Undercover // Justin Bieber

Cuarenta.

Abby

Me quedé mirando en shock como Justin se iba por la puerta corredera y la cerraba. Me había dejado confundida y caliente.

Me levanté de la cama dolida y me puse de nuevo mi ropa mientras que me insultaba mentalmente. ¿Ya no le gustaba? ¿Que había hecho mal?

La idea de Justin dejándome me hacía que me estremeciese. Aunque sabía que algún día el encontraría a otra y yo tendría que recoger los pedazos de mi corazón e intentar unirlos.

Ni siquiera sabía si iba a poder aguantar las ganas de llorar que tenía. Respiré hondo y salí de la habitación, viéndolo sentado en uno de los sofás.

- ¿Que va mal? - me atreví a preguntar.

- Nada va mal - suspiró mirando hacia abajo. Me acerqué un poco más a él.

- Si es porque ya no te atraigo, solo dímelo, no quiero que estés así - me senté en el sofá y esperé a punto de un ataque de nervios su respuesta.

- ¿De qué estás hablando? - me miró confuso - No es eso, maldita sea, no eres tú, soy yo.

- Oh vamos, eso es típico. ¿No tienes otra cosa que decir?

- No.

- Esta bien - me levanté del sofá.

- ¿Dónde vas? - me preguntó al ver que me ponía mi chaqueta vaquera.

- A dar una vuelta - acomodé mis pelos, fui a coger mi móvil pero me acordé que estaba roto.

- No puedes salir del hotel - se levantó.

- Claro que sí, tú eres quien no puede salir sin seguridad. - Me giré y caminé hacia la puerta para después decir - Y arregla lo de mi móvil - abrí la puerta y la cerré. Respiré hondo.

- Hola Abby - vi a Fredo con una maleta negra colgada en su espalda.

- Hola, ¿Donde ibas? - le pregunté.

- Voy a dar una vuelta.

- ¿Puedo ir contigo?

- Claro, vamos - me hizo una seña y caminé a su lado. - ¿Va todo bien con Justin?

- De maravilla - murmuré.

- Él solo está un poco estresado.

- ¿Por qué todo el mundo intenta excusarlo? - me quejé mientras entrabamos en el ascensor. Alfredo se encogió de hombros.

- No lo sé, ¿Qué tal si vamos de turismo? Podemos echarnos fotos.

- Eso me parece perfecto - le sonreí.

- Algún día me gustaría hacerte un reportaje.

-¿Bromeas? - alcé una ceja - No salgo bien en las fotos.

- Fingiré que te creo - sonreí y me agarré a su brazo cuando salimos del ascensor.

No creí que fuera a pasármelo tan bien, la verdad es que necesitaba despejarme y esa salida me vino muy bien. Alfredo me cogió de modelo, por lo que podría actualizar mis fotos en facebook.

- Se está bien aquí - dije mientras paseábamos por el paseo marítimo.

- Si, Rio es increíble. - asentí.

- ¿Por allí se vuelve al hotel? - le pregunté. Alfredo asintió. Cuando íbamos llegando a la puerta se escucharon a chicas gritar y me sobresalté. Alfredo me dio la mano y empezamos a correr dirección al hotel, pero enseguida ellas estaban a nuestro lado.