Y justo en ese momento, salió mi madre:
-Hola.
-Hola David-saludó mi madre y se dieron dos besos:-Encantada.
-Igualmente señora-dijo tímidamente:-Bueno, nosotros nos vamos que reservamos mesa a las 8:30 y no queremos llegar tarde.
-Vale, no pasa nada cariño. Pásenselo bien.
-Gracias-dijimos a la vez mientras nos íbamos.
Salimos de mi urbanización y nos fuimos al Da Canio. En medio del camino…:
-En serio Sandra, ¿querías dejarme ciego?
-¿Cómo que ciego?-le pregunté desconcertada.
-Sí, ciego. Estás demasiada guapa. Es que te veo con falda, tacones y maquillada…
-Admítelo. Te he sorprendido-le dije pícaramente.
-Ya está demostrado-me dijo.
Ya habíamos llegado al Da Canio. Entramos y nos sentamos en la mesa que reservamos. Estaba dentro del restaurante, y no en el patio, ya que dentro se está más calentito y estaba situada al lado de la ventana por lo que se podía ver el paisaje de noche, que era muy bonito:
-¿Qué quieres cenar?-me preguntó mientras nos habían repartido las cartas.
-Pizza-respondí:-Cuando voy al Da Canio, siempre pido pizza, además es mi comida favorita.
-Vale, ¿pedimos una y la compartimos? Porque la pizza del Da Canio es grande-me comentó David.
-¿Pedimos la de barbacoa?-pregunté.
-Sí. Esa es mi favorita-respondió él:-Me encanta.
-Y a mí. Qué bien que nos guste la misma pizza.
-Pues sí-me dijo y sonrió.
Nos trajeron la pizza y nos la comimos entre las dos mientras pasamos juntos un buen rato.
Cuando acabamos de comernos la pizza:
-¿Pedimos postre?.-le pregunté.
-No-negó:-Es que en mi casa no hay nadie y podemos tomarnos el postre ahí.
-¿Y dónde vives?-le pregunté.
-Al lado del centro comercial-respondió:-Tenemos que caminar algo, no sé si podrás aguantar con los tacones.
-Me duelen un poco los pies, pero puedo aguantar-le dije.
Nos levantamos y pagamos la cena. No salió casi 10 euros, cenar sólo pizza más refresco y encima dos personas sale barato.
Salimos del restaurante y nos fuimos a casa de David:
-¿Te siguen doliendo los pies?-me preguntó.
-Sí-respondí.
-¿Y si te subo a la pela?-preguntó David divertido.
-Llevo falda, y es más coñazo. Y encima es corta por lo que se me pueden ver las bragas y como que no-dije.
-Ah bueno, yo era para que te quitases los tacones y te llevase a la pela para que no fueses descalza. ¿Has visto? Tienes un novio que se preocupa por ti-me dijo.
-El mejor de todos-dije.
-¿Lo dices en serio?-me preguntó.
-Totalmente-respondí con seguridad.
-Bueno, ya nos queda poco o sea que aguanta un poco que ya llegaremos.-me dijo.
En cinco minutos llegamos al edificio de la casa de David. Entramos en su casa y es más grande que la mía y es bonita también. El salón tiene elementos de color verde y violeta, colores fríos por decirlo así. Personalmente me encanta aplicar esos dos colores a la decoración de una casa.
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A dos vidas
RomanceSandra, una chica difícil, dura y fría cae bajo los pies de un chico de otra onda diferente a la de ella, Álvaro, el típico chico guapo del instituto que tiene a todas las chicas en el bote. Empieza intensamente una relación con él, la cual, acaba m...
Capítulo 40
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