Madre Zhou y Wang Quan debatieron durante mucho tiempo antes de elegir la pasta de judías como primer producto.
Era el más adecuado, ya que las demás salsas y encurtidos tenían algunos problemas relacionados con su menor caducidad. Esto era demasiado complicado para ellos, que son nuevos en la industria alimentaria. La pasta de judías, un alimento no básico que no tenía requisitos muy exigentes en cuanto al entorno de almacenamiento, se había convertido en la mejor opción.
Además, la pasta de judías artesanal de Madre Zhou seguía escaseando en su local.
Para gestionar la construcción de la zona de la fábrica, Madre Zhou había cedido la mayor parte de la gestión de la tienda a Padre Zhou. Padre Zhou había estado ayudando en la tienda y llevaba mucho tiempo estudiando con su mujer; en esencia, podía cocinar todo lo que había en el menú. Además, la mayor característica de la comida de Madre Zhou era su salsa especial, como la cucharada de pasta de judías al guisar la falda de ternera, que era la esencia de todo el plato.
Así que el funcionamiento diario de la tienda no se vio muy afectado. Salvo algunas cosas que eran demasiado complicadas para que la Madre Zhou las preparara ella sola, el Padre Zhou ya era plenamente competente para el resto.
Sólo que el padre Zhou no podía comprender por qué la madre Zhou se desprendía de repente de todo lo de la tienda y jugueteaba con abrir una fábrica. La pareja solía ser trabajadora de una empresa estatal; vivían del sueldo de la familia oficial. Ahora viajaban miles de kilómetros desde Ciudad Liyun y se instalaban en Ciudad Yan con su hijo. Poseían esta pequeña tienda que generaba unos ingresos diarios tan cuantiosos, que el padre Zhou estaba realmente perplejo con sus acciones. ¿De qué no estaba satisfecha su esposa?
Por esta razón, ambos habían discutido durante muchos días, pero al final ninguno de los dos pudo convencer al otro. Madre Zhou ya no era la mujer débil que obedecía todas las órdenes de su marido. Al principio, el funcionamiento de la tienda dependía casi exclusivamente de sus habilidades culinarias. Como su contribución a la economía familiar era cada vez mayor, su espalda también se había ido enderezando. También se le ampliaron los horizontes durante el tiempo que estuvo en el mercado con Wang Quan. Cada vez se daba más cuenta de lo pequeño que era el local que solía satisfacerla. A una mujer productiva no debería importarle el enfado de su marido. Por no hablar de que todo lo que hacía era para que Zhou Haitang disfrutara de un futuro mejor como el hijo de Wang Quan. ¡No tenía nada que temer!
Carros de soja fueron arrastrados desde Linchao hasta la ciudad Yan y vertidos en el almacén.
Lin Jingzhe se acuclilló en el suelo. Recogió granos de soja con la palma de la mano y los dejó caer como grava entre sus dedos.
Las gordas habas de soja eran de color brillante, y cada grano estaba completo sin ninguna deformidad significativa. Cuando chocaron entre sí, emitieron un crujiente sonido como de perlas cayendo al suelo antes de converger en un lago dorado.
La madre Zhou alabó: "¡Estos granos de soja son realmente buenos! Son muy adecuadas para hacer pastas. Es realmente diferente en el norte; la ciudad de Liyun no sería capaz de producir judías tan buenas".
La fuente de la mercancía la encontró Wang Quan, que también tenía conocidos en la zona de producción. No pudo evitar una sonrisa amarga al escuchar sus palabras: "El suelo cerca de Linchao es muy bueno. Todas las familias de allí han cultivado soja durante generaciones, acumulando y formulando su experiencia en el cultivo. ¿De qué sirve saber cultivar bien la soja? Seguían siendo pobres, algunos agricultores ni siquiera podían permitirse comer en casa".
Linchao estaba al lado de Ciudad Yan, pero su sentido de la existencia no era alto, y Lin Jingzhe no le prestó especial atención en su vida anterior. Al escuchar las palabras de Wang Quan, no pudo evitar sentirse un poco sorprendido.
Aún recordaba haber asistido en 2010 a una conferencia cuyo tema era 'Afrontar la globalización económica'. Un pez gordo, que había hecho una fortuna basándose en la cobertura de los beneficios de la soja mediante contratos de futuros, planteó la cuestión del creciente porcentaje de las exportaciones mundiales anuales de soja de su país. En aquel momento, el famoso nombre de Linchao ya era conocido en todo el mundo, pues las competiciones para asegurarse un contrato de futuros con ellos eran encarnizadas. Era inesperado que esta industria hubiera experimentado tales dolores a principios de los noventa.
Pensando en esto, Lin Jingzhe no pudo evitar recordar los futuros incidentes relacionados con las legumbres en los años siguientes.
Cuando volvió en sí, Wang Quan seguía describiendo a Madre Zhou las penurias de los campesinos de Linchao. Los ojos de ésta estaban húmedos mientras escuchaba y no pudo evitar suspirar.
Lin Jingzhe volvió a tirar las judías al montón y se quitó los restos que le quedaban en las manos.
"Gestionemos bien esta fábrica y esforcémonos por aumentar el volumen de envíos. En el futuro, cuando aumente la demanda de soja, podremos invertir directamente en la plantación de soja en Linchao". Mientras decía esto, Lin Jingzhe no pudo evitar pensar en los beneficios del cultivo de legumbres. Poder perfeccionar una línea completa de productos, desde la siembra hasta la producción de salsas y la venta, era sin duda la operación más beneficiosa y óptima.
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La fábrica de alimentos Haitang comenzó a contratar trabajadores. La contratación fue bastante sencilla, y aún hay muchas personas cualificadas entre las que elegir.
Era otoño. A finales de 1991, las fábricas de las grandes empresas estatales empezaron a decaer. Algunas fábricas marginales empezaron incluso a dejar de pagar los salarios. Debido al amplio desarrollo del norte de la ciudad, cada vez más gente de los pueblos de los alrededores acudía a Ciudad Yan en busca de trabajo. La originalmente vacía y espaciosa ciudad pareció cobrar vida de repente. Los edificios residenciales empezaron a venderse bien, y el tráfico en las carreteras se hizo cada vez más aglomerado. Había varias carreteras que atravesaban la ciudad, y ya habían empezado a aparecer atascos en las horas punta.
La metrópolis internacionalizada de la generación posterior ya había empezado a tomar forma. Lin Jingzhe tuvo el honor de participar esta vez en su construcción. El edificio en forma de U que rodeaba la Parcela Triangular había sido demolido, y el equipo de construcción de Flux Realty entró en el recinto. Los diseñadores y arquitectos sostenían sus planos y, tras la ceremonia, se cavaron las primeras paladas de tierra para hacer los cimientos.
Mao Dongqing estaba muy ocupado. Llevaba un casco de seguridad y organizaba todo el trabajo en la obra. Ya había tenido la experiencia de construir un centro comercial cuando estaba en la Región Administrativa Especial. Aunque no era completamente igual que el actual edificio de uso mixto, los detalles del interior tenían mucho en común. Por ejemplo, qué tipo de diseño podía dar unas instalaciones más eficaces y cómodas o cómo el grado de campo abierto era el más cómodo para los clientes visitantes. De ahí que él y su equipo dieran a los diseñadores de Flux Realty muchos y muy buenos consejos.
El resultado final no sólo combinaba los conocimientos de Mao Dongqing sobre las preferencias de los consumidores nacionales, sino que también incorporaba el diseño de moda que los diseñadores de Flux Realty habían experimentado personalmente en los países desarrollados de ultramar. Los resultados no fueron peores que los de los muchos edificios comerciales de lujo que Lin Jingzhe había visitado en su vida anterior. Una vez que este edificio único se levantara del suelo, se preguntó qué tipo de tendencia desataría al estar situado en el distrito central de negocios.
Hacía cada vez más frío, por lo que no era demasiado caluroso llevar casco. En la casa de hierro provisional de la obra, Lin Jingzhe escuchaba la sugerencia de Mao Dongqing sobre si era necesario revisar temporalmente un pequeño detalle del plano.
Dándose cuenta de que era una buena sugerencia, Lin Jingzhe asintió y elogió: "Bien. Una vez que confirmes que no hay ningún problema con la seguridad, puedes proceder".
La habilidad de Mao Dongqing merecía con creces el título de 'genio inconcebible' que le habían dado sus socios en su vida anterior. Sus sugerencias eran muy prácticas, pero, en la sociedad actual, sonaban un tanto desenfrenadas.
Mientras guardaba los planos, Mao Dongqing se llenó una vez más de gratitud infinita por la confianza de Lin Jingzhe. Sus caprichosas ideas siempre eran ridiculizadas por los demás, pero cada vez que hablaba con Lin Jingzhe, enseguida encajaban como dos piezas de un puzzle. Al principio, Mao Dongqing sólo acudía a Lin Jingzhe para obtener algunos ingresos, pero ahora había abandonado la idea de empezar de cero desde el día en que fue ascendido a supervisor. Para un creador como él, no había nada más raro que un confidente capaz de confiar en él y servirse de él.
Lin Jingzhe hojeó los planos bajo los ojos brillantes de Mao Dongqing: el edificio de usos mixtos iba a tener 30 plantas, dos subterráneas y 28 sobre rasante. Era una altura media entre los varios edificios de oficinas de los alrededores que también habían empezado a construirse. Sin embargo, el diseño global era único: las plantas primera a quinta iban a utilizarse como centro comercial.
Con una ubicación tan buena en la 2ª calle central, no había que preocuparse por atraer inversiones. Como estaba preparado para que la industria física se viera afectada por el comercio electrónico, Lin Jingzhe evitó deliberadamente este peligro en su fase inicial durante la planificación. Desde el principio quiso que la parte de construcción comercial se concentrara en las marcas de lujo de gama alta. Por ello, concedió gran importancia al diseño inicial del interior, y no permite que se pase por alto por negligencia.
Mao Dongqing le estaba explicando en voz baja cuando llamaron a la puerta de la casa de hierro. Uno de sus ayudantes recién contratados abrió la puerta tras obtener permiso. Al ver que Lin Jingzhe estaba allí, no se atrevió a hablar y sólo miró a Mao Dongqing con sus ojos preocupados.
Mao Dongqing probablemente entendió algo, y suspiró al ver esto: "Está bien, sólo habla".
"Señor Lin, Señor Mao". El pequeño ayudante suspiró y miró por la ventana: "Ese señor Shi ha vuelto a traer un grupo".
"¿Señor Shi?" Lin Jingzhe miró por la ventana y vio que unos cuantos forasteros se acercaban a la obra. El líder era un joven alto con un pulcro traje negro. Su aspecto reservado y orgulloso era incompatible con el entorno.
Preguntó a Mao Dongqing: "¿Quién es éste? ¿Un alborotador?"
Mao Dongqing negó con la cabeza: "No, sólo son unos viejos conocidos".
¿Un grupo de cinco personas, con el que iba a la cabeza llamado Señor Shi...?
Lin Jingzhe de repente tuvo un destello de inspiración: "¿Eran del equipo inicial que trajiste a Ciudad Yan desde la Región Administrativa Especial?"
Mao Dongqing sonrió irónicamente: "Sí, son los que se fueron a la Inmobiliaria Qiqing y tuvieron una discusión con el resto del equipo".
Lin Jingzhe todavía recordaba este incidente. Aunque el asunto ya había terminado, estaba furioso por la connivencia entre Qiqing Real Estate y Qi Kai en la caza furtiva de sus reclutas.
Preguntó: "¿Por qué han vuelto? ¿Están tratando de persuadirte para que abandones el barco?"
"No. Más bien quieren subirse a nuestro barco". Mao Dongqing dijo: "¡No pueden esperar a dejar Qiqing Real Estate!"
Últimamente estaban pasando muchas cosas, y Lin Jingzhe estaba bastante ocupado. Desde que el último contraataque vio resultados, casi nunca prestó atención a la situación actual de la Inmobiliaria Qiqing. Al oír esto, no pudo evitar preguntarse: "¿Qué le pasa a la Inmobiliaria Qiqing? ¿No era su oferta salarial muy competitiva?"
"Humph". Mao Dongqing sacudió la cabeza. Aunque no se regodeaba, tampoco sentía simpatía por las amargas consecuencias para sus buenos hermanos que se separaron de él antes: "Esas eran noticias viejas. A finales de mes, Qiqing empezó de repente a reducir su plantilla, y aproximadamente una docena de personas fueron despedidas. A los restantes se les ajustó el sueldo. Shi Yuan fue ascendido a jefe de departamento, pero su sueldo bajó de 1200 a 800 al mes. Los demás, cuyos sueldos rondaban los 700-800, también bajaron a un nivel normal. Hace tiempo que les dije que un sueldo tan alto no era normal, pero no me hicieron caso. Ahora que han sufrido una pérdida, querían disculparse conmigo, intentando decirme que todo había sido un malentendido... Suspiro".
Sólo dijo una parte, los detalles internos eran aún más insoportables. Shi Yuan no acudió a él sólo para disculparse. Después de ser ascendido a director, el salario de Mao Dongqing subió directamente a 3.000 al mes. Una vez completado el Proyecto de la Parcela Triangular, obtendría una bonificación de seis cifras. No estaba seguro de dónde se había enterado Shi Yuan de esta noticia, pero parecía haber perdido la cabeza por envidia. Cada vez que Shi Yuan lo encontraba en los últimos días, intentaba por todos los medios hacerse amigo de Mao Dongqing. Quería que Mao Dongqing utilizara su relación para que entraran en la Inmobiliaria New Beginnings. Después de todo, eran hermanos que habían trabajado juntos durante tantos años. Deberían seguir teniendo afecto incluso después de su ruptura. Mao Dongqing realmente no quería ver a Shi Yuan arrastrándose sin un fondo, por lo que sólo podía hacer su mejor esfuerzo para evitarlo.
Una vez que Shi Yuan se dio cuenta de esto, Mao Dongqing se enteró de que a menudo le regañaba a sus espaldas. Le había llamado frío de corazón e insensible; diciendo que habían sido hermanos durante tantos años, y que todos eran hermanos leales que incluso siguieron a Mao Dongqingpara dimitir directamente de la Región Administrativa Especial por moralidad. Sin embargo, el corazón de Mao Dongqing era duro como el hierro y no se preocupaba en absoluto por los viejos afectos.
Mao Dongqing suspiró. De repente, sorprendió a Lin Jingzhe mirándole con ojos penetrantes y no pudo evitar sobresaltarse.
Temió que Lin Jingzhe lo malinterpretara, así que se apresuró a explicarle: "¡Señor Lin, no se preocupe! Tanto si les perdono como si no, no se confundirá con los intereses de la empresa. Para ser honestos, Shi Yuan y los demás definitivamente tenían las habilidades, después de todo, todos ellos provienen de universidades famosas. Shi Yuan incluso se graduó con matrícula de honor. Pero está demasiado orientado a los beneficios y no tendría ningún problema en saltar despiadadamente de un barco a otro. El riesgo de utilizarle es demasiado grande, no es adecuado para nuestra empresa".
Lin Jingzhe rió de forma imprevisible y le dio una palmada en el hombro: "No hace falta que me lo expliques, creo en ti, no me defraudarás".
Shi Yuan permaneció fuera durante una hora y media. Estaba sudando por el sol de principios de otoño, pero todavía no se le permitía ver a Mao Dongqing.
Mirando la sencilla cabaña que tenía delante, Shi Yuan deseó poder irrumpir en ella. Pero Mao Dongqing ya no era un buen hermano con el que se pudiera tener amistad, ni un empleado corriente con el que los forasteros pudieran encontrarse casualmente. Shi Yuan miró a los guardias de seguridad que parecían caminar despreocupadamente alrededor de su grupo, pero en realidad ya estaban en guardia. Dudó durante mucho tiempo, pero no se atrevió a actuar impulsivamente.
"¿Qué hacemos?" Un compañero detrás de él le preguntó ansioso: "¿Vamos a volver así sin más?"
Otro añadió enfadado: "¿Por qué está siendo tan difícil? Hemos compartido todos los momentos buenos y difíciles, ¿pero se niega a compartir sus riquezas y honores?"
Dicho esto, el orador añadió con un suspiro: "Oh, cuando discutimos, Hermano Shi, realmente te pasaste. Aunque el Hermano Mao es... ¿Cómo puedes decir simplemente que era un discapacitado? Para ser honesto, se me heló el corazón cuando lo oí, y no puedo culparle por estar tan enfadado ahora".
Otra persona preguntó: "Hermano Shi, ¿Qué hacemos ahora? ¿No se te ocurre nada?"
"¡¿Qué se me ocurre?!" El rostro de Shi Yuan estaba muy sombrío, sentía como si cada frase pareciera acusarle: "Volvamos primero".
Sus compañeros, que se unieron a él para enfrentarse a Mao Dongqing al principio, no estaban dispuestos a marcharse: "¿Irnos así sin más? ¿Será que realmente nos quedamos en Qiqing? Tú estás bien, puedes conseguir 800 yuanes al mes, pero ¿Qué hacemos nosotros? ¡Xiao Liu y yo tenemos los salarios más bajos! La Sra. Jiang lo había ajustado directamente a 300 yuanes, ¡eso es lo que ganan los obreros de las fábricas!"
"¡Así es! ¡He oído que el Hermano Mao gana miles de dólares al mes en la Inmobiliaria New Beginnings! ¡Y eso sin incluir sus bonos! Sun Yiqing esa chica también está recibiendo quince mil dólares al mes. Míralos, y luego míranos a nosotros, ¿por qué nos pagan como a trabajadores no cualificados?"
"Si no hubiera sido por..." El interlocutor tosió y se quejó hoscamente: "Nosotros también habríamos ido a New Beginnings con el hermano Mao, seguro que habría sido mucho más estable de lo que es ahora..."
"¡Entonces vete!"
Originalmente, Shi Yuan simplemente se marchó, ignorando la charla. Sin embargo, cuando escuchó esta frase, como si le hubieran tocado un nervio, su ira se derramó como un tsunami: "¡Entonces vete! ¡Vete a New Beginnings! Si quieres irte, ¡vete! ¡Busca a tu hermano Mao! A ver si Mao Dongqing los recibe".
Todo el mundo se asustó por su repentina ira y se quedó en silencio durante unos segundos, y luego retrocedió sin convencerse...
"¿De qué sirve que te enfades con nosotros? Si no fuera por ti..."
Si no fuera por ti...
Si no fuera por ti...
Bla, bla, bla. Casi todas las frases empezaban con 'Si no fuera por ti'.
El corazón de Shi Yuan temblaba violentamente entre sus quejas, y su fuerte remordimiento le torturaba hasta amargarle la garganta. Los amigos que le rodeaban y que habían sido alegres y respetuosos con él cuando los llevaron juntos a la Inmobiliaria Qiqing se convirtieron en cobradores de deudas. Giró la cabeza y miró desde la puerta abierta de la obra. Un gran número de excavadoras trabajaban intensamente, la obra estaba llena de polvo.
Fuera de los muros, las cuatro palabras 'New Beginnings Real Estate' estaban claramente escritas en el gigantesco tablón de anuncios que había encima.
Debajo del nombre había un único eslogan.
'Donde empiezan los sueños'.