—¿Qué hay de malo en dormir?, es algo natural, no soy un vampiro, señorita Dallas.– Su cara de indignación, claramente, aumentó mi diversión. Tenía la ceja derecha elevada y el mismo ojo más abierto que el otro.

Alcé ambas manos llenas de jabón para plato, algunas gotas cayeron en donde él –segundos antes– había limpiado.

—No hay absolutamente nada de malo en eso, señor Johnson, de hecho es mi deporte favorito.

—No es un...

—¡Eh!– Exclamé, haciendo espavientos con la mano y mojando a Castiel, quien se limpió con el antebrazo.—No estamos hablando de deporte, ¿sí?. Castiel, es muy temprano para dormir, realmente esperaba hacer algo más contigo esta noche.– Admití, con una pizca de decepción en mi voz.

—¿Quieres que hagamos el amor, de nuevo?– Preguntó.

No golpeé mi frente porque no quería jabón en ella, mas no pude evitar rodar los ojos.

—¡¿Podrías dejar de pensar con tu pene?!– Grité.—Estaba hablando de ver una película u otra cosa divertida.

Iba a hablar pero lo interrumpí.—¡Ni se te ocurra proponerme jugar ajedrez!– Entonces cerró por completo la boca. ¿En serio iba a hacerlo?.—Esto es inaudito.

—Lo siento, en serio lo siento.— Se disculpó, limpiando más cerca de mi. No respondí, tan solo me limité a seguir enjuagando.—Solo quiero acostarme...poder pensar un rato, ¿Es tan difícil entender eso, Lauren?, demonios, estoy en la que una vez fui mi casa. ¿Podrías solo acompañarme arriba y quedarte a mi lado?.

Quería, realmente quería poder compartir más con él. Todavía me era extraño tener una relación con Castiel, hace casi dos meses que estamos juntos, pareciera como si hubiera sido ayer una de las miles de veces en las que me rechazó e insultó. Los dos anhelábamos cosas diferentes esta noche, y yo no iba a desistir. Si él quería dormir, perfecto, que durmiera.

—Ve tú si lo que quieres es dormir.– Dije.

Sentí cuando dejó de hacer movimientos en la cerámica de la encimera, hubo silencio.

—¿Estás hablando en serio?– Murmuró.

Me encogí de hombros.—No estoy ríendo así que, lo encuentro muy en serio.

—¿Acaso no escuchaste?– Cuestionó.—Solo te necesito a mi lado esta noche.

—Yo también te necesito a mi lado, Castiel.– Reclamé, limpiando mis manos en mi pantalón.—Somos una pareja, maldición. ¿Es difícil para ti ver conmigo una película y compartir esta noche?.

Tensión. Había mucha tensión entre los dos, incluso él había tomado una posición defensiva, entendía que volver aquí despertaba un montón de emociones y abría infinidades de cajas de recuerdos, pero, por una sola vez quería que esto no tratara de su pasado, ¡Quería que tratara de nosotros!. Tendría mi apoyo por todo el tiempo que duráramos juntos, era una promesa, pero nuestra relación no podía basarse en sesiones psicológicas con él. De vez en cuando deberíamos alejar nuestros traumas y ocuparnos de nosotros como pareja. Y él parecía no entender.

—¿Compartir? ¿Llamas compartir a ver una maldita película de amor mientras nos besamos y exclamamos cursilerías?– Medio gritó.—¡Te dije que jamás sería así! tú sabías a lo que te sometías cuando decidiste quedarte, ¡Comparto contigo, Lauren! ¡No quieras tacharme del malo de la película!.

—¿En serio, Castiel?– Reí, sin gracia.—¿De verdad piensas que es estúpido hacer eso? ¡Tú también sabías como era yo! ¡Solo quiero una relación normal, Dios mío! ¡Mezclas tus problemas con lo que tenemos y eso me asfixia! 

NarcotraficanteWhere stories live. Discover now