Capítulo 18

49 2 0
                                    

Ese mismo día no hablé con nadie sobre Álvaro. Ni siquiera con las chicas SEIL.

Y hemos roto, justo después de salir del instituto:

-Sandra, necesitas explicaciones-me habló Álvaro.

-No-le dije:-No necesito ninguna explicación, porque en ese vídeo estaba todo demostrado.

-¿Qué puedo hacer para que me perdones y que volvamos a estar como antes?.

-¿En serio?-dije con un hilito de voz, a la vez que se me derramaba una lágrima:-¿Pretendes que te perdone después de haber visto ese puto vídeo?.

Álvaro no me respondió. Se sentía avergonzado de lo que había hecho, por lo que veía. No sabía cómo se sentía realmente:

-Creo que deberíamos romper-me propuso él.

Álvaro es idiota. Me pide que volvamos a estar como antes y ahora que rompamos... no tiene sentido:

-Pues hace un momento querías que esto volviese a la normalidad como si no hubiese pasado nada-le dije de mala leche:-Y sí, yo también pienso que deberíamos romper. Adiós.

Ese día fue horrible para mí. No sé cómo explicar cómo me siento ahora pero sí sé que bien no estoy.

Las chicas SEIL hablaron por el grupo del Whatsapp preguntándome cómo estaba respecto a lo que sucedió. Y Diego también me habló, pero no les respondí. Ahora no necesitaba responder a los mensajes de mis amigas. Necesitaba desaparecer. Ojalá todo esto fuese una pesadilla. Aunque ahora que lo pienso, sí lo es. Esto es una pesadilla real.

Mi madre se preocupó por mí porque tenía los ojos rojos e hinchados de haber llorado. Le dije que mi estado de ánimo tenía que ver con Álvaro y que se lo iba a contar cuando me encontrase mejor.

Después de comer, me di cuenta de que tenía que hacer una ficha de repaso de Francés, la tarea de Mates, la de Ética y la de Historia para mañana. Sinceramente, no tenía ganas de hacerla, porque lo único que quería hacer era acostarme en mí cama y llorar como nunca había llorado antes, pero me aguanté y trabajé durante toda la tarde.

En la cena, no hubo ningún tema de conversación con mi madre, pero cuando acabé de cenar, oímos el teléfono de casa.

Mi madre lo cogió:

-Hola...Ah sí, está aquí. Ahora te la paso-habló mi madre y me pasó el teléfono:-Es para ti. Es Diego, que quiere hablar contigo.

Fui a mi cuarto y cerré la puerta:

-Hola Diego.

-Hola Sandra. ¿Se puede saber por qué no has respondido todos mis mensajes?

-Lo siento, pero no me encontraba nada bien después de lo que ha pasado...

-Es que es normal que no te encuentres bien-me enunció:-Es horrible lo que te ha hecho Álvaro.

-Lo sé Diego, lo sé. No me esperaba algo así de Álvaro. He roto con él.

-Lo mejor que hiciste. Después de lo que te ha hecho, no se merecía una segunda oportunidad. Pero no te preocupes Sandra, nos tienes a mí y a tus amigas. Estaremos contigo para lo bueno y para lo malo-me animó.

-Muchas gracias Diego. Eres el mejor-le dije.

-No las des Sandra. Eres mi mejor amiga y para eso estamos. Bueno, te llamé sólo para saber cómo estabas y eso. Me tengo que ir porque no he acabado la tarea de Historia, y lo que me queda para acabarla.

-Yo la hice por la tarde-le dije:-Es un tostón. La profe se pasa.

-No que va-me respondió:-Nos vemos mañana en clase. Te quiero mucho.

En ese momento, se me derramó una lágrima pero no de tristeza, sino de emoción. La amistad de Diego no tiene ningún precio.

Jamás he tenido un amigo como Diego. Se preocupa tanto por mí...agradezco que se haya preocupado por mí cuando me vio mal cuando rompí con Álvaro. Es el mejor:

-Yo también-le respondí:-Adiós.

-Buenas noches Sandra. Descansa y mejórate.

-Gracias, igualmente-le dije y colgué.

Me he dado cuenta de que cuando estás mal, tus amigos son las personas que te animan y eso es lo que me ha hecho Diego. La conversación que tuve ahora con él, me ha hecho sentir mejor :)

A dos vidasWhere stories live. Discover now