Treinta y tres- Treinta y cuatro- Treinta y cinco.

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Maratón

Capitulo 33

- Bien, hazlo en un tono más alto - me dijo Tay. Asentí y volví a cantar la misma letra poniendo un tono más alto. - Eso es perfecto. - levantó sus pulgares y salí de la pequeña cabina para escuchar lo que había grabado. Los acordes de la canción empezaron a sonar y moví la cabeza al ritmo.
Mi móvil sonó y en la pantalla vi el nombre de Za. Tay paró la canción y cogí el teléfono. Eran las dos de la mañana.

- ¿Si? - pregunté extrañado.

- Tio, estoy con Abby  - mi corazón bombeó con fuerza al escuchar su nombre - Ella estaba con Atifa, estamos en el hospital.

- ¿Al hospital? ¿Qué le ha pasado? - pregunté preocupado.

- No es nada, solo que ella tiene demasiada fiebre, así que la trajimos a urgencias para que le mandara algo para bajarle la fiebre.

- Voy para allá, gracias Za.

- Hasta ahora - colgué.

- Tengo que irme - les dije - Gracias por venir - cogí mi chaqueta negra y me la puse.

- ¿Todo bien? - me preguntó Tay.

- Abby está enferma y está en el hospital, voy con ella. - este asintió y me apresuré por la salida.


Cuando llegué al hospital aparqué en el garage de este y salí. Subí por el ascensor hasta la primera planta. Saqué el móvil del bolsillo y llamé a Za.

- ¿Donde estais? - le pregunté.

- En la primera planta, Abby acaba de salir de la consulta. Estamos sentados en unas sillas en la sala de espera. - colgué y me dirigí a la sala de espera, donde Abbyestaba sentada al lado de Atifa y estaba apoyada en su hombro con los ojos cerrados, Za estaba al lado de ella aguantando unos papeles.

Me acerqué a ellos y me fijé mejor en Abby. No tenía muy buen color de cara. Su pelo castaño estaba recogido en un moño desordenado, llevaba puesto unos leggins negros, unos deportes blancos y una sudadera gris un poco grande. En su mano libre llevaba un pañuelo de papel.

- Hola - saludé y me arrodillé frente a ella  - Hey, ¿Cómo estás? - ella abrió un poco los ojos.

- Bien - murmuró con un hilo de voz.

- Iré a pagar la consulta y la llevaré a casa - le dije a Za.

- Esta bien, te acompaño - dejé a Atifa con Abby y nos dirigimos al mostrador.- Atifa me contó que Abby la llamó para que fuera a buscarla. Según me ha contado, Abby sabía que ibas a ver a Selena, por eso se fue. - suspiré pesadamente mientras pasaba una mano por mi rostro.
Le di mi tarjeta a la recepcionista y los papeles de Za y esperé.

- Yo fui a verla, pero cuando estaba llegando a su casa.... La llamé y le dije que no iba a ir, y me di la vuelta. Creo que estoy empezando a querer a Abby.

- ¿Crees? Tio... - rió.

- Solo no quiero poner todo de mí en esto hasta no estar con seguro. Mira lo que pasó con Selena - hablé en voz baja.

- Aquí tiene - la recepcionista me dio un papel y un bolígrafo y lo firmé para después co.ger mi tarjeta.

- Te entiendo... - Za suspiró. - No sé si ella se querrá ir contigo.

- Bueno....  a ver qué puedo hacer.

- Estas son los medicamentos que le ha mandado el médico - asentí leyendo por encima el papel. - ¿Que le ha dicho?

- Una gripe - se encogió de hombros. - Sus defensas estaban bajas.

- Esta bien - me acerqué de nuevo a ella - Vamos a casa, Abby.

- No quiero ir contigo - murmuró.

- ¿Podéis dejarnos solos? - Atifa me miró no muy convencida y se separó de Abby haciendo que esta apoyara sus codos en sus rodillas y sus manos aguantaran su cabeza. Me senté a su lado y me eché un poco hacia delante también apoyando los codos en mis rodillas. - Se por qué te fuiste - empecé - Si, te mentí, no fui con Scooter, iba a ir con Selena y la verdad es que no se por qué le dije que si. Pero cuando estaba llegando a su casa... simplemente no pude hacerlo. Así que me di la vuelta y pensé en las cosas que podríamos hacer juntos cuando llegara.

- ¿Por qué debería creerte?

- Bueno... pues porque estoy diciendo la verdad - me encogí de hombros. Ella no dijo nada. - Y puedo demostrar que no estoy mintiendo porque te llamé justo cuando llegué a casa, y en ese poco tiempo no me hubiera dado tiempo de visitar a Selena. Sabes que no soy precoz - dije ahora más bajo. Viendo como la poca gente que allí había nos estaba mirando. Ella sonrió sin ganas.

- Esta bien - murmuró. Me levanté y la ayudé a levantarse. Pasé mi brazo por sus hombros y ella puso un brazo alrededor de mi cintura mientras que se apoyaba en mí.

- Mejórate - dijeron Za y Atifa.

- Gracias - murmuró esta.

- Gracias por todo - me despedí de Za y Atifa y bajamos al garaje. Llegué al coche y le abrí la puerta. Ella entró y se puso el cinturón.
Cerré su puerta y me dirigí hacia mi asiento. El móvil vibró antes de montarme en el coche.

Za:

«Hay paparazis esperándote fuera del garaje del hospital»

Maldije en voz baja y me monté.Miré a Abby que estaba apoyada en la puerta con los ojos cerrados.

- Abby - ella abrió sus ojos y me miró. - Hay paparazis esperándonos. - me quité mi chaqueta y se la di. - Puedes taparte - ella la cogió y se la puso por encima. Se quitó sus zapatos mientras yo arrancaba y puso los pies en el asintió haciéndose más pequeña de lo que ya era, por lo que mi chaqueta tapaba desde su cuello hasta sus pies. 

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora