lado es aliviador saber que por lo menos en caso de peligro alguien estará cerca.
Pero a la vez es frustrante que tengas que rendirle cuentas de hacia dónde o con quien sales a alguien totalmente desconocido.

—Yo la llevaré, sabe muy bien que no es seguro. – Dice, mirándome con autoridad.

Enojada lo miro.

—Escucha, no quiero que me lleves, puedo irme en un autobús. Agradezco que estés aquí y que trates de velar por mi bien, pero no tengo porque siempre depender de ti. Así que por favor dejame ir que tengo que llegar a la universidad. – Asiente no muy convencido y me suelta del brazo.

—A Castiel no le gustará esto.– Dice.

—Le guste o no, me importa una mierda. Él no es nadie para tener que hacerle caso.–Espeto, mi voz sale más furiosa de lo que imaginé.

El chico se pasa una mano por el cabello y bufa con desesperación. Puedo ver que para él tampoco es nada agradable tener que hacer de niñera. Pero yo no pedí esto, y aún me sigo culpando haber sido tan ingenua y poco astuta la vez en que acepté cenar con Castiel.

—No tiene ni una idea del peligro en que se encuentra, los hombres que los atacaron aquella vez posiblemente la tengan en la mira. Pueden hacer cualquier cosa para llegar a Castiel, incluso, a través de usted y no de una buena manera.– Escuchar eso me dificultó tragar, tenía que admitir que en parte tenía razón.

«En todo, la verdad pensé.

Por segunda vez apreté los dientes y asentí a regañadientes, tal vez otro día me escaparía de esto.

—Está bien.– Sin siquiera esperar una respuesta, pasé por su lado y me dirigí al auto, ocupando el puesto de copiloto.

(...)

—¿Es necesario que te quedes aquí? – Pregunté saliendo del auto.

—Sabe que sí, ahora entre o se le hará tarde. – Fruncí los labios y caminé apurada hacia las puertas de la universidad.

Lo hice, pero no porque él me lo dijera, sino porque en realidad iba tarde.
Esperaba que hoy fuera un gran día, poder olvidar todo al menos por unas cuantas horas.
No ha habido nada extraño en estos días y pienso que Castiel exagera demasiado con eso de ponerme un "guardaespaldas".
Nadie ha venido por mi, o siquiera ha intentado hacerme daño, no creo que haya algo de que preocuparse.

El día en la universidad fue grandioso, aprendiendo más sobre la moda y diseñando prendas, platiqué con algunas amigas y almorcé con Mike. Uno que otro estudiante todavía hablaba sobre el "atentado" de aquella vez en el restaurante y cada vez que escucho de ello o cuantas personas resultaron heridas y muertas, mis entrañas se retuercen y me dan ganas de vaciar todo lo que hay en mi estómago.
Las imágenes me atacan una por una, el sujeto con la pistola, Castiel gritándome y matando a aquel hombre y me dan ganas de correr y no mirar atrás para no aceptar la realidad y es cuando caigo en ella.
Quiera o no, estoy metida en esto y si no han hecho nada es porque tienen planeado algo mejor. Estaba tranquila porque no habían hecho nada todavía, pero de seguro otros más me vieron con Castiel ese día. Piensan que tengo algún tipo de vínculo o relación con él, quieren llegar a Castiel de todas las maneras posibles y creen que llegando a mi Castiel les enfrentará.
Pero lo cierto es que, yo no significo nada para él y signifique algo o no aquellos sujetos malos vendrán por mi. Y lo peor de todo es que yo saldré perdiendo, porque no darán con Castiel y yo moriré.

«Señor librame de las aguas mansas, que de las turbias me libro yo.»

No me tengo que alarmar ante el desastre, sino ante la tranquilidad.

Y entonces maldigo una y otra vez que el destino haya unido nuestros caminos, porque de alguna u otra manera, estoy atada a él.
A él y al narcotráfico.

Porque si hay algo peor en esta vida, es que te vean con un Narcotraficante.

Y peor aún, si ese narcotraficante es Castiel Johnson.

                       ~•~

¡Hola!

Desaparecida por un milenio...
Lo siento he estado ocupada, en fin.

Capítulo corto, espero poder subir el otro en la tarde, justo ahora estoy muy ocupada. Espero que les guste.

Voten si les gustó.

Comenten que les pareció.

Se despide su sexy autora.

Y...

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora