Undercover // Justin Bieber

Treinta y dos

Reí y cogió mi mano - ¿En serio? No lo sabía - él besó mis nudillos mientras me miraba, después sonrió.

Se agachó y rodeó mis piernas por debajo de mi trasero, después me alzó. Me agarré a sus hombros mientras sonreíamos. - ¿Has desayunado? - negué con la cabeza. - Bien, te prepararé un rico desayuno - me dejó en la barra de la cocina y me besó.

- He visto tu foto en Instagram. No has sido tonta, Abby. Bueno, un poco - me dio mi bol de cereales.

- ¿Esto es un rico desayuno? Me esperaba algo más. - Justin me miró.

- Oh yo pensé que... - fue a quitarme el bol.

- Solo bromeaba - besé su mejilla - Esto está perfecto, no puedo engordar hasta el año que viene.

- ¿Por qué?

- Está en mi contrato - dije con la boca llena.

- Mmmmm... Me gustó la foto que subiste, luces sexy. ¿Crees que podrías posar para mí un día?

- No eres fotógrafo.

- Pero tengo una cámara. - sonreí.

- Bueno, entonces tendré que dejarme.

- ¿Desnuda?

Alcé una ceja y reí - No, no voy a dejar que me saques fotos desnuda.

- ¿Por qué?

- Seguro que se filtran de alguna manera, no quiero arriesgarme.

- Sí, bueno tienes razón. - Dejé mi bol en la mesa y le saqué una foto a Justin mientras desayunaba.

- ¿Puedo subirla? - le pregunté.

- ¿Quieres subirla? - asentí- Súbela entonces, nena. No vamos a ocultarnos más. Estoy cansado de eso. - sonreí.

"Desayuno en la mejor compañía (multimedia)"

Estaba abrazada a él, en el jacuzzi. Justin rodeaba mi cuerpo con sus brazos y yo le daba pequeños besos en su cuello. Ambos nos habíamos metido en ropa interior.

- Te has hecho otro tatuaje - dijo refiriéndose al atrapasueños.

- Si

- ¿Por qué un atrapasueños?

- Mi abuela me compró uno cuando mamá le contó que tenía pesadillas la mayoría de las noches. Desde que lo puse en la cabecera de mi cama, las pesadillas han disminuido. Pensé que si me lo tatuaba, cuando viajara, eso siempre vendría conmigo.

- ¿Ha funcionado? - asentí. - ¿Seguías teniendo pesadillas?

- Si

-¿Sobre qué?

- Cosas variadas - me encogí de hombros. Justin empezó a acariciarme la espalda. - Nada importante - apoyé mi cabeza en su hombro. - Tengo que volver a España mañana. - Justin se tensó debajo de mí.

- ¿Por qué? - sus dedos no dejaron de acariciar mi espalda.

- Tengo que ir a la universidad, me perderé las clases de mañana.

- Quiero que te quedes, no te veo.

-Y yo quiero quedarme.

- Quédate entonces. Pronto sacaré el disco y empezaré la promoción, y después ensayaré para el tour, y no podré verte tanto como quisiera.

- ¿Por qué no vienes a España conmigo? Tengo dinero, podríamos alquilar algo y vivir juntos hasta que tengas que volver.

- Lo pensaré. Es una buena idea, miraré mi agenda.