Capítulo 19.

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Un pasillo nos recibió y caminamos por el, siendo el sonido de nuestros zapatos impactar el suelo nuestro único acompañante.

Jay paró frente a una puerta haciendo que yo también parara.
Se volteó a mi.

—Castiel está ahí adentro.–Dijo y se fue dejándome de pie y sola.

Suspiré profundamente, y apreté mis puños sintiéndome nerviosa.
¿Por qué estaba yo así?
Ni siquiera tenía una respuesta para eso, no encontraba una razón para estarlo.
Si era por verlo o porque me presentarían ante miles de narcotraficantes para así convertirme en "La Diabla" amante de "El hijo del Diablo".

Decidida abrí la puerta de un sopetón, Castiel estaba de espaldas a mi mirando por una ventana.
Una tenue luz de la lámpara era la que alumbraba la habitación.
Cerré a mis espaldas y lentamente caminé hasta situarme al centro de ésta.

No sabía que hacer, hablar posiblemente era lo indicado, pero ni siquiera pensé en hacerlo.
El mismo fue quien se volteó, me quedé sin aire al verlo.

Traía el traje que le había vendido en la boutique el día en que crucé palabra por primera vez con él.
La forma en que el pantalón caía de sus caderas como una cascada, se adhería a sus fuertes y musculosas piernas.
El saco se apegaba a sus brazos, demostrando cuan trabajados están, su cabello estaba peinado hacia atrás con algunos mechones cayendo en su frente.
Los detalles en rojo de su saco combinaban con mi vestido.

Sus ojos brillaban aún en la leve oscuridad de la habitación.

—Te ves exquisita, Lauren.–Su ronca voz me hizo temblar por completo.

—Yo-yo, ehm.– Tartamudeé.—Gracias.

Sonrió de lado, mis ojos se fueron directamente a sus labios rosados.
Esos que desee probar con tantas ansias ayer por la noche.

De nuevo me sentí estúpida por contemplarlo de esa manera, por volver a desear que me besara.
Entonces carraspee e inhalé profundo haciendo que mi pecho se elevara.
Su vista recayó en mis senos expuestos y crucé inmediatamente mis brazos sobre ellos.

Relamió sus labios.

 
—Te sienta muy bien el rojo.–Elogió.

—¿Cuándo me presentarás?–Ignoré su pregunta anterior.

Sonrió.—En este preciso momento.

Me hizo tomarlo del brazo y abrió la puerta.

Hoy acaba mi vida.

(...)

—No salgas hasta que te diga.– Me dijo Jay.

Castiel estaba de pie en una especie de tarima, Jay y yo estábamos detrás de ésta esperando para ser presentada.

Castiel empezó a hablar, la gente sentada en mesas mirándolo.

—Buenas noches amigos, los he convocado a esta pequeña reunión para darles una noticia muy importante.– Hizo una pausa y prosiguió.—Después de tanto tiempo mi bando por fin tiene a su Jefa, damas y caballeros les quiero presentar a Lauren.
Jefa del bando "Black Blood".

Sal, ahora.– Ordenó Jay.

Con el corazón queriendo romper mi caja torácica y salir corriendo, doy el primer paso insegura y así sucesivamente hasta tener que apartar la gran lona roja con mi mano para que la gente pudiera verme.
Los aplausos no se hicieron esperar, no supe en que momento había caminado hasta el centro de la tarima, hasta que sentí una mano posarse en mi cintura y apretarme a un cuerpo.

Castiel me tenía sujeta a un lado de su cuerpo.
Admiraba su maravilloso perfil, los hombres silbaban y las mujeres sonreían.
Castiel volteó hasta quedar frente a mi, su mirada se oscureció y no preví lo siguiente.

Tomo mi nuca con una mano y tiró de mi hasta posar sus labios sobre los míos, moviéndolos lenta y sensualmente. La tentación me llevó a la perdición y le seguí el beso, pasé mis manos por su cuello y jalé suavemente su cabello castaño.
Mordió mi labio y sentí mis piernas temblar, creí morir en el momento en que su lengua sin pedir permiso exploró toda mi boca.
Antes de separarse por completo me dió beso casto.
Sentía mis labios arder y palpitaban por el beso.

—¡"La Diabla" señores y señoras!– Gritó y la gente estalló en vitoreos.

Pero en mi mente sólo repetía una y otra vez el fogoso beso.

                        ~•~

Espero que les haya gustado.

Voten y comenten.

Gracias a todas por sus hermosos comentarios.

Se despide su sexy autora.

Y...


NarcotraficanteOnde histórias criam vida. Descubra agora