Dedicado a: aniii-chan.
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Tapa su rostro con ambas manos, me siento inútil, no puedo hablar o tocarlo, no es que no quiera, pero todo lo que me ha contado es...traumante. Imaginar a un joven Castiel de diecisiete años presenciando la muerte de su familia, me parte el corazón en miles de pedazos, lo amo tanto que creo poder sentir su dolor, quiero llorar con él ahora mismo.
—Si decides irte no te detendré.– Dice, su voz se escuchó rara por las manos en su rostro, entonces reacciono, ¿Irme? he pasado muchas cosas a su lado y no lo he hecho, no por esto lo dejaré. Una vez me dije a mimisma que no lo dejaría caer y que me quedaría a su lado cuando me relatara su historia, y aquí me quedaré.
Me incorporo y a la fuerza quito sus manos para dejar su rostro libre, sus mejillas que siempre han sido pálidas ahora están rojas, paso una mano por ellas, acariciándolas. Es estúpido que piense que lo dejaré, si tantas veces le he dicho que lo amo es porque así es, y si alguien ama jamás abandona a quien tantas veces le ha profesado sus sentimientos.
Sus ojos conectan los míos, rabia y dolor mezclados, quiero poder calmar su alma, pero solo él tiene ese poder.
—Estoy aquí, y aquí me quedaré. Te lo prometo, Castiel, estaré junto a ti en todo e incluso en el dolor, ¿Sabes por qué? porque te amo. No te diré que lo siento, porque jamás me ha pasado algo así, pero sí te diré que me tienes y siempre me tendrás. Tal vez decir "siempre" sea muy pronto, pero es justo lo que ahora siento, siempre estaré aquí.– El que sus ojos me miren con amor y agradecimiento me hace sentir feliz, antes tenían un brillo de tormento y ahora ha disminuido un poco, y seguiré hasta que se vaya por completo.
—¿Es justo que alguien como yo te tenga? me siento afortunado de tenerte, Lauren. Has sido mi luz en la oscuridad que antes era mi mundo, agradezco a Dios que hayas sido tan terca para seguir a mi lado. No entiendo que he hecho para merecerte.
—¿Qué has hecho? ser tú, eres bueno aunque tu oficio diga lo contrario, apuesto a que eres lo que eres porque has buscado como vengar la muerte de tu familia, sin embargo eres una buena persona y ese ha sido el mérito por el que has obtenido recompenza. Y no soy yo tu recompenza, si eres feliz y estás pleno emocionalmente, lo tienes todo.
(...)
Diez horas después aún sigo aquí en el hospital, empiezo a reír de la nada, ¿Por qué? pues, en mi emoción por ver a Castiel, me olvidé por completo de mi padre y es ahora que ato cabos y me doy cuenta que de seguro al vernos tan melosos se fue de la habitación.
Verlo me hizo olvidar todo por completo.
La habitación está silenciosa y el aburrimiento me está matando. La comida que dan aquí es un asco, la sopa sabe a agua con sal. ¡Puag! asco total.
Mike, Jay, papá, Andy y Castiel han estado viniendo a verme, pero nada de mamá, mi Diablillo me dijo que ella vendría y estoy empezando a dudar de eso.
Hace mucho que no veo a mamá.
La puerta se abre y sobresaltada miro hacia allí, es una mujer, me desiluciono porque esperé que fuera mi madre, pues claro, ahora tiene a alguien de quien estar pendiente. Su esposo.
De inmediato la confusión se apodera de mi, ¿Quién es ella?
—¿Hola?– Medio saludo, digo "medio" porque sonó más a una pregunta que a un verdadero saludo.
Sus ojos verdes me miran sorprendidos, al parecer no se había dado cuenta de mi presencia.
—¡Oh cielos! – Exclama.—Me he equivocado de habitación, ¡Que tonta soy! lamento la molestia, linda.– Se disculpa.
¿Molestia? ¡Pero si hasta me parece divertido!
Sonrío mirando a la mujer, es muy delgada y tiene el cabello corto, muy corto, de color castaño; viste una bata celeste y en sus labios lleva una dulce sonrisa.
—No es ninguna molestia, señora. Quédese tranquila que de mi parte todo está bien.– Ríe negando con la cabeza.
—Parece que ya estoy caducando, mi memoria falla a cada nada.– Ríe poniendo una mano en su boca.—Bueno, dejo de molestarte ya y me voy.
¿Se va? pero si se me ha ido el aburrimiento con ella.
—¡Espere!– Las palabras salen sin permiso de mi boca.
La mujer detiene la mano que estaba por poner en el pomo de la puerta y se gira, me mira esperando alguna palabra de mi parte mas no digo nada, alza ambas cejas con diversión.
—¿Qué? ¿Mi belleza te ha dejado muda?– Pregunta, frunzo mi ceño, ¡Que modestia! la mujer se carcajea con ganas hasta agarrarse el estómago, una fuerte tos la ataca y empiezo a preocuparme.—¡Agh! maldita enfermedad, ya ni reírme me deja, y dime, pequeña ¿Qué haces acá?.
Se acerca a mi camilla y se sienta en la silla que hay a un lado de una pequeña mesita, la sonrisa -a pesar de su tormentosa tos- no se va de su rostro, es como si estuviera tatuada en sus labios.
Me cuestiono si decirle que quisieron matarme o mentirle, obviamente elijo la segunda, huiría si le dijera que unos mafiosos quisieron matarme.
—Tuve un accidente de auto, me golpié la cabeza y quedé en coma por un mes.– Digo, no mintiendo del todo. La mujer hace un sonido de sopresa.
—Dios mío, eso es fatal, sinceramente me alegro de que estés bien. Dime, pequeña ¿Cuando alguien está en coma puede escuchar?
Asiento enérgicamente.
—¡Claro! escuchaba la voz de mi novio, de mi padre y amigos, aunque todo era siempre oscuro, fue horrible.– Me mira pícara.
—Novio, eh.
Río, sintiéndo como mis mejillas se calientan, la mujer se vuelve a carcajear, me pregunto ¿Cuál será su enfermedad? físicamente se ve demacrada, pero su espíritu es feliz.
—Uhm, estás sonrojada, eso quiere decir que estás loquita por él. Es buen chico, si se quedó contigo en tu estado de coma es porque realmente te ama ¿Me equivoco?– Agrega.
—Claro que no, señora. Está en todo lo cierto.
—Dime Emi, me haces sentir vieja ¡Tengo cuarenta y ocho! aún sigo en plena juventud.– Sonríe.
Me encanta su forma de ser, aún en su estado sigue siendo coqueta, con su delineado que resalta sus ojos verdes y con su cabello bien peinado, siempre alegre. Emi, como dijo que se llama, lleva tres meses internada aquí en el hospital. Tiene un hijo del cual me habló maravillas, lo ama demasiado y, al parecer, él a ella, su esposo la visita todo los días sin falta. Y si no lo hace es por su trabajo puesto que tiene que pagar sus medicamentos, su hijo también hace lo mismo. Me hace reír toda la noche, le platico sobre Castiel y sobre mi madre que, por cierto, jamás llegó.
—No te pongas así, pequeña. De seguro ha tenido un problema y no ha podido venir, ya verás que llegará y te llenará de besos.– Me anima y decido creerle, le sonrío.
—Eres genial, Emi.– Digo y de un manotazo aparta un mechón de su cabello, como una diva.
—Desde que nací, linda.– Reímos las dos, de pronto hace una mueca y se toca el estómago.
—¿Estás bien, Emi?– Pongo una mano en su hombro, preocupada.
Sonríe para tranquilizarme, ella siempre tan positiva ante todo, sin duda una mujer admirable en todos los sentidos.
—¡Mejor que nunca! hace rato me escapé a la cafetería y comí muchos dulces, mi estómago debe estar resentido.– De inmediato me relajo.
—Pues entonces deberías pedir un té.
Asiente.
—Es lo que haré, entonces debo irme ya, me gustó mucho estar aquí contigo, Lauren. Si no te molesta espero poder venir cada tarde, aquí adentro es aburrido no hablar con nadie, parecen robots.– Dice, con un poco de fastidio.
—Claro que sí, Emi. Aquí te esperaré cada tarde.
Y con una bella sonrisa, Emi sale de la habitación.
¿Por qué cada día? debo quedarme aquí tres semanas más, según los doctores, para asegurarse que todo esté de maravilla. Si no aguanto unas horas ¿Cómo podré tres semanas? afortunadamente tengo a Emi.
El reloj marca las diez y media de la noche. Resoplo, empiezo a extrañar a Emi, río, esa mujer sabe como hacer sonreír a alguien, empiezo a tomarle cariño desde ya. Castiel vendrá mañana, dijo que debía arreglar unos asuntos junto con Jay, y pues, nadie se queda conmigo.
Mi padre tuvo que irse puesto que supuso que mi madre vendría hoy, eso de verse debe ser incómodo, pero fue en vano, Jackeline Dawnson nunca llegó.
(...)
—La bestia durmiente aún no despierta.– Escucho a alguien decir.
¿Bestia durmiente? pero si solo hay una persona en el mundo que siempre me ha llamdo así, abro los ojos y me incorporo rápidamente. Emi tenía razón.
—¡Mamá!
—¡Bestia!
~•~
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Comenten que les pareció.
Espero que les haya gustado, espero mañana poder darles un buen capítulo, lo siento. Acabo de terminar de estudiar y estoy muerta.
Se despide su sexy autora.
Y...