—¡¿Tu padre?!– Medio grita.

Río.

—Sí, llegó hace poco.

—¡Vaya! No sabes cuanto me alegro, hace mucho que ustedes no estaban en contacto. Espero que todo se haya arreglado.– Dice lentamente.

Jessica más que nadie sabía lo mucho que me afectaba hablar de ello, pero ahora no. Y estaba feliz, ya no había dolor ni rencor hacia su abandono, ahora sólo era un vago recuerdo guardado en lo más profundo de mi memoria. Se sentía bien.

Asiento. —Está todo bien. Ya no hay rencores.

Un mesero se acerca a pedir nuestras órdenes y luego se va a dejar nuestros pedidos, Jess me felicita por el hecho de estar bien con mi padre y hablamos de cosas triviales sin sentido alguno, uno que otro chiste o burlándonos de el extraño caminar de un hombre. De vez en cuando mientras engullíamos nuestros pedidos, el celular de Jess emitía molestos pitidos y cada vez que revisaba los mensajes una sonrisa tonta se aparecía en sus labios.

—¿Cómo se llama?

Me mira sin entender.

—¿Quién?

La miro con una cara de "¿En serio preguntas quién?"

—El chico con el que estás hablando y con el cual llevas saliendo hace unos meses, Jess.– Se sonroja y sé que he dado justo en el clavo.

Ríe con nerviosismo y deja el celular sobre la mesa mientras pasa una de sus pálidas manos por su cabello.

—Se llama Christopher. Es un encanto de hombre, aún no somos nada formal.– Su expresión decayó ante la confesión. —Pero estoy segura de que pronto lo seremos, es sólo que...aún no está preparado. Cuando lo conozcas lo vas a amar.

Frunzo el ceño.

—¿Y cuándo me lo presentarás?

Suspira.

—Aún no es...el momento.

Asiento, sólo espero que mi amiga sepa muy bien con quien se está metiendo. No vaya a ser que después juegue con ella y la deje hecha una bomba de mocos. Confío en que sabe lo que hace.

(...)

Antes de poder introducir la llave en la cerradura, la puerta se abre y por ella aparece la persona menos esperada. Pronto la confusión me embarga por completo.

—¿Papá? ¿Qué haces aquí?– Pregunto dando un paso al interior de la mansión.

Su rostro antes estaba serio y podía jurar que furioso, y en cuanto me vio se puso más nervioso de lo que alguna vez lo había visto. Empezó a balbucear pero me era difícil entenderle entre tanta palabreja.

—Vino a buscarte pero como no estabas ya se iba a ir.– Explicó Castiel apareciendo en la sala.

Su rostro estaba serio y miraba a mi padre de una manera un tanto...extraña.

—Así es.– Dijo mi padre y lo miré. —Debo resolver algunas...cosas, ya luego vendré. Cuidate cariño, te quiero.

Besó mi mejilla y desapareció por la puerta. No sabía si creer o no en lo que habían dicho, mi padre no aparecería por aquí sin haberme llamado antes.

—¿Con quién estabas?– Me giro con una ceja lazada hacia el susodicho.

—Con quien no te importa.

Me dirijo hacia las escaleras sin mirarlo y antes de siquiera pisar el primer escalón ya me había tomado por en brazo deteniendo mi andar.
Giré para encararlo, no le demostraría debilidad. Tenía la mandíbula apretada y sus ojos chispeaban.

Narcotraficanteحيث تعيش القصص. اكتشف الآن