Epiphany. [Traducción]

◦Capítulo 23◦

Resultó que los obstáculos de su corazón, los problemas que estaba seguro que recordaría hasta el día de su muerte, podían ser realmente olvidados, tan silenciosamente que ni siquiera había notado su desaparición.

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En pocos años, con la subida del mercado de valores, las empresas de valores aparecerían como hongos, pero en la actualidad, sólo había un puñado en toda la ciudad.

Tian Dahua tenía un pequeño auto, limpiado y encerado tan a fondo que la pintura brillaba al sol. Trajo a Lin Jingzhe a Good Fortune Securities, la compañía de valores número uno en Shen City en ese momento.

El corredor de bolsa le llevó al edificio de al lado de la compañía. También estaba lleno de gente, pero esta gente se veía muy diferente a los pequeños inversores de la sala de comercio. La gente de aquí llevaba trajes de negocios y zapatos de cuero, tenía expresiones tranquilas, y caminaba con pasos serenos y firmes. La mayoría de ellos parecían hombres de negocios experimentados que habían navegado por las aguas del mercado durante mucho tiempo.

Subieron al sexto piso, pasando por muchas puertas numeradas "618", "628" y otras combinaciones igualmente auspiciosas.

Después de doblar una esquina, sólo quedaba una puerta, al final del pasillo.

Tian Dahua miró al rojo brillante "6868", asintió con satisfacción y abrió la puerta para Lin Jingzhe: "Está aquí".

Era una sala de comercio bastante espaciosa con un televisor en cada extremo, sin luz por ahora. Ya había mucha gente sentada dentro. Lin Jingzhe miró discretamente a su alrededor, notando que varias personas que parecían grandes jefes se acomodaban cómodamente en los sofás de cuero, haciendo llamadas telefónicas con celulares gigantes.

Siguió a Tian Dahua al interior, aceptando con calma las miradas inquisitivas de la gente que pasaba, sin mirar atrás.

Su asiento estaba cerca del centro, muy cerca de la televisión. Era un buen lugar, así que la sonrisa de Tian Dahua tenía un toque de orgullo: "¿Está satisfecho con este asiento, Sr. Lin? Si no, pediré un cambio".

Como no tenía necesidad de ver las tendencias del mercado de valores en los últimos meses, Lin Jingzhe sacudió la cabeza: "No, esto está bien".

Se dio la vuelta y se sentó con gracia en el sillón, sus ojos le hicieron señas a Gao Sheng para que se sentara en el gran sofá y descansara.

Pero sus amigos no obedecieron. Estaban llenos de vigilancia contra este extraño y desconocido mundo con el que entraron en contacto por primera vez hoy, así que todos se pusieron detrás de Lin Jingzhe, decididos a protegerlo de cualquier posible amenaza.

Al ver esto, Tian Dahua se quedó asombrado. Pensó que estos guardaespaldas eran realmente profesionales.

Frente a ellos, en otro pequeño espacio bloqueado por dos densas plantas en maceta, Hu Shaofeng se recostó en un sofá, con las piernas cruzadas mientras sorbía una coca. Abruptamente, se sentó.

Le dio un codazo a Xiao Chi, que se sentó en otro sofá con los ojos tranquilos, sosteniendo con el dedo del pie un cordón de cuentas de oración budistas. Al no ver ninguna reacción, Hu Shaofeng continuó dándole un codazo.

Xiao Chi frunció el ceño y le miró: "¿Qué?"

"Sólo mira a ese tipo". Hu Shaofeng ignoró la desaprobación en la voz de su amigo, haciendo un gesto con su barbilla hacia cierta dirección: "Ese de ahí, vestido de blanco. Joder, estoy impresionado. ¡Nunca pensé que vería a alguien más pretencioso que tú!"